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El coronavirus asedia el país sede de la OMS: "La segunda ola es un 30% más severa"
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SUIZA, UNO DE LOS MÁS AFECTADOS DE EUROPA

El coronavirus asedia el país sede de la OMS: "La segunda ola es un 30% más severa"

El Gobierno federal ha sido criticado por no llevar adelante una estrategia nacional eficaz y haber dejado en manos de las autoridades regionales de cada cantón las decisiones

Foto: Policías en Lausanne. (Reuters)
Policías en Lausanne. (Reuters)

“Parte del personal médico ya quedó agotado tras la primera ola y esta segunda está siendo al menos un 30% más fuerte. No solo los médicos, sino todo el personal sanitario vive situaciones muy difíciles”. La doctora Aglaé Tardin mantiene la proverbial calma suiza al hablar en francés del estado de emergencia que vive el cantón de Ginebra, ciudad sede del cuartel general de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Aún así, no edulcora la realidad. "Hemos tenido que enviar a parte de los pacientes que requerían camas UCI a las regiones del este. Lo mismo ha pasado en otros cantones, el de Valais y el de Neuchatel”, afirma jefa médica cantonal sobre la saturación de sus centros.

La pandemia aprieta en el corazón de Europa. Si el golpe durante la primera ola -en la primavera- fue más contenido, ahora las estadísticas exhiben un país al que la virulencia de la segunda ola ha alcanzado de lleno. Pese a su pequeña población (8,6 millones) y a su gran riqueza (el PIB per capita es de unos 70.000 euros), Suiza ha registrado casi 200.000 nuevos casos de covid y 1.840 muertes en el último mes.

Foto: Transporte de un paciente de coronavirus a un hospital de campaña en Milán, Italia. (EFE)

Esta es una de las incidencias más altas en este momento en Europa, según datos de la Oficina Federal para la Salud Pública del país (UFSP). Hablando en plata: 849 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días, una cifra mayor a la de Reino Unido, España, e incluso a la de las vecinas Italia y Francia. Un dato que hace un mes era incluso peor (más de 2.000 casos por cada 100.000).

Con Europa todavía inmersa en la segunda ola, y muchos meses de incertidumbre por delante, también la plácida nación alpina se ha sumado a la lista de países en los que la pandemia ha conllevado ácidas polémicas por la gestión de la crisis. El Gobierno federal (Suiza es una Confederación con los 26 cantones, o administraciones locales, que se presupone son solidarios entre sí) ha sido criticado por no llevar adelante una estrategia nacional eficaz y haber dejado en manos de las autoridades regionales de cada cantón las decisiones para la gestión de la epidemia. Esto, a su vez, abrió un intenso debate en la sociedad sobre si el modelo de organización política del país es apto para la gestión de graves crisis sanitarias.

Debate su modelo territorial

La bióloga y periodista científica Barbara Gavallotti, residente en la ciudad de Zurich, cree que, en este sentido, esto es parte de los nuevos debates sobre el funcionamiento democrático que ha abierto el covid-19. “Suiza tiene un modelo muy enfocado en la democracia desde abajo. Por eso, se han tenido dificultades en imponer limitaciones a la libertad individual”, dice. “Un ejemplo emblemático ha sido lo ocurrido en el pequeño cantón de Schwyz, recientemente afectado por una explosión de casos de coronavirus tras un concierto de yodel (al que participaron unas 600 personas)”, argumenta. “La verdad es que los cantones tienen un control más próximo de la situación en el terreno, pero también tienen menos valentía a la hora de tomar medidas que no son populares”, coincide el infectólogo Christian Garzoni, director sanitario de la clínica Moncucco de Lugano, también en entrevista con El Confidencial.

Los cantones tienen menos valentía a la hora de tomar medidas que no son populares

La cronología de las últimas medidas tomadas por el Gobierno federal retratan esta situación. De hecho, incluso solo después del rápido repunte de octubre, Suiza introdujo la obligatoriedad de las mascarillas en lugares cerrados (19 de octubre) y en muchos sitios al aire libre (29 de octubre), a la vez de que a lo largo de ese mes se suspendieron o limitaron las actividades de gimnasios, bares y restaurantes y se optó por las clases virtuales para las universidades. La situación ha mejorado ligeramente en los últimos días, aunque las autoridades aún no consideran archivado el momento de emergencia. Así también (desde el 6 de noviembre) se han hecho 342.000 nuevas pruebas PCR y antigénicas para detectar a infectados, que han revelado respectivamente que una tasa de positivos del 24,1% y del 20,6%, según la UFSP.

