Qatar se erige en mediador mundial tras el acuerdo de EEUU con los talibanes
Qatar, pese a su pequeño tamaño (11.586 kilómetros cuadrados), ha logrado una importante influencia internacional, impulsando acciones destinadas a mantener la paz en la región
La relevancia que ha adquirido Qatar como país clave en la paz entre Oriente y Occidente que patente el pasado 29 de febrero, fecha en la que se firmó en su capital, Doha, el histórico acuerdo de paz entre Estados Unidos y los talibanes de Afganistán que conlleva la retirada de las fuerzas estadounidenses del país y el compromiso talibán de un alto el fuego y no realizar ataques desde territorio afgano a otros países.
Distintos medios internacionales destacaron la firma del histórico acuerdo en Qatar, cuyo Gobierno desempeñó un papel esencial, no tanto como sede de la firma sino como mediador junto a otros actores internacionales. El emirato ha contribuido a la conquista del acuerdo actuando en diversos ámbitos, desde la representación gubernamental a organizaciones como el centro de estudios sobre conflictos y cuestiones humanitarias del Instituto de Doha, que ha marcado una hoja de ruta para las negociaciones.
Según informa Servimedia, Qatar, pese a su pequeño tamaño (11.586 kilómetros cuadrado ), ha logrado una importante influencia internacional, impulsando acciones destinadas a mantener la paz en la región y ha asumido el rol de mediador tanto regional como entre Oriente y Occidente, pese a que su situación geopolítica le haya ocasionado conflictos con países vecinos, principalmente por sus buenas relaciones con Irán, rival de Arabia Saudita.
Precisamente, su interlocución con el régimen de Teherán le convierte en el mejor mediador entre Irán y Estados Unidos, país con el que también mantiene buenas relaciones en todos los ámbitos desde el económico hasta el militar.
El artículo 7 de la Constitución qatarí señala que “la política exterior del Estado versa sobre el principio del fortalecimiento de la paz y seguridad internacional, mediante el fomento de la resolución pacífica de controversias internacionales, y el apoyo del derecho a la libre determinación de los pueblos, y abstenerse de la injerencia en los asuntos internos de los Estados, y la cooperación con las naciones amantes de la paz”.
Basándose en este texto constitucional, las autoridades qataríes subrayan que el compromiso del país con el diálogo entre naciones es firme. En el acto de la firma de Doha entre EEUU y los talibanes, el ministro de Relaciones Exteriores, Sheik Mohamed bin Abdulrahman Al Thani, expresó que su país continuará desempeñando un papel en la reducción de los conflictos en Oriente Medio “porque creemos en el poder del diálogo y el compromiso”.
De hecho, Qatar ya ha participado, aunque no siempre con éxito, en negociaciones en Yemen, Sudán, Libia, Eritrea, Etiopía, Líbano, Palestina o Darfur. Su diplomacia se basa en mantener buenas relaciones con las principales potencias internacionales, de forma prioritaria con Estados Unidos y a la vez posicionarse como mediador y actor clave en negociaciones regionales. Practicando una política exterior proactiva, a nivel mundial, ha conseguido que esa mediación internacional sea también una palanca de crecimiento e internacionalización.
Esta política exterior cuenta con activos que le otorgan un status como las inversiones financieras mundiales, a través del Fondo Soberano de Inversión de Qatar; o el patrocinio de eventos deportivos, intelectuales y culturales. En este sentido, el Foro de Doha, que se celebra desde el año 2000 en la capital de Qatar y en el que participan más de 100 países, ya es considerado como el ‘Davos’ de Oriente Medio.
En su última edición celebrada en diciembre de 2019, el emir Tamin bin Hamad Al Thani puso énfasis en el incremento de problemas a nivel global como la pobreza, las guerras y el cambio climático: “No hay duda de que la humanidad está atravesando muchos desafíos difíciles, pero también hay una abundancia de bondad en la que se puede confiar. Por lo tanto, todos debemos conmemorar la bondad y los logros humanos donde sea que se encuentren”, afirmó en su intervención.
La diplomacia de Qatar intentará ahora negociar y levantar el bloqueo que Bahréin, Egipto, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos mantienen al país desde junio de 2017. Estos Estados vecinos acusan a Doha de financiar el terrorismo y demandan que Qatar rompa relaciones diplomáticas con Irán.
Qatar niega esas acusaciones y ha denunciado que esos países del Golfo intentan violar su soberanía. Sin embargo, ahora se han empezado a dar los primeros pasos para la reconciliación después de un encuentro en Roma con Arabia Saudí el pasado mes de octubre y la invitación a Qatar a participar en la 40º edición del Consejo de Cooperación del Golfo celebrada en diciembre.
La relevancia que ha adquirido Qatar como país clave en la paz entre Oriente y Occidente que patente el pasado 29 de febrero, fecha en la que se firmó en su capital, Doha, el histórico acuerdo de paz entre Estados Unidos y los talibanes de Afganistán que conlleva la retirada de las fuerzas estadounidenses del país y el compromiso talibán de un alto el fuego y no realizar ataques desde territorio afgano a otros países.