Una familia recrea su viaje de vacaciones en avión sin salir de la habitación

Los Russel son una familia australiana que tenía grabado en rojo en su calendario el mes de abril. Era la fecha elegida para sus vacaciones en Europa, un viaje que llevaban cinco años planeando y que han tenido que suspender por culpa del Covid-19. Sin embargo, han decidido tomarse la situación con humor y han realizado su viaje soñado… aunque sin salir de casa.

La idea fue del padre de familia, Nathan Russel, un profesor de instituto que preparó el salón de su casa como si fuera la cabina del avión: colocó dos filas de tres asientos en los que ‘viajarían’ cómodamente, pero pensó en todos los detalles: por eso preparó arcos de seguridad para vigilar las maletas antes de subir a bordo, unas tarjetas de embarque preparadas para la ocasión (de la hasta ahora desconocida Lounge Chair Air) e, incluso, menús para ir comiendo durante la duración del vuelo… estimada en 15 largas horas.

La madre, Kirsty Russel, ha explicado a The Guardian que todo "comenzó como una broma, pero en realidad ha sido bastante divertido. Pensamos que a los niños no les interesaría en absoluto. Pero lo han aceptado". No solo eso, sino que cada uno de ellos ha tenido sus propias tareas en el viaje. Así, el hijo mayor, de 16 años, era el responsable de los arcos de seguridad del aeropuerto; la pequeña, de 9, se encargaba de revisar las maletas; y la mediana, de 14, se convirtió en la azafata que les daba la bienvenida a la aeronave.

Una aventura muy divertida

Una vez que la familia subió a bordo a través de la 'puerta 1' ("porque es la única que tenemos"), se acomodaron en sus asientos y comenzó su periplo desde Sídney hasta Múnich, haciendo escala en Doha, la capital de Catar. Durante el viaje, fue el padre quien se encargó de servir las diferentes comidas, utilizando un carrito con ruedas que tiene en su biblioteca y que normalmente utiliza para colocar y mover libros.

Las reglas eran muy sencillas: podían moverse por el salón y tener sus móviles encendidos con conexión a internet, pero solo habría un baño disponible. A partir de ahí, se las deberían apañar para mantenerse entretenidos durante el viaje, que Kirsty fue retransmitiendo paso a paso a través de su cuenta de Twitter.

Nathan, que se encuentra en pleno año sabático en su instituto, y Kirsty, que ayuda a padres que tienen niños con necesidades especiales, habían programado un gran viaje en el que visitarían Alemania, Italia, Francia, el Reino Unido y que terminaría con un crucero por el Mediterráneo. Querían que sus hijos conocieran Europa ya que ellos viajaron al Viejo Continente por su luna de miel y se enamoraron de esta parte del mundo.

Una vez que “aterrizaron” en Múnich, la familia quiere seguir conociendo Europa, así que aprovechará las visitas virtuales de los museos y grandes atracciones de las ciudades para disfrutar a fondo de su viaje. Una forma de plantar cara al coronavirus y de que los días sean un poco diferentes para quien no está acostumbrado al confinamiento en casa.