"Ahora estamos en la situación que el número de casos nuevos ha disminuido, pero no podemos relajar las medidas. Si lo hiciéramos, nos arriesgaríamos a no tener más la capacidad para ocuparnos de las aquellos que tienen 50 o 60 años y necesitan de cuidados intensivos”, añade Tardin, al hablar de protocolos que también se aplican en otras partes del mundo pero que rara vez se comunican tan abiertamente a la población. Uno de los mayores problemas es ahora que “también ha aumentado el número de sanitarios que o no pueden trabajar porque están enfermos, o han estado en contacto con algún positivo y en principios no podrían ir a trabajar. Aunque estamos haciendo algunas excepciones para garantizar la continuidad del funcionamiento de los servicios sanitarios”, afirma, reflejando la gravedad de la situación.

Las zonas francesas, más afectadas

La gran propagación del virus en un país tan ordenado como Suiza, en donde las paradas de algunos transportes públicos marcan los segundos de los horarios en los que llegarán los vehículos, ha alertado a sus vecinos (Suiza no es parte de la Unión Europea, pero sí del Espacio Schengen) por el constante flujo de trabajadores que entran y salen diariamente de Suiza. Aun así, no es ningún secreto que las zonas menos afectadas han sido las de habla alemana y las áreas centrales, mientras que las que mayormente están sufriendo esta segunda ola son las geográficamente más próximas al sur de Francia y al norte de Italia. Un ejemplo es precisamente el caso de Ginebra, situada en el extremo oeste, donde la tasa de incidencia aún hace palidecer: más de 1.500 casos por 100.000 habitantes, según la UFSP.

Foto: Un empleado de la compañía alemana CureVac. (Reuters)

Caso similar es el del cantón Tesino, el de habla italiana, que también resulta estar bajo un fuerte estrés a causa del covid-19, con más de 1.000 casos por 100.000 habitantes. “En este momento en el Tesino hay dos hospitales covid por un total de 350 camas UCI que están ocupadas al 90%”, confirma el infectólogo Garzoni. “Sin embargo, de ser necesario, podemos ampliar este número suspendiendo las pocas operaciones quirúrgicas que todavía seguimos haciendo”, explica. Y añade: “Dicho esto, todavía hay misterios. No entendemos, por ejemplo, por qué zonas con mucha actividad como Zurich tienen un número proporcionalmente más bajo de contagios”, dice, al indicar que una posible explicación podría estar en que allí se da menos el fenómeno de familias en las que hay una mayor proximidad intergeneracional.

A nivel nacional, en cualquier caso, la situación de las UCI sigue siendo preocupante. En este momento, en las UCI, “hay 511 personas enfermas de covid y 315 de otras patologías, por lo que hay 314 camas libres”, reconoció el viernes el ministro suizo de salud, Alain Berset, sobre este tema que ha suscitado críticas en las pasadas semanas por cierta opacidad del Gobierno en dar las cifras exactas del número de puestos disponibles. Aún así, según coincidió él también, la gran preocupación es por el número de personal sanitario en capacidad para trabajar.

En este frente también ha habido polémicas. Tanto que las condiciones de trabajo del personal sanitario ha sido objeto de numerosas protestas que se llevaron a cabo en las pasadas semanas en el cantón de Neuchâtel, en Zurich, Lucerna, Ginebra, Basilea, Lausana, Friburgo, entre otras ciudades del país. “Aplaudir es bueno, actuar es mejor”, fue el eslogan elegido por el sindicato Unia, uno de los principales detrás de las movilizaciones. Una frase que probablemente sonará familiar.

“Parte del personal médico ya quedó agotado tras la primera ola y esta segunda está siendo al menos un 30% más fuerte. No solo los médicos, sino todo el personal sanitario vive situaciones muy difíciles”. La doctora Aglaé Tardin mantiene la proverbial calma suiza al hablar en francés del estado de emergencia que vive el cantón de Ginebra, ciudad sede del cuartel general de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Aún así, no edulcora la realidad. "Hemos tenido que enviar a parte de los pacientes que requerían camas UCI a las regiones del este. Lo mismo ha pasado en otros cantones, el de Valais y el de Neuchatel”, afirma jefa médica cantonal sobre la saturación de sus centros.

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