Es noticia
De las guerras belgas a los 'coles' de pobres en EEUU: la concertada en otros países
  1. Mundo
EL 21% DE LOS ALUMNOS EN ESPAÑA

De las guerras belgas a los 'coles' de pobres en EEUU: la concertada en otros países

Por el peso de la religión, para introducir nuevas forma de enseñanza o para incluir a las clases bajas en la educación: explicamos cómo es la concertada en otros países

Foto: España es el tercer país de Eurostat con más enseñanza concertada. (EFE)
España es el tercer país de Eurostat con más enseñanza concertada. (EFE)

El pasado 19 de noviembre, se aprobó en el Congreso de los Diputados la Lomloe, o ley Celaá, que introduce varias modificaciones en materia de educación y que, como sus predecesoras, no ha estado exenta de polémica.

Uno de los puntos clave que modifica es el sostenimiento de la educación concertada, eliminando la 'demanda social' como criterio para la apertura de nuevos centros o la dotación de más plazas. Además, con esta ley, los colegios concertados ya no podrán percibir cuotas de las familias para la enseñanza reglada ni tampoco imponer cuotas asociadas a fundaciones o asociaciones.

La educación concertada surgió en España en los años ochenta como una necesidad: la red de colegios públicos no era capaz de absorber a todo el alumnado, por lo que el sistema empezó a acordar con instituciones privadas un modelo mixto de enseñanza (los conciertos) que garantizase una educación para todos.

Foto: IES Gaspar Melchor de Jovellanos en Fuenlabrada (Foto: EFE)

El modelo fue creciendo hasta que, actualmente, más de dos millones de alumnos van a este tipo de centros, frente a los casi siete que estudian en la pública y unos 790.000 de los que optan por los colegios exclusivamente privados.

Es decir: dos de cada 10 alumnos españoles van a centros concertados, lo que convierte el país en el cuarto de toda Europa con más presencia de este modelo (21%). Solo lo superan Reino Unido, Bélgica y los Países Bajos, donde más de la mitad de los estudiantes estudia en centros privados dependientes del Estado (53% y 56% respecticamente), según datos de Eurostat de 2017. Para el caso de Países Bajos, la estadística de Eurostat incluye la concertada en la pública, pero otras fuentes oficiales cifran el peso de la concertada en su modelo en un 70% del alumnado, por lo que estaría a la cabeza.

Sin embargo, cada país tienen sus peculiaridades y no hay dos concertadas iguales. A continuación, explicamos cómo es el sistema educativo en otros países donde este modelo tiene presencia.

Países Bajos, la alternativa religiosa

Junto con Bélgica, uno de los países con un sistema de financiación pública de la escuela privada más consolidado. Mientras a finales del siglo XIX y comienzos del XX el resto de Europa vivía el estallido de la educación pública, en Países Bajos proliferaban los colegios privados, que ofrecían alternativas religiosas a la laicidad de la pública. Su presión provocó que finalmente se reconociese en el artículo 23 de la Constitución de 1917 que la educación privada debía financiarse con dinero público. Un caso extremo y excepcional.

La ocasión fue aprovechada por el sector privado, que durante las primeras décadas del siglo se lanzó a abrir centros que terminarían copando la mayor parte del sistema holandés. Desde entonces, los números de la educación concertada en Países Bajos han sido sorprendentemente estables y altos: tanto a comienzos del siglo XX como décadas después, el porcentaje de alumnos en la privada —financiada públicamente— ha rondado el 70%. El concierto es la base de su sistema.

Estados Unidos, una escuela para clases bajas

Una experiencia casi opuesta a la europea. La primera escuela concertada no abre sus puertas hasta 1992, en Minesota, como fruto de un esfuerzo bipartisano para mejorar la calidad de algunos centros de los barrios más desfavorecidos de las grandes ciudades. Un proyecto que se gestó durante las dos décadas anteriores, cuando los expertos o la comisión educativa 'reaganista' comenzaron a señalar la decadencia de algunas escuelas públicas. Las escuelas concertadas tenían como objetivo brindar una mejor formación a los estudiantes gracias a una mayor autonomía pedagógica legal y financiera que la de los centros públicos, sin matrículas, principios religiosos o selección de estudiantes, y operando casi con la libertad de un negocio privado. La lógica era la siguiente: si los alumnos de los barrios conflictivos de Nueva York o Chicago viven vidas muy diferentes a la de sus compañeros de otros lugares, la enseñanza debe adaptarse a ellos.

La concertada en Estados Unidos surgió como un modelo para garantizar la enseñanza a las clases más vulnerables

A diferencia de lo que ocurre en otros países, el Departamento de Educación de EEUU califica las ‘charter schools’ como centros 'públicos'. Desde entonces hasta ahora, han surgido alrededor de 7.000 centros en todo EEUU. Tampoco se han mantenido al margen de varias polémicas, que señalan que no son lo suficientemente transparentes respecto al uso del dinero que reciben o del rendimiento de los estudiantes, al mismo tiempo que se les acusa de que pueden provocar la aparición de un sistema educativo alternativo al de las escuelas públicas. Diversos estudios han mostrado que las escuelas concertadas de EEUU disparan la segregación, pero por abajo: en el curso 2014/2015, en más de 1.000 de los 6.747 centros de este tipo, un 99% de su alumnado pertenecía a minorías.

