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Roma recupera sus símbolos: reabren al público los Museos Vaticanos y el Coliseo
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La experiencia de la ciudad sin turistas

Roma recupera sus símbolos: reabren al público los Museos Vaticanos y el Coliseo

Con mascarilla, control de temperatura y desinfección de las manos con gel realizado por la farmacia vaticana, ya se pueden visitar, sin la muchedumbre habitual, los Museos Vaticanos

Foto: Los colores de la bandera italiana se proyectan en el Coliseo Romano, durante la Fase 2 del plan de emergencia en Italia (EFE)
Los colores de la bandera italiana se proyectan en el Coliseo Romano, durante la Fase 2 del plan de emergencia en Italia (EFE)

Roma empieza a despertar tras más de dos meses de confinamiento y cuarentena. La 'città aperta', que cerró sus puertas hace más de 80 días, ha dejado alguna de las imágenes más impresionantes de esta pandemia al poder verse sus calles libres de las riadas de turistas que normalmente inundan sus monumentos y ruinas. Pero hoy reabren al público algunas de sus joyas culturales más emblemáticas, como los Museos Vaticanos y el Coliseo, que ahora los romanos podrán ver con el privilegio de la soledad, y que marcan un nuevo paso hacia la normalidad.

Y hoy, como aquellos afortunados nobles y artistas a los que el pontífice invitaba para que pudieran disfrutar de sus colecciones privadas, así se sentirá el visitante en unos impresionantemente vacíos, y por ello aún más fascinantes, Museos Vaticanos, que a pesar de la falta de turistas apuestan por una apertura que se convertirá en una experiencia única.

Foto: Un restaurante en Roma, este 20 de mayo. (Reuters)

A las 10 de la mañana de hoy ya una larga fila de personas esperaba su turno para entrar, sobre todo romanos, estudiantes y muchas familias atraídos por la posibilidad de ver los museos sin muchedumbres.

La directora de los Museos Vaticanos, Barbara Jatta, salía a la puerta a saludar a los visitantes con un radiante: "Benvenuti" y muy contenta porque sólo hoy ya ha habido 1.600 reservas y "es un día de fiesta" para todos.

A pesar de la falta de turistas, Jatta no ha dudado en decidir reabrirlos para ofrecer una nueva experiencia y que los puedan disfrutar finalmente los romanos, sin filas y casi en solitario. Algo excepcional.

Mario, romano de 60 años, es uno de los primeros que entrará junto con su esposa a los Museos Vaticanos, que nunca los había visitado. "Siempre habíamos dicho que vendríamos. Ya iremos, decíamos, pero luego nunca lo hemos hecho. Ahora hemos visto la oportunidad de visitarlos sin casi gente", explica.

Mascarilla y reserva

Con mascarilla obligatoria, control de temperatura y desinfección de las manos con gel realizado especialmente por la farmacia vaticana, se comienza el recorrido por las galerías donde en algunos momentos nos podremos encontrar incluso solos. Es necesario reservar antes, ya que no se permitirá la venta de entradas en el Museo, pero todo ello sin pagar ningún sobreprecio.

El cierre de los Museos Vaticanos, uno de los más visitados del mundo con cerca 30.000 visitas diarias, ha supuesto un duro golpe económico para el Estado pontificio ya que es su principal fuente de ingresos y cada año aporta cerca de 100 millones a las arcas vaticanas.

En estos casi tres meses de cierre, sus cerca de mil trabajadores se han quedado en casa, aunque se han mantenido las labores de restauración e incluso gracias a la ausencia de visitantes se ha podido realizar una serie de reestructuraciones en sus salas.

Jatta explica que por el momento no existe aún un número máximo de visitantes previsto, ya que sin turistas nadie sabe cuantas personas lo visitaran, pero está muy contenta por la respuesta que se está ya viendo. "Espero que muchas personas se animen para visitar estas colecciones universales y quizá de una manera mas tranquila, con una calma antigua, y esperando que poco a poco se vuelva a la normalidad", afirma la directora.

Además se podrá disfrutar de los eventos dedicados a Rafael en el 500 aniversario de su muerte, con un horario aún más alargado hasta las 18.30 entre semana y de incluso una tarde de aperitivo en el patio de la Piña los viernes y los sábados.

