Brote de ébola en República Democrática del Congo en plena pandemia del coronavirus

En plena pandemia por el coronavirus SARS-CoV-2, el Gobierno de la República Democrática del Congo (RDC) declaró este lunes, 1 de junio, un nuevo brote de ébola en Mbandaka, en la provincia de Ecuador, al noroeste del país, mientras sigue activa, aunque ya en su fase final tal y como señala la Organización Mundial de la Salud (OMS), la epidemia de la enfermedad originada en Kivu del Norte, al nordeste del Congo. "Puedo confirmar que tenemos una nueva epidemia de ébola en Mbandaka", capital de Ecuador y zona ya afectada en 2018 por el ébola, afirmó el ministro congoleño de Sanidad, Eteni Longondo, en una rueda de prensa en Kinshasa.

Las muestras de casos sospechosos enviados al Instituto Nacional de Investigación Biomédica (INRB), en la capital congoleña, han dado positivo, subrayó el ministro al dar cuenta del nuevo brote del virus. "Iré allí para brindar asistencia técnica al equipo de respuesta", agregó Longondo, en declaraciones recogidas por el portal de noticias local 7Sur7. Por su parte, el gobernador de Ecuador, Bobo Boloko, anunció este fin de semana que las pruebas realizadas localmente en los cuerpos de cuatro personas que murieron el pasado 18 de mayo en el distrito de Air Congo confirmaron que se podría tratar del ébola. A fecha de 1 de junio, las autoridades congoleñas han identificado a seis personas contagiadas, de las que cuatro han fallecido, y la OMS ha certificado en una nota de prensa al menos tres de los seis casos sospechosos ya han sido confirmados con test de laboratorio.

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"El nuevo brote de ébola en Mbandaka representa un desafío, pero estamos listos para enfrentarlo", ha sentenciado la directora regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para África, Matshidiso Moeti, a través de su cuenta oficial en la red social Twitter. Para Moeti, el que la OMS haya trabajado con la República Democrática del Congo y sus socios durante años ha servido "para fortalecer la capacidad de respuesta ante brotes". "Con cada experiencia –ha subrayado la directora— respondemos más rápido y de manera más efectiva".

"Este es un recordatorio de que el covid-19 no es la única amenaza para la salud que enfrentan las personas", ha manifestado por su parte Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general al frente del organismo de la ONU. "Aunque gran parte de nuestra atención está en la pandemia del SARS-CoV-2, la OMS continúa monitoreando y respondiendo a muchas otras emergencias de salud".

La provincia congoleña de Ecuador se encuentra a más de 2.000 kilómetros de la zona en la que se combate actualmente una epidemia de la enfermedad que se desató el 1 de agosto de 2018, cuando se declaró el estallido de ese brote sólo una semana después de proclamarse el final de otro brote de ébola en la provincia noroccidental. Aquel brote de Ecuador —el noveno que sufría el país— se declaró el 8 de mayo de 2018 y, hasta su final, se contabilizaron 54 contagiados, de los cuales 33 fallecieron y 21 sobrevivieron.

El pasado 16 de mayo, la RDC confirmó que se dio el alta al último paciente ingresado con ébola del brote activo al nordeste del país y las autoridades esperan poder declarar el fin oficial del mismo a finales de junio, siempre que transcurra un plazo de 42 días sin nuevos casos, tal y como han informado a Efe fuentes sanitarias. El alta del último hospitalizado se produjo el 14 de mayo en Beni, ciudad congoleña que ha sido uno de los epicentros de la epidemia que se declaró en agosto de 2018.

No obstante, las autoridades sanitarias deben seguir atentas sobre el terreno durante las próximas semanas por si aparecen nuevos casos. Si transcurrido un plazo de 42 días desde el alta de este último paciente no se detectan nuevos casos, la RDC podrá declarar el fin oficial del brote, de acuerdocona las recomendaciones de la OMS. Ya en abril del 2019, cuando el país estaba a tan solo tres días de cumplir el plazo requerido, un nuevo positivo obligó a posponer el anuncio y, desde entonces, el rebrote dejó cuatro muertos. En total, esta epidemia —la peor de la historia de la RDC y la segunda más grave a nivel mundial después de la que asoló África occidental entre 2014 y 2016— ha dejado 3.462 infectados, con 2.279 fallecidos, hasta el pasado 21 de mayo, según datos de la OMS.

El brote del nordeste que se inició en 2018 ha afectado a tres provincias —Ituri, Kivu del Norte y Kivu del Sur—, en las que su control se ha visto minado por el rechazo de algunas comunidades a recibir tratamiento y la gran inseguridad en la zona, donde operan decenas de grupos armados. El virus del ébola, descubierto precisamente en la RDC en 1976, se transmite por contacto directo con la sangre y fluidos corporales de personas o animales infectados. La fiebre que causa la enfermedad puede darse acompañada de hemorragias graves, por lo que el ébola puede alcanzar una tasa de mortalidad del 90%.

Sus primeros síntomas son fiebre repentina y alta, debilidad intensa y dolor muscular, de cabeza y de garganta, además de vómitos. La peor epidemia de ébola conocida se declaró en marzo de 2014, con los primeros casos que se remontan a diciembre de 2013 en Guinea Conakry, desde donde se expandió a Sierra Leona y Liberia. La OMS marcó el fin de esa epidemia en enero de 2016, después de registrarse 11.300 muertes y más de 28.500 casos, aunque la agencia de la ONU ha admitido que estas cifras pueden ser conservadoras.