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Israel ya lidera la tabla global de vacunación, ¿al precio de ser el laboratorio del mundo?
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Israel ya lidera la tabla global de vacunación, ¿al precio de ser el laboratorio del mundo?

En apenas tres semanas, Israel encabeza los 'rankings' globales de vacunación con unos dos millones de inoculados, el 20% de su población. Pero esta campaña tiene un precio

Foto: El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, recibe una vacuna. (EFE)
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, recibe una vacuna. (EFE)
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El primer ciudadano israelí en ser inmunizado, en vivo y en directo en todas las televisiones, fue el propio primer ministro Benjamín Netanyahu. Apenas tres semanas después de esa primera vacuna, el país está a la cabeza del mundo en los 'rankings' de vacunación, con unos dos millones de inoculados, es decir, el 20% de su población. Y esta cifra sube día a día de manera vertiginosa. Hay varios motivos que explican la rapidez y eficacia de la campaña de vacunación israelí.

Mientras potencias como la Unión Europea (UE) titubeaban sobre si aprobar o no el uso de las primeras vacunas de Pfizer y Moderna, los israelíes no dudaron. Ya tenían las jeringuillas preparadas, prometiendo empezar a inocular desde el mismo momento de la recepción. Un argumento convincente para cualquier farmacéutica.

Foto: Vacunación en Jerusalén. (EFE)

La siguiente escena explica otro par de motivos. Una fila de personas mayores de 60 años espera entrar al centro de vacunación temporal levantado en la plaza Yitzhak Rabin de Tel Aviv. Alguien se cuela (en Israel siempre se cuela alguien), y tiene claramente menos de 60 años. Es decir, al menos atendiendo a su aspecto, no estaría dentro del cupo de los grupos de riesgo designados, los primeros en recibir la vacuna. Así se lo hacen saber a gritos los demás que esperan en la cola, más o menos organizadamente.

La escena continúa. Después de que aquellos que esperaban en la fila hubieran entrado y salido de las instalaciones temporales de vacunación, los enfermeros invitan a entrar, también a gritos, a quien estuviera en la calle y quisiera inmunizarse. "¡Yalah, nos sobran vacunas!". Y no faltan candidatos.

En el momento en que se abrió la veda de vacunación, el 20 de diciembre, los israelíes, que se habían mostrado mayoritariamente escépticos, se agolparon en los dispensarios.

placeholder Un centro de vacunación en la plaza Rabin de Tel Aviv. (Reuters)
Un centro de vacunación en la plaza Rabin de Tel Aviv. (Reuters)

"Hay un elemento fundamental en el comportamiento israelí, poco científico pero muy certero: el de no querer ser unos pringados. Es decir, no ser los últimos en nada. Por eso, la carrera en la alta tecnología, la competitividad en todo y el no saber esperar su turno en una cola…", explica el sociólogo Eran Grauer. Esto, añadido a la capacidad de improvisación, manifestada por ejemplo en que, si una vez abierto el paquete que las mantiene en frío sobran vacunas, mejor inyectarlas a los viandantes que tirarlas. Son otro par de elementos que explican el éxito inicial de la campaña.

Medicina socializada

Sin embargo, una razón más estructural de los buenos resultados es la red de servicio médico del país. Hay cuatro grandes aseguradoras médicas, parcialmente subvencionadas, que agrupan a toda la población, que no excede los nueve millones de habitantes. Por lo tanto, es susceptible de ser atendida en condiciones óptimas por esas organizaciones sanitarias que recogen y almacenan diligentemente todos los datos de sus pacientes. Es decir, de toda la población.

"Recibí un sms de mi organización sanitaria la semana pasada invitándome a vacunarme", cuenta Liron G., una profesora de yoga de 43 años. Aunque no pertenece a ningún grupo de riesgo, ya ha sido inoculada con la primera dosis porque en su centro habían sobrado.

Foto: Una mujer de 92 años es vacunada en Colonia, Alemania, el pasado 27 de diciembre. (Foto: EFE)
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Todas esas dosis fueron compradas por Israel antes de haber sido aprobadas para el uso humano por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés). Y también a un precio mayor que el que han pagado países que fueron adquiriéndolas después. Israel pagará unos 263.000.000 euros por las dosis de Pfizer y Moderna, según desveló el ente público israelí Kan el pasado lunes. Seguramente, ese sea el precio a desembolsar por no ser el último pringado de la fila.

Carisma Netanyahu

"Netanyahu dijo que él gestionó la compra hablando directamente con el CEO de Pfizer. Aseguró que hablaba con él a cualquier hora, a las 2 de la madrugada, para presionar y que las mandaran rápido", apunta la analista política Rajel Legzhiel. "Así que también debe tener mucho que ver el poder personal de Bibi (apodo de Netanyahu) en el modo tan rápido de lograr las dosis. Sin embargo, no se puede llevar todo el crédito, puesto que sabemos que su red política no consigue llegar a acuerdos de gobernabilidad básicos y mucho menos manejar la operación de vacunación nacional. Lo que sí es cierto es que ha delegado en las manos correctas", agrega.

placeholder Un centro de vacunación en Tel Aviv. (EFE)
Un centro de vacunación en Tel Aviv. (EFE)

El asunto de la logística es lo más relevante a la hora de que las vacunas se suministren efectivamente, indica Legzhiel: "Nos llegan mensajes telefónicos para todo, para que nos hagamos la prueba, para entrar en cuarentena, para salir de la cuarentena, para vacunarse... Estamos muy vigilados y eso es bueno en este caso, pero no es muy democrático".

