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'Rastreadores de covid' | Crisis de liderazgo: sube el virus y baja la confianza
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'Rastreadores de covid' | Crisis de liderazgo: sube el virus y baja la confianza

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Foto: El ministro de Sanidad, Salvador Illa (i), y Fernando Simón. (EFE)
El ministro de Sanidad, Salvador Illa (i), y Fernando Simón. (EFE)
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Llegó la pandemia y los pueblos buscaron refugio en sus gobiernos. Las normas fueron cumplidas al milímetro, hubo disciplina social. Con el paso del tiempo, aquel crédito se ha ido convirtiendo en un descrédito generalizado. ¿Motivos para la desconfianza? No están en la comunicación. No ha cambiado la demanda social, la petición de contundencia sigue siendo mayoritaria. Han faltado coherencia en la autoridad y la ejemplaridad en no pocos casos. Y sobra, más que nunca sobra, la división. Esta terrible polarización que lo arrasa todo. Tanto, que hasta parece tener correlación con el número de fallecidos.

Desconfianza

“La confianza en los gobiernos cae a medida que avanza la pandemia”. Titular del 'Financial Times' para abordar el barómetro de Edelman Trust, que lleva haciéndose desde hace más de 20 años, este último con 33.000 entrevistados en 28 países. Puedes acceder al estudio en este enlace abierto.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i), junto con la vicepresidenta primera Carmen Calvo (c) y el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias (d). (EFE)

“Los gobiernos, desde Canadá hasta Corea del Sur, disfrutaron de un aumento de la confianza entre enero y mayo de 2020, pero la mayor parte se ha evaporado a medida que han ido empeorando la salud y la economía (...) Los gobiernos han desperdiciado el aumento de la confianza pública que recibieron al comienzo de la pandemia y esto puede poner en peligro el proceso de vacunación (...) En 20 de los 28 países abordados, menos del 70% de los encuestados afirmaron que estaban dispuestos a vacunarse en el primer año tras el lanzamiento de la vacuna (...) El desafío al que se enfrentan los líderes mundiales es mayor por la desconfianza en todas las fuentes de información, desde los medios de comunicación, que está tocando mínimos históricos. Casi el 60% de los encuestados considera que la mayoría de medios están más preocupadas por apoyar una ideología que por informar al público”.

La demanda mayoritaria

¿Significa lo anterior que la opinión pública ha variado su demanda respecto a cómo debe afrontarse la pandemia? No, la petición de contundencia sigue siendo mayoritaria. También ahora (y también en España, como puede apreciarse en el CIS), la opinión pública sigue siendo partidaria de la contundencia cuando nos acercamos al primer año de la pandemia y Europa está inmersa en la tercera ola.

Foto: Un hombre recibe la vacuna del covid. (Reuters)

Alemania aprobó ayer la prolongación de un confinamiento bastante duro más allá del 31 de enero. Informa el 'Frankfurter Allgemeine'. La última encuesta realizada por Yougov señala que el 41% de la población prefiere endurecer las medidas ya existentes —colegios cerrados, bares y restaurantes...—, mientras que el 21% está a favor de mantener las restricciones actuales. Solo el 13% pide el fin del bloqueo (apenas dos puntos más que a primeros de enero) y el 17%, una flexibilización.

Confrontación y confianza

“Una encuesta muestra que los franceses carecen de confianza en el esfuerzo contra el covid de Macron”. Bloomberg, también.

Desconfianza en el presidente francés “para hacer frente de manera eficaz a la pandemia y para gestionar la campaña de vacunación, incluso después del anuncio de aceleración de las vacunas (...) El 62% desconfía de su gestión de la crisis. El 63%, del esfuerzo de inoculación”.

Foto: Un café cerrado en París. (EFE)

La encuesta, realizada por el instituto Ifop, fue publicada en medios franceses. En ellos, puede encontrarse una clave interesante: el efecto de la polarización hasta en las políticas de salud. Politización absoluta: los partidarios de En Marche confían en la gestión sanitaria de Macron, incluso por encima del 80%, en ningún otro campo político llega al 50% (cayendo hasta el 16% en la extrema derecha).

La terrible polarización

“Las sociedades más divididas tienen más muertes por covid. La gestión en los diferentes países europeos difiere enormemente, también podría deberse a los muy diferentes niveles de confianza que la población tiene en las instituciones de cada Estado”. 'Der Spiegel'.

“Economistas y politólogos argumentan que, además de la infraestructura, la demografía y otras cuestiones, la confianza en el Gobierno y la polarización juegan un papel decisivo en los resultados (...) Su tesis es que el exceso de mortalidad es mayor donde existen grandes diferencias ideológicas entre los partidos, esto es, donde la polarización es mayor”.

Foto: Donald Trump y Pedro Sánchez. (EFE)

La información del medio alemán referencia una investigación publicada por la Universidad de Gotemburgo que analiza 153 regiones en toda Europa bajo el título '¿Sociedad cooperativa, política no cooperativa o ambos? Cómo la confianza, la polarización y el populismo explican el exceso de moralidad de covid en las regiones europeas'. En su resumen ejecutivo, puede leerse: “Cuando la división de la confianza política entre partidarios y opositores de los gobiernos es alta, observamos un consistente aumento de muertes relacionadas con el covid durante la primera ola”.

Pérdida de autoridad

“Inglaterra ya no escucha las órdenes de restricciones de Boris Johnson”. Bloomberg. “La gente de toda Inglaterra está a punto de recibir una avalancha de nuevos anuncios gubernamentales en todos los medios y redes sociales con una exigencia contundente: 'quédese en casa' (...) Los datos muestran que los británicos están mucho más activos en el tercer confinamiento que durante la primera ola. Hay más tráfico en las carreteras, más personas en las tiendas y más gente saliendo para comprar”.

Foto: Un anuncio del National Health Service (NHS) pide a los ciudadanos británicos que se queden en casa. (Foto: EFE)

Las carretas están al 63% comparadas con el 35% de abril. El transporte público tiene cuatro veces más usuarios que en el principio del primer confinamiento. Cuando estas cosas pasan, suele hablarse de problemas de comunicación. Un análisis más sosegado puede llevarnos a reflexionar sobre la fatiga social y la normalización psicológica de la pandemia. Quizá no convenga obviar que los cambios de estrategia y, por lo tanto, de mensaje no son inocuos. Verano: salgan a gastar. Invierno: quédense en casa. Y, con toda seguridad, es aconsejable tener en cuenta el factor ejemplaridad: la imagen del primer ministro subido en bicicleta a kilómetros de su casa no llama, precisamente, a respetar las normas.

Llegó la pandemia y los pueblos buscaron refugio en sus gobiernos. Las normas fueron cumplidas al milímetro, hubo disciplina social. Con el paso del tiempo, aquel crédito se ha ido convirtiendo en un descrédito generalizado. ¿Motivos para la desconfianza? No están en la comunicación. No ha cambiado la demanda social, la petición de contundencia sigue siendo mayoritaria. Han faltado coherencia en la autoridad y la ejemplaridad en no pocos casos. Y sobra, más que nunca sobra, la división. Esta terrible polarización que lo arrasa todo. Tanto, que hasta parece tener correlación con el número de fallecidos.

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