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¿Está preparado Israel para Michaeli, la mujer que quiere revolucionar el laborismo?
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Cuartas elecciones en Israel

¿Está preparado Israel para Michaeli, la mujer que quiere revolucionar el laborismo?

Merav Michaeli, nueva líder del laborismo israelí piensa que el matrimonio debe cancelarse y de verdad cree en la igualdad entre humanos, ¿está preparado Israel para ella?

Foto: Merav Michaeli. (Cedida)
Merav Michaeli. (Cedida)

Merav Michaeli fue periodista antes de entrar en política, hace siete años, siempre viste de negro, habla en plural femenino y se ha propuesto reconstruir al maltrecho e histórico partido laborista israelí. Esta semana ha sido elegida líder de la organización política que sentó las bases del país hace 72 años, cuando este era socialista, hasta 1977.

En 2021 las cosas son muy diferentes para el partido Avodá ('trabajo', en hebreo). Tras 12 años de Gobierno de derechas de Benjamin Netanyahu, un primer ministro laborista, Yitzhak Rabin, asesinado por un ultraderechista al calor de las proclamas de la derecha contraria a los acuerdos de paz con los palestinos, y una fila de líderes socialistas incapaces de revivir el laborismo, se contempla incluso que en las próximas elecciones de marzo no logren pasar el umbral del 3,25% de sufragios que dan acceso al parlamento.

¿Bienvenida al peor trabajo de la política israelí?

(Risas) “No creo que sea el peor, creo que es un puesto que será difícil en estos momentos, pero hay tanto por hacer y yo tengo muchas ganas”, afirma Michaeli (54 años) a El Confidencial. “Y sí que pasamos el umbral de entrada a la Knéset (parlamento israelí). Según dos encuestas de ayer”, agrega.

Foto: El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, recibe una vacuna. (EFE)

En las pasadas elecciones de abril de 2020, el comité central del partido laborista votó a favor de participar en el Gobierno de unidad de Netanyahu, a pesar de las reiteradas promesas hechas durante la campaña electoral de nunca compartir Gobierno con un primer ministro contra el que pendieran cargos con la justicia (sobre Netanyahu penden tres, por cohecho, fraude y abuso de confianza).

Michaeli se negó a compartir mandato con Netanyahu, convirtiéndose en miembro de la oposición dentro de su propio partido y dentro de la coalición.

Y en esa soledad política ha pasado los últimos meses.

“El drama del laborismo no es que no tenga principios, sino que ha estado diciendo una cosa y actuando de otro modo, ejecutando políticas de la derecha y haciendo cosas que estábamos muy en contra”, lamentó en una reunión con periodistas, en la que participó El Confidencial, propiciada por la organización Jerusalem Press Club esta semana.

Cancelar el matrimonio

Para Michaeli, la brecha entre las ideas y las políticas finalmente ejecutadas va más allá de apoyar o no a Netanyahu. “Si creemos en la igualdad entre hombres y mujeres, no podemos mantener la institución del matrimonio que ha sido diseñada para dar a los hombres control y posesión sobre las mujeres y los hijos”, afirmaba la política en una 'TED talk'. Y siempre que se le pregunte al respecto.

“Los Estados deben cancelar el matrimonio y ofrecer otras opciones. Dejar de dar beneficios y derechos basados en si estamos casados o no. Y, sobre todo, hay que cancelar el matrimonio porque tenemos que obligar a nuestros Gobiernos a repensar la economía e incluir en ella el trabajo del hogar y el cuidado de los niños. Esto es lo fundamental que tenemos que cambiar en nuestras vidas”.

En el país en el que todavía solo se puede contraer matrimonio a través del rabinato (solo existe la opción del matrimonio religioso), en el que solo el marido puede otorgar el divorcio y cuyo índice de natalidad es el más alto de los países de la OCDE, Michaeli, no casada, aunque en pareja con un popular y cáustico humorista, y sin hijos, está aún en minoría.

Foto: Test de coronavirus en Israel. (EFE)

Cuando habla se refiere a la pluralidad en femenino y en los últimos años algo ha cambiado en el hebreo utilizado por otras personas públicas como el presidente Reuvén Rivilin o generales del Ejército, quienes también incluyen en sus alocuciones el plural femenino, y muchos lo atribuyen a la influencia de Merav Michaeli.

Wittgenstein dijo que ‘los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo”, afirmaba ella en una entrevista hace dos meses. “Mientras no tuvimos la frase ‘acoso sexual’ en el lenguaje, no teníamos modo de quejarnos de ello… Cuando (las mujeres) somos borradas, no existimos en el habla”.

