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¿Enmienda 25 o 'impeachment'? Las vías para 'apartar' a Trump antes de la llegada de Biden
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Piden voces demócratas y republicanas

¿Enmienda 25 o 'impeachment'? Las vías para 'apartar' a Trump antes de la llegada de Biden

Cada vez más voces piden que se invoque la enmienda número 25 de la Constitución para retirar a Trump del cargo de presidente antes del 20 de enero

Foto: Foto de archivo de Donald Trump. (Reuters)
Foto de archivo de Donald Trump. (Reuters)

"A pesar de que estoy totalmente en desacuerdo con el resultado de las elecciones y los hechos me confirman, habrá una transición ordenada el 20 de enero", ha afirmado el todavía presidente de EEUU, Donald Trump, en un comunicado que ha tenido que compartir su jefe de comunicación en Twitter porque la cuenta del magnate estaba bloqueada. Pero aunque promete "una transición ordenada", el daño ya estaba hecho.

Azuzados por sus reiteradas teorías conspiratorias sobre un infundado fraude electoral masivo, así como las arengas de "lucharemos hasta el final" hasta el último minuto antes de la certificación oficial y legal de Biden como próximo presidente, varios centenares de partidarios del presidente asaltaron el edificio del Capitolio, donde el colegio electoral estaba confirmando al demócrata como vencedor de las elecciones. "El ataque fue una insurrección contra Estados Unidos, incitada por el presidente", ha denunciado el líder de los demócratas en el Senado. Unas críticas contra Trump a las que se han unido incluso figuras del Partido Republicano y cada vez más voces que piden que se invoque la enmienda número 25 de la Constitución.

Otras voces demócratas, especialmente entre los más progresistas, como Alexandria Ocasio Cortez o Ilham Omar, insisten en que si no se invoca la enmienda 25, presentarán este mismo viernes un nuevo ‘impeachment’ contra Trump. Lo que sea con tal de apartarlo de la presidencia apenas dos semanas antes de que se produzca esa “transición de poder ordenada”, que tras los sucesos del martes se ha convertido en la primera no-pacífica desde la guerra civil estadounidense.

Ya desde la misma noche del 3 de noviembre, cuando Trump se proclamó ganador de los comicios antes incluso de que se conocieran los resultados, se sabía que la transición no iba a ser fácil y que el periodo de 'pato cojo' de Trump los últimos meses al frente de la Casa Blanca iba a ser una huida hacia adelante. Que iba a poner todos los palos en las ruedas para dificultar la llegada de Biden al despacho oval. Cuando los numerosos pleitos naufragaron una y otra vez en las distintas cortes de Justicia de EEUU, a Trump y sus seguidores en el Partido Republicano se les fueron acabando las vías legales. El mandatario llegó a insistir en que Mike Pence, su hasta entonces fiel vicepresidente, se negara a reconocer los electores que darían la victoria a Biden. Poco antes de que empezase la ceremonia de certificación, Trump salió a dar un discurso a sus seguidores. Dijo que "jamás" reconocería la victoria de Biden y pidió a las masas que marcharan sobre el Capitolio para dejar clara su postura. Entonces empezó el asalto.

“El ataque fue una insurrección contra Estados Unidos incitada por el presidente”, ha defendido el líder demócrata en el Senado, Chuck Schumer, solo una de las voces que piden la destitución de Trump. "Este presidente [Trump] no puede permanecer en el cargo ni un día más", ha añadido Schumer, quien ha pedido que el vicepresidente, Mike Pence, invoque la enmienda 25, en virtud de la cual Trump dejaría de ser considerado apto para la presidencia. Más de una decena de congresistas demócratas se han unido a la petición, así como algunos republicanos o numerosas voces de los negocios y la sociedad civil. Según la CNN, varios miembros del gabinete de Trump habrían empezado “discusiones preliminares” sobre la posibilidad de invocar la enmienda.

Foto: La presidenta de la Cámara de Representantes de EEUU, Nancy Pelosi. (EFE)

La vía más corta y expeditiva con la que se puede llegar a ‘apartar’ de la Casa Blanca al presidente está recogida en la Constitución nacional: la 25ª enmienda fue aprobada en 1967 y es la que define al vicepresidente como la persona que se haría cargo del Gobierno en caso de destitución, muerte o renuncia del presidente. En este caso, es clave la sección cuarta de la enmienda, que otorga al vicepresidente y a la mayoría del Ejecutivo —“a la mayoría de los altos cargos principales de los departamentos ejecutivos o de cualquier otro organismo que el Congreso disponga por ley”— la posibilidad de ‘retirar’, de manera temporal, al líder del Ejecutivo de su cargo.

