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Los mejores países para ser niño están en Europa (pero España suspende en lo físico)
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según el último estudio de unicef

Los mejores países para ser niño están en Europa (pero España suspende en lo físico)

UNICEF estudia a 41 países de altos ingresos y evalúa la calidad de la infancia: de su último informe se extrae que ser ricos no los exime de tener desatendidos algunos aspectos

Foto: 'busy' for wilhelmus on king's day
'busy' for wilhelmus on king's day

"La infancia es un privilegio de la vejez", que decía Mario Benedetti cuando, en sus últimos años, solo hablaba de la muerte. Pero además de un privilegio de la vejez, para el uruguayo la infancia "es a veces un paraíso perdido" y otras, "un infierno de mierda". La infancia, uno de los periodos fundamentales en la formación del carácter de cada ser humano, es diferente en cada punto del planeta, e incluso en el mismo país no todos los niños gozan de las mismas facilidades. Salvando las diferencias existentes entre los niños de un mismo país, aunque los países de ingresos altos suelen ser los mejores para poder disfrutar de esa infancia, en muchos de ellos se han convertido en habituales algunos aspectos negativos, como las altas tasa de suicidio, la infelicidad, la obesidad o la ausencia de destrezas sociales o académicas.

En este contexto, el que se corona como mejor país para vivir siendo niño es Países Bajos, según el último informe 'Report Card', elaborado por la oficina de investigación de UNICEF-Innocenti, que presenta una clasificación según diferentes criterios. ¿Qué es lo que hace que una infancia sea positiva? El informe evalúa tres aspectos: por un lado, el bienestar mental —donde existe uno de los principales problemas de la adolescencia, el suicidio, una de las causas más comunes de muetren en menores de entre 15 y los 19 años—; por otro, el bienestar físico y por último, las destrezas sociales y académicas. Ahora bien, para la directora de UNICEf-Innocenti, Gunilla Olsson, a pesar de que "muchos de los países más ricos del mundo tienen los recursos necesarios para brindar una buena infancia a cada niño, les están fallando".

Desde UNICEF han detectado numerosos aspectos que deterioran la calidad de la infancia de los menores de los países más desarrollados, como las relaciones de mala calidad, la ausencia de oportunidades para participar en toma de decisiones en la escuela o en el hogar, el acoso escolar o la falta de recursos —en casi la mitad de los considerados países ricos, más de uno de cada cinco niños vive en la pobreza; en España, la tasa de riesgo de exclusión y pobreza afecta a más de un 28% de los niños, según datos de la ONG Save The Children—. Existen muchas otras situaciones que empobrecen la infancia de los niños, como la dificultad a la hora de acceder a servicios de cuidado o el desempleo de las familias, pero también más 'físicas', como la contaminación ambiental o la ausencia de instalaciones de juego al aire libre.

placeholder Varios niños jugando en el parque de Las Cruces de Madrid en plena pandemia (Reuters)
Varios niños jugando en el parque de Las Cruces de Madrid en plena pandemia (Reuters)

¿Cuáles son los mejores países para ser niño?

Analizando todos estos criterios, de los 41 países analizados, el 'top 10' lo cubren países europeos, con Países Bajos a la cabeza. Le sigue Dinamarca, que durante varios años ha sido considerado el país más feliz del mundo, y Noruega, que también suele estar en lo más alto en los 'rankings' que miden la felicidad. Los diez mejores países de la clasificación de UNICEF también incluyen a España, en una nada despreciable sexta posición, aunque todos ellos fueron 'evaluados' antes de la irrupción de la pandemia de coronavirus, por lo que la situación, incluso 'buena', se prevé que empeore. "Este informe demuestra que antes de la pandemia, en los países más ricos del mundo la vida cotidiana de millones de niños y niñas estaba muy alejada de lo que podríamos considerar una infancia feliz. España no es una excepción, y aquí también prevemos que la situación empeorará debido a los efectos de la pandemia y de las medidas de contención", ha explicado el director ejecutivo de UNICEF España, Javier Martos.

  1. Países Bajos
  2. Dinamarca
  3. Noruega
  4. Suiza
  5. Finlandia
  6. España
  7. Francia
  8. Bélgica
  9. Eslovenia
  10. Suecia

En el otro lado de la balanza —aunque evalúan 41 países, se quedan fuera México, Israel y Turquía, por falta de datos— se encuentran Malta, Nueva Zelanda, Estados Unidos, Bulgaria y Chile. Llama la atención la situación de Nueva Zelanda, con una de las tasas de suicidio juvenil más altas del mundo desarrollado, por delante incluso que las cifras de Corea del Sur, donde es la principal causa de muerte en jóvenes (principalmente por problemas familiares, por acoso escolar, por problemas con los resultados de las evaluaciones académicas y por situaciones de pobreza). En Corea del Sur la tasa de suicidio era de 7,7 personas de cada 100.000 (de edades comprendidas entre los 9 y los 24 años) en 2017; el pico lo alcanzó en 2009, cuando la tasa de suicidios llegó a 10,3 de cada 100.000, cuadruplicando los datos registrados entonces.

