El volcán Kilauea vuelve a entrar en erupción

El Servicio Geológico de Estados Unidos anunció el comienzo de la erupción el pasado domingo, 20 de diciembre. Desde entonces, el cráter Halema’uma’u del volcán Kilauea no ha parado de lanzar lava y cenizas. Una hora después de que entrara en erupción se registró un terremoto en la zona de una magnitud de 4.4 en la escala de Richter.

De momento, no hay destrozos, pero han pedido a la población que se mantengan en sus casas. Las cenizas del volcán son irritantes para los ojos y las vías respiratorias.

“Después de las 9:30 p.m. (hora local), el observatorio volcánico registró un gran resplandor en el cráter del Kilauea, justo antes de que comenzara la erupción. Varias fisuras se abrieron en las paredes del cráter, que estaban llenas de agua. Se produjo una nube de vapor que fue reemplazada por la expulsión de roca fundida. La enorme fuente de lava alcanza una altura de 50 metros”, ha explicado el Observatorio volcánico de Hawái (HVO), según recoge Livescience.

El Kilauea no descansa

El Kilauea es uno de los volcanes más activos del mundo. Es una de las atracciones turísticas más importantes de la Isla Grande, o Hawái, la mayor de las ocho ínsulas que conforman este estado estadounidense situado en el Pacífico.

En 2018 arrojó la suficiente lava para llenar 320.000 piscinas olímpicas

En el archipiélago hay varias islas volcánicas, pero pocas tan incesantes como el Kilauea. Desde los años 50 prácticamente no descansa. Entró en erupción hace apenas dos años y arrojó la suficiente lava para llenar 320.000 piscinas olímpicas. La lava fluyó durante cuatro meses y destruyó más de 700 hogares.

Además, más de 30 terremotos de magnitud 4 o más han sacudido el flanco sur del Kilauea en estos últimos 20 años.