En EEUU, además, existen otras dos fórmulas: el cheque escolar, que funciona en 14 estados, introducido en la época de Reagan para que los estudiantes de la pública pudiesen optar por un centro privado (un sistema que ha sido defendido en España por Vox, Ciudadanos y PP), y las escuelas imán (‘magnet’) o de enfoque especializado, fundadas en los años setenta para atraer a estudiantes de distintos orígenes socioeconómicos o étnicos a través de enfoques curriculares distintivos. Además, en EEUU, el que quiera enseñanza religiosa debe buscarla en un colegio privado o en el ‘homeschooling’: consecuencias legales de la Primera Enmienda, que no puede dar prioridad a ninguna religión por encima de otra.

Reino Unido, sobre todo en la secundaria

Una de las particularidades ‘british’ es que la educación concertada es testimonial en la primaria (18% de todos los alumnos acuden a la concertada), pero central en la secundaria (68%). Hace casi dos décadas que se implantó el modelo ‘academy’: desde 2002, lentamente, y a partir de 2010, con el Gobierno conservador de David Cameron que llevó a Michael Gove a la Secretaría de Educación, cuando explotó totalmente. En esta fórmula, los centros adquieren una mayor independencia y dejan de estar financiados y controlados por las administraciones locales para pasar a ser gestionados por un organismo independiente y financiados por el Estado. No tienen por qué seguir el currículo nacional. El objetivo, de nuevo, es la mejora de los centros de peor rendimiento.

Una “inesperada reforma escolar”, en palabras de tres profesores de la London School of Economics, que recordaban que en 2017 dos tercios de los centros de secundaria y una quinta parte de los de primaria son academias. Su análisis mostraba que los cambios en el sistema concertado inglés no habían supuesto ninguna clara mejora escolar. Los centros tienen una mayor autonomía y pueden gastar el dinero de otra manera, pero esto no impacta en sus resultados académicos.

Además de las ‘academies’, tanto en Inglaterra como en Gales se encuentran los centros voluntarios (‘voluntary aided schools’), por lo general vinculados a alguna religión y que reciben financiación pública. Las ‘grammar schools’ o selectivas son un reducto de tiempos pasados, centros de élite que recogían a los mejores estudiantes o los que provenían de entornos favorecidos y que en muchos casos han terminado siendo asimilados por la educación privada o incorporándose a la pública en escuelas comprensivas.

Alemania y el modelo Waldorf

En Alemania, no existe la enseñanza concertada de manera oficial, pero sí oficiosa. Aunque existen colegios privados, la Constitución alemana prohíbe la segregación de alumnos en función de la capacidad económica familiar. Por ese motivo, las privadas reciben financiación del Estado (que no puede superar dos tercios del coste por alumno para la escuela).

La otra parte de la financiación se consigue mediante cuotas a las familias, que pueden ir de los 50 a los 2.000 euros, aunque en algunos estados, si se recibe financiación gubernamental, no se pueden cobrar estas cuotas. Esto ocurre mayoritariamente en los centros religiosos, que cuentan con otras vías de financiación. Además, existen becas para cubrir el coste de las cuotas de las familias que quieran llevar a sus hijos a una escuela privada, lo que los convierte en la práctica en enseñanza concertada.

En Alemania, la gran mayoría de escuelas concertadas sigue el sistema Waldorf

En 2013, el 68% de la financiación de las escuelas privadas provenía de cada estado. En cuanto al tipo de enseñanza, la gran mayoría sigue el sistema Waldorf, fundado en Sttutgart pocos meses después de la Primera Guerra Mundial por el director de una fábrica de cigarrillos que quería ofrecer educación a los hijos de sus trabajadores. Por primera vez, se juntaron en la misma clase distintos niveles educativos y clases sociales, con un enfoque orientado al individuo que se mantiene a día de hoy en cerca de 250 escuelas por todo el país. También existen centros privados con financiación estatal que siguen el método Montessori.

Bélgica, dos guerras por la educación

En Bélgica, el modelo educativo se ha conformado a golpe de conflicto. Durante siglos, el catolicismo imperó en todas las escuelas del país, ya que la inmensa mayoría de la población era religiosa. Sin embargo, a partir de 1879, con la llegada de un presidente liberal y reconocido anticlerical, empezaron a crearse escuelas 'neutrales' por todo el país. Fueron puestas en marcha por entidades locales, pero con la asistencia del Gobierno. Mientras, las escuelas católicas se quedaron sin apoyo gubernamental, por lo que la Iglesia promovió un boicot a estos nuevos centros, lo que se conoce como la ‘primera guerra educativa’ de Bélgica.

Tras varios cambios de gobierno y un segundo conflicto motivado por la obligatoriedad de poseer un título para los profesores (lo que dejaba fuera a muchos curas), se llegó a un pacto educativo entre los tres principales partidos. Desde este acuerdo, firmado en 1958, los padres pueden elegir el sistema que prefieran para su hijos y ambos están financiados por el Estado.

Por eso, a día de hoy, Bélgica sigue siendo uno de los países con más peso de la concertada en su enseñanza. El 56% de los centros tiene este modelo y la gran mayoría siguen siendo religiosos, conviviendo con el sistema público y las escuelas gestionadas por comunidades. Cada comunidad —la francesa, la flamenca y la de habla germana— tiene su propio sistema educativo, aunque con escasas diferencias entre ellos.

El pasado 19 de noviembre, se aprobó en el Congreso de los Diputados la Lomloe, o ley Celaá, que introduce varias modificaciones en materia de educación y que, como sus predecesoras, no ha estado exenta de polémica.

Alumnos Colegios Sistema educativo
El redactor recomienda