Siempre de negro, sin maquillaje y con el pelo recogido, explicó en una entrevista en la televisión pública Kan, que así aparece para trabajar desde hace unos 18 años: “Los hombres tienen el traje de chaqueta, que es la armadura de los hombres modernos que esconde desde el cuello hasta las muñecas, y deja afuera la cabeza, solo muestra el intelecto, cara, pelo corto. Todos los hombres, no importa si es periodista, político, espía, cantante, si se ponen un traje de chaqueta pasan a ser un sujeto serio. Las mujeres no tenemos ninguna opción paralela al traje, algo que diga 'la ropa no es importante”.

Y cuando el entrevistador protestó por sentir que él también vive de acuerdo con estereotipos, Michaeli contestó: “Sí, los hombres también viven en una jaula estereotipada, pero una jaula de oro, en la que ganan un 35% más que las mujeres, son los que consienten al divorcio o no. Mi feminismo no es intercambiar roles, sino un mundo con fluidez de los géneros, no dos paquetes de características, sino que cada uno podamos poner en práctica nuestra humanidad completa”.

Reconstrucción de la izquierda

Creció en una casa “espartana” según la definió, en la que su padre la educó a ser “como se tiene que ser” y su madre, si bien abanderada de la disciplina, también le decía que estaba bien ser diferente. A la pregunta de si siempre se sintió libre, responde: “En general sí, he hecho lo que he querido hacer y soy quien quiero ser, y lo que es seguro es que no he hecho las cosas que no quería hacer”.

placeholder Merav Michaeli en un acto de campaña en un kibbutz. (Reuters)
Merav Michaeli en un acto de campaña en un kibbutz. (Reuters)

—¿Y qué cree que van a pensar todos aquellos israelíes que aún no le han oído decir eso de que el matrimonio debe ser abolido? Dos meses antes de las elecciones…

"Sí, va a ser muy interesante e importante saber cómo lo verán. Pero lo cierto es que algo está cambiando en Israel, en muchos aspectos, la gente se casa menos, está por la tolerancia, por la paz. Por mis encuentros con hombres y mujeres siento que doy voz a muchas personas. Porque la gente quiere algo y el Gobierno representa otra cosa totalmente distinta, hay una desconexión total entre ciudadanos y Gobierno".

—¿Cómo se explican entonces 12 años seguidos de Netanyahu?

“Netanyahu recibe cada elección unos 30 escaños, no más (de 120) y tiene conexiones, hace tratos políticos, y vemos ahora el precio que pagamos todos por esos tratos, con los colonos, los ultraortodoxos, solo por esas negociaciones está en el Gobierno. En paralelo, la izquierda se ha estrellado desde la campaña de incitación que comenzó con los acuerdos de Oslo, contra los árabes, contra la democracia. Y esa deslegitimación aún continúa, el efecto de todo aquello aún continúa, y la izquierda se ha deshecho”.

Michaeli explica que esto se ha visto claramente con el partido Azul y Blanco, “que recibió muchísimos votos, pero no era un grupo político, sino un montón de gente sin ideología clara que se juntó y que no pudo mantener el tipo".

"Si la izquierda quiere volver a dirigir el país hay que construirla de nuevo. Y ese es mi trabajo. No lo hago por el pasado del partido, sino por el futuro del país”.

Foto: Mapa de la "solución" de dos Estados en el Plan de Paz de Trump. (Casa Blanca)

Con la esperanza de que Netanyahu pueda ser sustituido en los próximos comicios, Michaeli dice que es imperativo recuperar el proceso de paz tras la era Trump.

La líder laborista dijo que “muy poca gente está al tanto que después de la era Netanyahu la mayoría de israelíes apoya la idea de dos estados, no creen que sea posible, pero la apoyan. No creo que haya que convencerles de nada. Solo hay que dar con un plan para ponerlo en práctica y entregárselo al primer ministro. Podríamos estar en cualquier otro lugar si cualquier político hubiera aceptado el plan de 2002 de la Liga Árabe, que todo el mundo ignoró”.

Es más: “Tras siete años en el parlamento sé que hay varios modos de llegar a un plan de pacificación, lo único que está faltando es la voluntad política”.

—Sinceramente, ¿cree que Israel está preparado para usted?

“Eso está por ver…”.

Merav Michaeli fue periodista antes de entrar en política, hace siete años, siempre viste de negro, habla en plural femenino y se ha propuesto reconstruir al maltrecho e histórico partido laborista israelí. Esta semana ha sido elegida líder de la organización política que sentó las bases del país hace 72 años, cuando este era socialista, hasta 1977.

Benjamin Netanyahu
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