'Rastreadores de covid': ¿Cuándo pasará lo peor?
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En otras sociedades no ocurre, pero aquí sí. Cuesta aceptar que España parezca acostumbrada a un número de muertes que podrían, que pueden y que podrán ser evitadas. Cuesta. A pesar de todo, no es lo más difícil. Resulta imposible de comprender esta aparente despreocupación ante la evidencia científica, esta desgana en el Gobierno de nuestro país. Todas las naciones de nuestro entorno están tomando medidas ante una amenaza terrible. Las proyecciones son duras y no apuntan a un periodo de sufrimiento pequeño. Estamos perdiendo el tiempo. Perdiendo vidas, perdiendo espacio para recuperarnos antes. Por no actuar, estamos perdiendo la oportunidad y la necesidad de que lo peor de la tercera ola pase cuanto antes. Una pena.
¿Cómo de preocupante es la situación?
Lombardía. 'Corriere Della Sera'. "Mensaje en la carta enviada desde la coordinación de cuidados intensivos a todos los hospitales de Lombardía: prepárense para activar en 48 horas 500 camas con el máximo nivel de asistencia para pacientes con coronavirus".
“Todos los indicadores apuntan a una reanudación de la pandemia (...) El riesgo es cada día mayor (...) Los técnicos reflexionan sobre una comparación. En la primera ola, después de 98 días de pandemia, 'la bestia había sido asesinada'. En la segunda, en el mismo plazo de tiempo, el virus no solo no ha sido aplastado, sino que está levantando cabeza”.
Puede ser peor que en la primera
"Coronavirus en Gran Bretaña ¿Cuándo habremos dejado atrás lo peor?". 'The Guardian'. “El Reino Unido está en camino de registrar el récord de admisiones hospitalarias y fallecidos en las próximas semanas tras la flexibilización de las restricciones de diciembre y la rápida propagación de la nueva variante (...) El director ejecutivo del Sistema Nacional de Salud señaló este martes que parece “bastante claro que la tasa de infección no iba a disminuir tan rápido como lo hizo durante la primera ola debido a la nueva variante. Por lo tanto, es posible que la demanda máxima en los hospitales no llegue hasta principios o mediados de febrero. Desde la Royal Statistical Society, calculan un desfase de cinco semanas entre los casos y las muertes, cinco semanas después del pico de casos podría llegar el pico de fallecimientos. El pico de muertes podría estar en el doble de las actuales —último dato, 1.546—. Obviamente, hay mucha incertidumbre, pero es probable que el pico sea peor que el de la primera ola”.
Entre ocho y 10 semanas dificilísimas
"La canciller Angela Merkel considera que las dificultades llegarán hasta Pascua". 'Der Spiegel'. “Alemania enfrentará entre ocho y 10 semanas muy duras”. Esto fue hace dos días, en una reunión del grupo parlamentario. El mismo medio informaba hace una semana del mensaje que emitió en su 'podcast' semanal: “Angela Merkel está convencida de que las próximas semanas serán las más duras de la pandemia. Los médicos y el personal están trabajando en muchos hospitales en el límite de verse desbordados (...) Lo que escuchamos sobre las mutaciones no reduce las preocupaciones, al contrario (...) Las medidas que hemos extendido e incluso reforzado son drásticas, son severas, pero son absolutamente necesarias”.
La desesperación británica puede vivirse aquí
"La desesperación que está atravesando Inglaterra por el covid podría ser vuestro futuro ¿Qué puede hacerse mejor?". Columna de opinión en el 'Washington Post', firmada por la directora de investigación operativa en el University College London.
“La variante británica se ha identificado en Estados Unidos, Dinamarca, Francia, Canadá, España y muchos otros países (...) Se ha demostrado que es entre un 40 y un 70% más infecciosa. El 22 de diciembre, los científicos británicos pidieron una vez más restricciones inmediatas (...) Pero a gran parte de Inglaterra se le permitió mezclarse con hasta tres hogares el día de Navidad (...) Después, anunció un tercer cierre, también un plan de vacunación que requiere un aumento 10 veces superior a las tasas actuales de vacunación (...) El nuevo bloqueo debería ser suficiente para ralentizar la propagación del virus, pero, dada la mayor 'infecciosidad' de la nueva variante, es muy probable que no sea suficiente para reducir de verdad los nuevos contagios. Incluso si llegasen a estabilizarse, no podemos hacer frente a un número tan alto y sostenido de personas requiriendo atención hospitalaria. Para que el Gobierno sea efectivo, habría que combinar restricciones severas con las siguientes medidas. Primero, las autoridades deben ayudar a garantizar que las personas y los lugares de trabajo estén seguros. Es fundamental aislar los nuevos casos y contactos mediante un rastreo eficaz (...) Segundo, implantación de controles fronterizos más estrictos. A diferencia de muchos países, Inglaterra no exige una prueba negativa de coronavirus (...) Tercero, debemos aumentar la vacunación lo antes posible a toda la población (...) Finalmente, no estaremos seguros hasta que todo el mundo lo esté (...) Corremos el riesgo de que surjan nuevas cepas y se reinicien las pandemias (...) Debemos apoyar la vacunación en los países menos adelantados”.
¿Y el daño económico?
La economía suele ser la principal objeción a las restricciones más contundentes. Pero… "¿Cuál ha sido el impacto económico de la segunda tanda de confinamientos?". Pregunta planteada por 'The Economist', medio que concluye afirmando que “el mundo rico ha sabido mitigar mejor el daño económico”.
“La última serie de confinamientos volverá a afectar a la economía, aunque quizá con menos fuerza. Goldman Sachs, sobre Gran Bretaña: 'La sensibilidad de la actividad económica a las restricciones ha disminuido significativamente desde el primer bloqueo'. HSBC, sobre la producción industrial alemana: 'Extendió su recuperación en noviembre, sin inmutarse por el renovado confinamiento (...) En Estados Unidos —a pesar de los últimos malos datos de empleo—, otros indicadores económicos de alta frecuencia, como el gasto de los consumidores, son mejores que en primavera'. Tres posibles motivos. Uno. Menos miedo en la sociedad a contraer el virus. Dos. La calibración de las decisiones gubernamentales —ahora saben qué es lo que tiene menos costo y es eficaz en el frente sanitario—. Tres. La capacidad de adaptación de las empresas. El tiempo ha dejado claro que la actividad económica ha sabido adaptarse al impacto de la pandemia. Como consecuencia, los gobiernos deberían estar en condiciones de esforzarse menos en materia de apoyo fiscal. Lo que es, de hecho, su plan para 2021”.
En otras sociedades no ocurre, pero aquí sí. Cuesta aceptar que España parezca acostumbrada a un número de muertes que podrían, que pueden y que podrán ser evitadas. Cuesta. A pesar de todo, no es lo más difícil. Resulta imposible de comprender esta aparente despreocupación ante la evidencia científica, esta desgana en el Gobierno de nuestro país. Todas las naciones de nuestro entorno están tomando medidas ante una amenaza terrible. Las proyecciones son duras y no apuntan a un periodo de sufrimiento pequeño. Estamos perdiendo el tiempo. Perdiendo vidas, perdiendo espacio para recuperarnos antes. Por no actuar, estamos perdiendo la oportunidad y la necesidad de que lo peor de la tercera ola pase cuanto antes. Una pena.