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Miedo y coronavirus en la frontera con Rusia: ¿es Harbin el nuevo Wuhan de China?
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AUMENTAN LOS CASOS IMPORTADOS

Miedo y coronavirus en la frontera con Rusia: ¿es Harbin el nuevo Wuhan de China?

Pekín teme un repunte de casos en Harbin, capital de una de las provincias fronterizas con Rusia. Para evitarlo, ha pedido a sus nacionales que no vuelvan a casa y ha castigado a las autoridades locales

Foto: Policías en el aeropuerto de Harbin, capital de la provincia Heilongjiang, uno de los nuevos focos por coronavirus en China. (Reuters)
Policías en el aeropuerto de Harbin, capital de la provincia Heilongjiang, uno de los nuevos focos por coronavirus en China. (Reuters)

El 8 de abril, el mismo día en que se levantaban las restricciones en Wuhan, las autoridades chinas cerraron la frontera con Rusia. Aunque se permitía el paso de nacionales chinos, Pekín temía que la vuelta en masa de cientos de compatriotas residentes en el país vecino provocara una segunda oleada de contagios por coronavirus en el norte del país y acabara con la exitosa estrategia china, que llevaba semanas anunciando cero casos locales.

En respuesta, algunas ciudades cercanas a Rusia han impuesto mayores restricciones para tratar de frenar la expansión del virus. El problema es que la frontera, de miles de kilómetros, es muy porosa. Las autoridades chinas se están viendo sobrepasadas para controlar el flujo de Rusia, país en el que viven más de 100.000 chinos y ya acumula más de 43.000 positivos por coronavirus, aunque algunos expertos, sin embargo, creen que son muchos más.

Foto: Ayuda china en un aeropuerto de la República Checa. (Reuters)

Este domingo, se han reportado 61 casos oficiales en Heilongjiang, provincia en el norte del país y fronteriza con Rusia. 54 de ellos habían sido en Harbin, la capital, donde la policía ya ha restringido los movimientos, aunque, de momento, las autoridades locales no han comunicado ningún confinamiento al estilo de Wuhan. De hecho, aseguran que no será necesario "al tener controlada la cadena de contagio", según Zeng Guang, epidemiólogo jefe del Centro Chino de Prevención y Control de Enfermedades.

Estas afirmaciones contrastan con las imágenes que se difunden en las redes sociales sobre lo que está pasando en Harbin, una ciudad de más de 10 millones de habitantes. En algunos de ellos se ven vídeos de colas en los hospitales de la provincia y cortes de carretera. Una persona que había vuelto hace unos días de Estados Unidos, identificada por las autoridades como "Han", ha sido la fuente de más de 50 contagios en la ciudad.

Al margen de esta persona, las personas contagiadas entran en su mayoría por la ciudad portuaria Suifenhe, que ya cuenta con, por lo menos, 400 casos importados de coronavirus. Además, este domingo, también se reportaron 34 nuevos casos provenientes de Rusia en la región autónoma de China Mongolia interior. Esas 34 personas habían entrado por Manzhouli, un paso principal entre China y Rusia.

No volváis a casa, por favor

La frontera china permanece cerrada salvo para nacionales chinos, aunque el Partido Comunista ha recomendado a los chinos residentes en Rusia no volver a casa, cancelando la gran parte de los vuelos. Una de las únicas rutas para volver a casa, con casi todos los vuelos cancelados, es cogiendo un tren hasta Vladivostok y entrando a través de Suifenhe, un pueblo costero chino de 70.000 habitantes a 500 kilómetros de Harbin. Antes de que cerraran la frontera ya habían cruzado 2.000 nacionales chinos por este mismo camino.

Trabajadores en un aeropuerto de Harbin, registrando hace unos días la llegada de nacionales chinos. (Reuters)

Yang Yanjie, subdirector del grupo experto epidemiológico de la provincia de Helongjiang, le dijo hace unos días al periódico chino Global Times que el número de contagios en Suifenhe seguirá subiendo y que la ciudad necesitará, por lo menos, un mes para gestionar los casos importados de Rusia. Tanto Suifenhe como Harbin han impuesto 28 días de cuarentena y tests a todas las llegadas del extranjero. “Pensábamos que nuestro pequeño pueblo era el lugar más seguro”, dijo un residente de Suifenhe a la agencia Reuters. “Algunos ciudadanos chinos quieren volver [de Rusia], pero no parece muy razonable. ¿Para qué vuelves aquí?”, dijo.

"Las lagunas y las deficiencias del trabajo contra la epidemia, que conducen a los casos de infección por conglomerados e infección en Harbin, deben investigarse a fondo. Contendremos de forma resuelta el repunte y la propagación de la epidemia, y nunca permitiremos que arruine los esfuerzos nacionales contra Covid-19", dijo Wang Wentao, el gobernador de la provincia, en una videoconferencia el pasado jueves por la noche.

Foto: Figuras de Donald Trump y Xi Jinping en Rusia. (Reuters) Opinión

Como consecuencia, 18 funcionarios de Harbin han sido puestos en una "lista negra" del Partido Comunista chino, que les acusa de “wishful thinking” por no haber podido prevenir el nuevo estallido del virus, según explican medios locales.

Desde luego, para detener la propagación del coronavirus las autoridades chinas están dispuestas a todo. Las autoridades de la provincia de Helongjiang están ofreciendo recompensas a todos aquellos que descubran a personas cruzando la frontera ilegal. Las personas que “capturen” y entreguen a la policía a esas personas por vía terrestre o marítima serán recompensados con 5.000 yuanes (700 dólares), según dijo el funcionario de la provincia este lunes. Además, cualquier “pista” confidencial recibirá 3.000 yuanes.

El 8 de abril, el mismo día en que se levantaban las restricciones en Wuhan, las autoridades chinas cerraron la frontera con Rusia. Aunque se permitía el paso de nacionales chinos, Pekín temía que la vuelta en masa de cientos de compatriotas residentes en el país vecino provocara una segunda oleada de contagios por coronavirus en el norte del país y acabara con la exitosa estrategia china, que llevaba semanas anunciando cero casos locales.

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