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Si China hubiera cerrado 21 días antes, habría limitado un 95% el alcance del virus
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Un estudio de la U. de Southampton

Si China hubiera cerrado 21 días antes, habría limitado un 95% el alcance del virus

Si no se hubiera cerrado, el número de infectados en China se hubiera multiplicado por 67. Si China hubiera tomado esas medidas tres semanas antes, habría limitado un 95% el alcance

Foto: Un equipo de desinfección en Pekín. (EFE)
Un equipo de desinfección en Pekín. (EFE)

Cuando China cerró Wuhan, epicentro de la epidemia de coronavirus, la ciudad registraba 500 casos. Madrid ya roza hoy los 2.000. Las drásticas medidas de contención que impuso China, desde la restricción de movimiento al aislamiento de la población en sus casas, han cumplido su objetivo: el país ha pasado ya el pico de contagio de la epidemia, que ha infectado a 135.200 personas en todo el mundo y matado a más de 5.000 enfermos.

Si China hubiera tomado estas medidas de contención una semana antes, habría limitado un 66% el alcance del virus. Si lo hubiera hecho tres semanas antes, un 95%. Sin embargo, si no se hubiera actuado la expansión del Covid-19 y el número de infectados en China se hubiera multiplicado por 67. Estos son datos de un reciente estudio de la universidad británica de Southampton en colaboración con el Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Wuhan, cuya conclusión es clara: cuanto más demoras la respuesta, peor.

"En algunos países europeos hemos pasado ya el momento en el que China reaccionó con una fuerte intervención. Es por eso que creo que en estos países europeos deberían tomar en consideración medidas tan extremas como las que tomó China", explica el profesor Andrew Tatem, de la Universidad de Southampton y uno de los autores principales del estudio, a El Confidencial. "Se ha demostrado que [estas medidas] son exitosas si se implementan pronto".

Las imágenes de Wuhan el pasado febrero, que mostraban las calles vacías y las familias encerradas en sus casas, multas a los que se atrevieran a salir y cierres de carreteras son ya hoy las de Italia, que, sin embargo, las ha impuesto semanas más tarde que el Gobierno chino. Según estimaciones epidemiológicas, y con más de 3.800 contagios, España está solo seis días por detrás de Italia cuando esta impuso su cuarentena general.

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Para el estudio, Tatem y su el equipo de mapeo de población 'Worldpop' ha ejecutado varios modelos epidemiológicos teniendo en cuenta el movimiento humano y la expansión de la enfermedad desde Wuhan para establecer los posibles escenarios a los que se hubiera enfrentado China dependiendo del tipo de medidas de contención que hubiera aplicado y cuándo.

Entre las medidas, los científicos destacan tres: la detección temprana de los casos y el aislamiento de los contagiados, las restricciones de viaje y, finalmente, el aislamiento social —toques de queda, prohibición de eventos públicos, imponer el teletrabajo, mantener a la gente en sus casas—. La clave es el tiempo: si las medidas tomadas por China a finales de febrero se hubieran retrasado tan solo una semana, los contagios se habrían multiplicado por tres. Dos semanas más tarde, por siete. Tres semanas, por 18, sostiene el estudio.

China ocultó casos

Por esto, el cóctel de secretismo y anquilosamiento de las autoridades locales del régimen chino, muchas veces temerosas de ofrecer malas noticias a los jefes del partido, fue también clave en el enorme alcance del coronavirus en China. Más de 80.900 infectados y 3.100 muertes hasta hoy, especialmente en Wuhan, pero con casos en todas las provincias chinas.

El primer paciente con una infección por coronavirus apareció el 17 de noviembre, según las últimas investigaciones chinas publicadas por el diario 'South China Morning Post'. Se trataría de un hombre de 55 años de la provincia de Hubei. Durante el mes siguiente, se detectaron entre uno y cinco casos diariamente en los hospitales de la provincia. Para el 20 de diciembre había al menos 60 nuevos casos confirmados.

China no informó públicamente de la aparición del nuevo virus neumónico letal, todavía desconocido, hasta varias semanas después, el 31 de diciembre. En su informe a la OMS, las autoridades chinas afirmaron que el primer diagnosticado databa del 8 de diciembre, una información que los nuevos datos ponen ahora en duda. Pekín no admitió públicamente que era posible el contagio entre humanos hasta el 21 de enero.