Una manera -explica Jatta- de atraer a los romanos y a las familias que nunca se habían animado a pasar por los Museos y en espera de que se abra la movilidad con el resto de regiones o la esperada llegada de turistas, que será posible ya desde el 3 de junio para los países de la Unión Europea y del 17 de junio al resto de naciones.

De Laoconte y sus hijos rodeados de serpientes a la Capilla Sixtina

Evitar la marea humana que cada día se concentraba a la entrada y en kilométricas filas será ahora posible y se podrá disfrutar casi en solitario de grupos escultóricos como el del Laocoonte y sus hijos rodeados de serpientes.

Y conocer la historia de su descubrimiento en el Monte Esquilino y como el papa Julio II (1503-1513) la compró de inmediato para el patio octogonal de las estatuas, convirtiéndola en el punto de inicio de toda la colección.

Mas adelante se podrá apreciar el "Torso de Belvedere", otra de las obras claves de las colecciones papales y que el mismo Miguel Angel se negó a completar a pesar de que se lo pidió el papa, pero en la que se inspiró para pintar su Cristo juez en el Juicio Final.

Un recorrido entre la belleza que llega a la Capilla Sixtina, donde nadie nos mandará callar por los altavoces y se podrá disfrutar casi en absoluto silencio de los frescos de Miguel Ángel y de Sandro Botticelli, Pietro Perugino, Pinturicchio o Domenico Ghirlandaio.

Y descubrir en un lado del altar una anónima puerta que accede al llamado "cuarto de las lágrimas", donde el papa recién elegido en el cónclave entra para quitarse la sotana roja de cardenal y vestir, por primera vez, la blanca de pontífice.

En cerca tres horas se podrá recorrer los cerca de seis kilómetros de galerías, como la de los Candelabros, la de los Tapices, de casi cien metros de longitud, y después la de las Cartas Geográficas, de 130 metros, que parecerán aún más extensas sin la multitud.

El "silencio surreal" del Coliseo

Con la apertura del Coliseo, Italia recuperó su principal símbolo, pero lo hizo en medio de un panorama inédito, sin colas de turistas y entre medidas de seguridad. El 8 de marzo dejó una mella en la milenaria historia del famoso anfiteatro Flavio, pues ese día tuvo que cerrar siguiendo las reglas del Gobierno para tratar de contener la crisis sanitaria.

"Fue un momento trágico", confesó hoy la directora del Parque Arqueológico del Coliseo, Alfonsina Russo, pocos minutos antes de participar en la ceremonia de reapertura.

Han sido 84 días de "silencio surreal" en este histórico edificio, pero ahora la situación ha mejorado y se puede abrir con seguridad ya que la pandemia se ha contraído enormemente después de infectar a 233.000 personas y causar la muerte a más de 33.400.

La reapertura del anfiteatro mereció todos honores al ser un auténtico emblema de la cultura italiana: el evento tuvo aires de celebración y contó con mandos militares engalanados y autoridades como la delegada del Gobierno en la capital, Gerarda Pantalone.

El Coliseo se ha despertado en un mundo distinto al que había conocido hasta hace apenas tres meses y su disfrute ha sido adaptado a una serie de medidas de seguridad para evitar contagios que ya son la tónica habitual en todo el patrimonio italiano.

Para entrar al edificio primero se debe pasar por delante de un dispositivo electrónico que no solo mira la temperatura del visitante sino que también se cerciora de que lleva mascarilla. Además, la reserva de entradas será obligatoria, se han modificado sus horarios para que no coincidan con las horas punta en el transporte público y han sido establecidos dos nuevos recorridos de forma experimental hasta el próximo 30 de junio.

Roma empieza a despertar tras más de dos meses de confinamiento y cuarentena. La 'città aperta', que cerró sus puertas hace más de 80 días, ha dejado alguna de las imágenes más impresionantes de esta pandemia al poder verse sus calles libres de las riadas de turistas que normalmente inundan sus monumentos y ruinas. Pero hoy reabren al público algunas de sus joyas culturales más emblemáticas, como los Museos Vaticanos y el Coliseo, que ahora los romanos podrán ver con el privilegio de la soledad, y que marcan un nuevo paso hacia la normalidad.

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