En todo el engranaje bien engrasado de la logística de vacunación, el servicio de emergencias Maguen David Adom (Cruz Roja de David, el equivalente a la Cruz Roja en España) desplegó todo su potencial humano y reclutó más personal. "Tenemos normalmente 2.000 trabajadores y 30.000 voluntarios", expuso Nadav Matzner, su portavoz. "Pero para esta época hemos contratado a 2.000 más, la mayoría voluntarios que fueron despedidos de sus otros trabajos. Hemos hecho tres con siete millones de pruebas de covid desde febrero, hemos vacunado a todos los ancianos en geriátricos del país, hemos instalado cientos de unidades de respuesta urgente telefónica, hemos atendido ocho millones de llamadas, cuando la media son dos millones, y trabajamos en coordinación con las organizaciones de salud y hospitales".

A cambio de sus datos

Pero queda un elemento importante que añadir a este panorama: Netanyahu confirmó el pasado 7 de enero que el contrato firmado con la farmacéutica Pfizer intercambiaba datos de la situación de los vacunados israelíes por diez millones de dosis de la vacuna. Incluyendo cargamentos de 400.000 a 700.000 dosis por semana.

Para Pfizer, los datos brutos de la vacunación en Israel, que tiene una población muy heterogénea, podrían proporcionar información fundamental sobre el impacto de la vacuna en grupos y subgrupos que seguramente no han sido estudiados durante las pruebas clínicas.

Cuando estos detalles del acuerdo se hicieron públicos y sonaron las alarmas, la pregunta de los diez millones era: ¿qué datos? Las organizaciones de salud israelíes mantuvieron y mantienen que ninguna entidad extranjera tiene acceso a su información. Sin embargo, incluso antes del acuerdo firmado con Pfizer, los detalles de vacunación en el país ya estaban siendo recogidos en una base de datos separada.

Foto: Test de coronavirus en Israel. (EFE)

Los expertos en sanidad apuntan que Israel es un mercado muy poco interesante para la industria farmacéutica global debido a su tamaño. Aun así, la mayor parte de compañías tiene representantes en el país, que además es considerado uno de los favoritos para ensayos clínicos de nuevas medicaciones. Precisamente por la precisión y fiabilidad de la documentación médica de su población, ya que cada ciudadano tiene toda su información médica digitalizada.

Y ahí entra en juego el término del momento: transparencia. "Entiendo que no van a revelar datos personales, sino generales de las personas vacunadas, reacciones adversas y ese tipo de cosas", comenta el epidemiólogo Silvio Pilik a El Confidencial. Sin embargo, el público aún se pregunta qué datos exactamente serán transferidos, cómo se hará y qué pasaría si la información cae en las manos equivocadas.

¿Conejillos de Indias?

Ziv Ofek, fundaor y CEO de MDClone, compañía que opera con sistemas de 'big data' que democratizan la información médica y especializada en privacidad de datos, explicó al diario económico israelí 'Globes' que hay que distinguir entre datos estadísticos y datos de personas específicas.

Y mientras el mundo espera ansiosamente información sobre si la vacuna funciona realmente para prevenir el contagio, cuáles son los efectos secundarios y si reduce la mortandad entre los no vacunados, parece que Israel pronto proveerá unos resultados preliminares. Pfizer ya puede hacer sus cálculos con los dos millones de personas vacunadas en el país. Aunque solo sean esas informaciones, en principio accesibles a todo el mundo, ya convierte a Israel en un objetivo interesante para las farmacéuticas.

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Personal médico en la plaza Rabin, Tel Aviv. (EFE)

Si quisieran ir más allá y averiguar, por ejemplo, la relación entre enfermedades preexistentes y la eficacia de la vacuna y sus efectos secundarios, según Ofek, "es sencillo dar con las respuestas". Un modo es mandar las preguntas y que alguien dentro del sistema israelí busque las respuestas en alguno de los cuatro bancos de datos computerizados.

Aunque el experto admite que asusta la posibilidad de que los datos médicos privados sean 'vendidos' a esas empresas farmacéuticas, todavía es pronto para preocuparse. Mientras los contratos con Pfizer y Moderna no sean públicos, todo son especulaciones.

Política y palestinos

Otro asunto controvertido es la vacunación en la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y Gaza, cuyos sistemas sanitario y presupuestario están maltrechos. "Nada está claro”, señala la analista Legzhiel. "Hay quien dice que se les ofreció y dijeron que no, otros dicen que Israel está dispuesta a darles [dosis] después de vacunar a su población, pero este tema no está siendo público porque a nadie le conviene. A los palestinos no les interesa decir que reciben de Israel, si es que reciben; y a este Gobierno tampoco le conviene que la atención vaya para allá. No obstante, parece probable que sí se las están dando, aunque por ahora no se ven fotos de palestinos vacunándose".

A las puertas de unas cuartas elecciones generales anticipadas en Israel, que tendrán lugar en menos de un año, el factor 'vacunas' dará sin duda réditos al actual primer ministro, según apuntan los comentaristas. Estos mismos definen a Netanyahu como un corredor de fondo sin demasiada estrategia, pero capaz de dar la vuelta a la tortilla, o a la pita, en el último momento.

El primer ciudadano israelí en ser inmunizado, en vivo y en directo en todas las televisiones, fue el propio primer ministro Benjamín Netanyahu. Apenas tres semanas después de esa primera vacuna, el país está a la cabeza del mundo en los 'rankings' de vacunación, con unos dos millones de inoculados, es decir, el 20% de su población. Y esta cifra sube día a día de manera vertiginosa. Hay varios motivos que explican la rapidez y eficacia de la campaña de vacunación israelí.

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