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En ese tiempo las autoridades chinas no solo ocultaron información al público, sino que también actuaron contra los médicos que intentaban prevenir sobre la aparición de este nuevo virus similar al SARS en Wuhan. Para entonces, la enfermedad ya estaba desatada y para cuando empezaron a tomar medidas de contención, el 23 de enero, había más de medio millar de casos en la ciudad.

Según los datos ofrecidos por el estudio de la Universidad de Southampton, si China hubiera actuado hasta tres semanas antes, es decir, a finales de diciembre, cuando según los últimos detalles del 'South China Morning Post' ya habría casi 60 casos (aunque no denunciados públicamente), la enfermedad habría sido contenida y su expansión al 95%. Incluso solo apenas una semana antes, la contención habría seguido siendo muy alta: del 66%.

En algunos países hemos pasado ya el momento en el que China reaccionó con una fuerte intervención.

Sin embargo, según los resultados de los modelos matemáticos del estudio, no todas las medidas de contención son igual de efectivas dependiendo del momento en el que se halle la curva de la epidemia y sus contagios. De entre esas tres actuaciones no farmacológicas, la detección temprana de los casos y aislamiento de los contagios previene más infecciones que las restricciones de viaje o de contacto social. A su vez, los encierros obligatorios en sus residencias y el cierre de espacios públicos son más efectivos que las restricciones de viaje. "Pero por supuesto el mayor efecto es si se combinan los tres juntos", advierte Tatem.

"Si hay un foco en un sitio concreto, en una ciudad, las restricciones de viaje son una buena opción. Pero si el virus ya se ha esparcido a todo el país, las restricciones de viaje ya no son tan efectivas. Entonces hay que volcarse en otras medidas de contención como impedir que la gente tenga contacto con otras personas: cerrar eventos, aislamientos generales, impedir que la gente vaya a trabajar, cerrar escuelas. Que la gente no se junte", sostiene el investigador de la Universidad de Southampton.

Ejemplo de Corea del Sur

Además de en China, una buena combinación de estas medidas de contención se han aplicado en Corea del Sur o Singapur, donde pese a un estallido muy amplio en el inicio de la epidemia, se están empezando a ver cómo disminuyen sus casos.

Corea del Sur, que ha alcanzado ya los 7.000 casos pero que ha pasado de informar de hasta 900 nuevas infecciones por día a los apenas 100 que han registrado este viernes, ha aplicado con éxito una rápida reacción al primer brote: una temprana detección de los casos con miles de test de diagnóstico practicados, restricciones de viaje en Daegu, foco de la epidemia, y aislamiento social en la mayoría de sus ciudades.

España, por el momento, ha realizado un número más limitado de test de diagnóstico, reservados para la gente que haya mantenido contacto cercano con alguien que ya haya dado positivo por el coronavirus, ha cerrado escuelas y universidades y empieza a aplicar otras medidas de aislamiento social como instar al teletrabajo o cerrar bares y terrazas en algunas comunidades autónomas. Sin embargo, todavía no se han impuesto restricciones de viaje dentro del país ni se ha llegado a una cuarentena absoluta como la que ha impuesto Italia esta semana.

"Desde un punto de vista científico, imponer este tipo de medidas tan pronto como se pueda y tantas como se pueda es por supuesto la mejor manera de enfrentarse a una epidemia", afirma Tatem, que, sin embargo, admite que el modelo no incluye la perspectiva política de un encierro tan radical para contener el virus. No importa si el brote ya alcanza más de 2.000 contagios, como es el caso de España. "Deben aplicarse incluso cuando el brote sea ya amplio. Hay que asegurarse que la gente permanece en sus casas y el virus no se siga expandiendo", sostiene.

Cuando China cerró Wuhan, epicentro de la epidemia de coronavirus, la ciudad registraba 500 casos. Madrid ya roza hoy los 2.000. Las drásticas medidas de contención que impuso China, desde la restricción de movimiento al aislamiento de la población en sus casas, han cumplido su objetivo: el país ha pasado ya el pico de contagio de la epidemia, que ha infectado a 135.200 personas en todo el mundo y matado a más de 5.000 enfermos.

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