Para ello, el vicepresidente y su gabinete necesitarían redactar, firmar y trasladar un escrito a los presidentes del Senado y de la Cámara de Representantes en el que se declare al presidente incapaz de asumir su deber y de ejecutar sus poderes, de modo que es el vicepresidente —en este caso, Pence— quien asume inmediatamente los deberes y poderes que corresponden como presidente en funciones. Si bien se trata de una incapacidad revocable en el tiempo, dadas las circunstancias, Pence asumiría inderogablemente el cargo de presidente hasta el 20 de enero, día en que está fijado el traspaso de poderes a Biden. No obstante, hasta la fecha, jamás se ha invocado esta sección de la Constitución.

Foto: El vicepresidente estadounidense, Mike Pence, durante la confirmación de la victoria del presidente electo, Joe Biden.

Sí se han invocado, sin embargo, otras secciones de esta enmienda: el expresidente George W. Bush fue el primero en hacerlo —si bien Ronald Reagan, sin mencionarla específicamente, recurrió a ella en 1985— debido a un problema de salud: el mandatario tenía que recibir anestesia para realizarse una prueba médica, por lo que cedió sus poderes a su vicepresidente, Dick Cheney, únicamente durante unas horas. Unos años después, Bush tuvo que repetir la jugada, y Cheney volvió a ser presidente en funciones, también un par de horas.

La 25ª enmienda fue ratificada unos años después del asesinato de John F. Kennedy, tras varios debates acerca de la necesidad de disponer de un protocolo claro en caso de fallecimiento o renuncia. Aunque existió cierta preocupación acerca de que el Congreso pudiera abusar de esta figura, el asesinato de Kennedy y el contexto internacional, en plena Guerra Fría, hicieron de esta herramienta algo imprescindible.

Sin embargo, el comunicado —más conciliador, aunque sin abandonar la idea de que las elecciones “han sido robadas”— de Trump unos minutos después de que el propio Pence declarara oficial la victoria de Biden, sellando todas las opciones legales de los trumpistas para impugnar ese resultado, parece indicar que el equipo de Trump ha presionado al mandatario para que relajara su postura y no fuera necesario invocar la enmienda 25.

El 'impeachment', plan B

Otro camino es el ‘impeachment’, un plan B que los demócratas "deberían tener por si acaso" Trump continuara negándose a dejar la Casa Blanca utilizando todo los medios a su disposición, como han defendido varios comentaristas en medios progresistas como la CNN o 'The Atlantic'.

Ya mientras la estaban evacuando a un lugar seguro durante el asalto al Capitolio, la congresista Ilham Omar (una de los miembros del ‘squad’ junto a Ocasio-Cortez) informó de que estaba redactando unos artículos para presentar un nuevo ‘impeachment’ contra Trump. Sería el segundo ‘impeachment’, o juicio político, al que se enfrenta Trump, tras superar con éxito el ‘impeachment’ demócrata por sus presiones al presidente de Ucrania para que investigara los negocios del hijo de Joe Biden.

El proceso para un juicio político es algo más complejo y tomaría más tiempo: el Comité Judicial de la Cámara Baja es el que debe iniciar los trámites, emitiendo una resolución con los cargos por los que se pretende juzgar al presidente, que luego deberán ser votados por la Cámara de Representantes y por el Senado. Amén de que se han de debatir y votar cada una de las razones por las que se propone la destitución del presidente —y ser aprobadas por mayoría simple—, en este caso el procedimiento se tornaría improbable teniendo en cuenta que es el Senado el que ejerce de ‘jurado’ en este juicio. Es decir, aunque el 'impeachment' pase en la Cámara Baja, es poco probable que se haga con la mayoría necesaria en la Cámara Alta.

De esta Cámara harían falta dos tercios para poder declarar 'culpable' al presidente y, por lo tanto, destituirlo. Sin embargo, y a pesar de que el Partido Demócrata acaba de hacerse con el control del Senado, la diferencia con los republicanos es muy justa (50-50, pero la legislación contempla que en caso de empate sea la vicepresidencia quien disponga del voto de desempate). Con semejantes números, difícilmente sumaría los dos tercios necesarios para que el ‘impeachment’ saliera adelante, a no ser que contara con un gran apoyo por parte del Partido Republicano, lo cual, pese a las derrotas —con apoyo de los republicanos— que han cosechado las aspiraciones trumpistas a objetar los resultados electorales en Pensilvania o Arizona, parece difícil cuando apenas quedan dos semanas para que termine oficialmente el tiempo de Trump.

"A pesar de que estoy totalmente en desacuerdo con el resultado de las elecciones y los hechos me confirman, habrá una transición ordenada el 20 de enero", ha afirmado el todavía presidente de EEUU, Donald Trump, en un comunicado que ha tenido que compartir su jefe de comunicación en Twitter porque la cuenta del magnate estaba bloqueada. Pero aunque promete "una transición ordenada", el daño ya estaba hecho.

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