El caso neozelandés tiene mucha relación con otros datos: la pobreza infantil, los elevados índices de embarazo entre adolescentes o la convivencia en familias en la que ninguno de los padres tiene trabajo. A esto se le suma, según Shaun Robinson, de las fundaciones de Salud Mental del país, que el estado tiene "uno de los peores registros del mundo de acoso escolar", que se suman en una "tóxica mezcla" con las altas tasas de violencia familiar, abuso y pobreza infantil. Las estadísticas, según recoge BBC, muestran que las tasas de suicidio son mayores entre jóvenes maoríes y de las islas del Pacífico, lo que muestra que hay "temas relacionados con la identidad cultural y el impacto de la colonización", por lo que podría ser considerado como un "indicador del nivel de racismo institucional" en la sociedad neozelandesa, tal y como explica Prudence Stone, de UNICEF en Nueva Zelanda. Las tasas de suicidio juvenil en España se mantienen relativamente estables, y sobre todo, bajas (2,6) en comparación con otros países, y solo detrás de las de seis de los países analizados por UNICEF: Gracia, Portugal, Israel, Chipre, Turquía e Italia.

España, suspenso en bienestar físico

Luxemburgo, Dinamarca, Finlandia, Noruega, Irlanda y Suiza son, según este informe, los países con una tasa de mortalidad infantil menor (de entre 0,36 y 0,66 muertes por cada mil niños de 5 a 14 años, según datos de 2018), y en este punto España se queda bien 'calificada', por detrás de Suiza, con una tasa de 0,71. Muy lejos queda México, el peor con diferencia, con una altísima tasa de mortalidad (2,47): la principal causa de la muerte en niños de entre 5 y 14 años son los accidentes, seguido de la presencia de tumores malignos. En el caso de los menores de nueve, la tercera causa de muerte es la presencia de malformaciones congénitas, mientras que la cuarta lo es la parálisis cerebral; en los chavales de 10 a 14 años, la tercera causa de muerte es el homicidio; mientras que el suicidio es la quinta.

placeholder Las altas tasas de sobrepeso y obesidad infantil y juvenil en España lastran los datos de bienestar del país (EFE)
Las altas tasas de sobrepeso y obesidad infantil y juvenil en España lastran los datos de bienestar del país (EFE)

Sin embargo, el otro aspecto físico es el que peor puntúa nuestro país: un 34% de los jóvenes de 5 a 19 años en España sufre sobrepeso u obesidad, según datos de 2016. Esto lo coloca en el puesto número 32 de los 41 países evaluados. Javier Martos reconoce que es una cuestión preocupante, "no solo por lo estrictamente físico", sino también porque "la obesidad se relaciona con un peor rendimiento escolar y con trastornos de autoestima". Y en este punto, la juventud española tampoco está tan bien. "Una imagen positiva del propio cuerpo está relacionada con una mayor confianza en uno mismo; una negativa puede llevar a situaciones de vergüenza, ansiedad, depresión, aislamiento y baja autoestima, y también es la principal causa que contribuye a enfermedades como la anorexia o la bulimia".

En la mayor parte de los países ricos, más de dos de cada cinco adolescentes no se sienten satisfechos con su propio cuerpo: el 28% de los niños de 11, 13 y 15 años españoles consideran que están "demasiado gordos" y el 18%, "demasiado flacos". Estas cifras son muy inferiores en Islandia, donde solo el 20% creen que tienen sobrepeso y el 13%, que están por debajo de su peso ideal; aunque también alejadas de Estonia o Polonia, los 'peores' de esta clasificación. Lo que comparten todos los países es la diferencia de esta concepción del propio cuerpo entre niños y niñas: "la imagen que se tiene del propio cuerpo está mucho más relacionada con la satisfacción (o insatisfacción) con la vida para las niñas".

En este punto cabe destacar las enormes diferencias en Finlandia, Países Bajos, Irlanda o Escocia, donde el porcentaje de niñas que vinculan su percepción del cuerpo con su propia satisfacción es muchísimo mayor que el de niños que hacen lo mismo. En Bulgaria, no obstante, donde uno de cada diez menores tiene sobrepeso, apenas existe esa vinculación entre el cuerpo humano y la sensación de agrado con la vida de uno.

"La infancia es un privilegio de la vejez", que decía Mario Benedetti cuando, en sus últimos años, solo hablaba de la muerte. Pero además de un privilegio de la vejez, para el uruguayo la infancia "es a veces un paraíso perdido" y otras, "un infierno de mierda". La infancia, uno de los periodos fundamentales en la formación del carácter de cada ser humano, es diferente en cada punto del planeta, e incluso en el mismo país no todos los niños gozan de las mismas facilidades. Salvando las diferencias existentes entre los niños de un mismo país, aunque los países de ingresos altos suelen ser los mejores para poder disfrutar de esa infancia, en muchos de ellos se han convertido en habituales algunos aspectos negativos, como las altas tasa de suicidio, la infelicidad, la obesidad o la ausencia de destrezas sociales o académicas.

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