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Paranoia en Irán, segundo foco más letal del coronavirus: "Nos ocultan los muertos"
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Al menos 15 muertos y cierre de fronteras

Paranoia en Irán, segundo foco más letal del coronavirus: "Nos ocultan los muertos"

Pese a las declaraciones de que el Gobierno está haciendo todo lo posible por contener la epidemia, la desconfianza pública es rampante. "Si ocultaron lo del avión, seguro que nos ocultan los muertos"

Foto: Mujeres iraníes se protegen con máscaras en Irán. (Reuters)
Mujeres iraníes se protegen con máscaras en Irán. (Reuters)

El 21 de febrero, miles de iraníes eran llamados a las urnas para las elecciones parlamentarias en la República Islámica. Paralelamente, unas reluctantes autoridades admitían los primeros casos de infectados por coronavirus, un brote “totalmente bajo control”, con apenas cinco contagios. Ese mismo viernes, funcionarios estatales insistían a los iraníes para que salieran a la calle a estampar su dedo en las cartillas de votación. En los colegios electorales —que ampliaron su horario de apertura—, los bolígrafos para rellenar las largas papeletas pasaban de mano en mano y miles de votantes mojaban, una y otra vez, su índice en las mismas almohadillas de tinta. No se tomó ninguna precaución extraordinaria para controlar la posible expansión del brote de Covid-19, atendiendo a los propios comunicados de las autoridades locales.

placeholder Una mujer muestra su dedo manchado de tinta, que demuestra que ha votado, en Irán. (Reuters)
Una mujer muestra su dedo manchado de tinta, que demuestra que ha votado, en Irán. (Reuters)

Apenas dos días después del cierre de las urnas, y mientras los resultados confirmaban el giro conservador del próximo Parlamento, el Ministerio de Salud de Irán informaba de al menos 12 muertos víctimas del brote del nuevo coronavirus. Un salto de 10 nuevos casos en solo dos días que convirtió el país en el segundo foco más letal de la epidemia, solo por detrás de China, y desató una oleada de pánico y desconfianza entre los iraníes hacia el Gobierno de la República Islámica.

"El [brote de] coronavirus fue ocultado porque el régimen quería unas elecciones con alta participación, robustas", afirma Ali Ghazizade, analista político iraní. "Hasta ayer por la mañana, las fuentes gubernamentales no informaban de nada relacionado con el coronavirus, y en un día nos hemos convertido en el segundo país con más [muertes] por la enfermedad", critica.

Este martes son ya 15 muertos y cada vez más países vecinos cierran sus fronteras o cancelan sus rutas aéreas con Irán, ante el miedo de que las autoridades iraníes no sean capaces de controlar la expansión del virus.

El viceministro de Salud, infectado

El país se ha levantado además con la noticia de que el viceministro de Salud iraní, Iraj Harirchi, ha sido contagiado por el nuevo coronavirus, según ha confirmado él mismo en un vídeo desde el hospital en el que afirma que "[los iraníes] venceremos al corona".

La admisión del político se produce tras días de rumores avivados por las imágenes de Harirchi en una rueda de prensa sudando profusamente, supuestamente por la fiebre.

No es el único rumor. Pese a las declaraciones de que está haciendo todo lo posible por contener la epidemia, las suspicacias públicas hacia el Gobierno empiezan a ser rampantes. Unos recelos avivados por las cifras contradictorias que ofrecen las propias autoridades.

¿50 muertos?

Este lunes, el Ministerio de Salud cifraba en 12 los muertos y 61 infectados (15 muertos y 91 infectados el martes), la mayoría en la ciudad santa para el chiísmo de Qom, pero también en otras grandes urbes como Teherán o Isfahán. En la sesión parlamentaria durante la jornada, el diputado por la región de Qom, foco de la epidemia en Irán y donde se han registrado más casos, Ahmad Amirabadí, acusaba al Gobierno de encubrir las cifras de muertes por coronavirus y denunciaba hasta 50 víctimas mortales solo en Qom y más de 250 personas puestas en cuarentena en los hospitales de la ciudad. Los casos, según el diputado, habrían comenzado a detectarse el 10 de febrero, con la primera muerte, días antes de que el Ministerio de Sanidad iraní admitiera a la Organización Mundial de la Salud sus primeras víctimas (el 19 de febrero, anunció el contagio de dos personas: apenas cinco horas después, ya habían fallecido).

Aunque las autoridades iraníes han negado rotundamente las cifras ofrecidas por el diputado, el propio Ministerio de Salud ha admitido "retrasos" en la primera respuesta y contabilización de los casos. Se detectaron varios posibles infectados por el nuevo coronavirus, pero como "ninguno de los pacientes había viajado a China u otros países infectados, no se incluyeron en el protocolo" y no se contabilizaron, declaró un portavoz del ministerio a la prensa local.

Foto: Dos mujeres iraníes caminan con máscaras en Teherán. (EFE)

Detalles y testimonios contradictorios que no han hecho más que avivar la psicosis de los iraníes contra su propio Gobierno, con una confianza muy minada después de la gestión del incidente con el avión de Ukranian Airlines, que dejó 176 víctimas, la mayoría de nacionalidad iraní. Durante las primeras jornadas, las autoridades de la República Islámica culparon a un fallo técnico o humano del choque, para más tarde tener que admitir que el avión había sido derribado por un misil iraní. La tardía admisión provocó protestas multitudinarias en el país.

"Si ocultaron lo del avión, seguro que nos ocultan los muertos [del coronavirus]", se queja Farhad, iraní de mediana edad. Ciudadanos y doctores se han volcado en redes sociales para contar sus testimonios del alcance de la epidemia. Muchos han denunciado la falta de equipamiento de protección para el personal médico en los hospitales. Ante el cierre de fronteras y las informaciones que apuntan a que la situación sería más grave de lo reconocido por las autoridades, muchos han comenzado a acaparar comida y desinfectantes, desabasteciendo unos supermercados muy vapuleados por las sanciones estadounidenses. La falta de confianza en el Gobierno y la creciente paranoia dificultarán el manejo iraní de la crisis, advierten los analistas.

Letalidad del 20%

Las cifras sobre la mesa parecen dar la razón a los que apuntan que los casos de infectados serían superiores a los confirmados por el Gobierno iraní. Con solo 61 contagiados confirmados y 12 muertes oficiales, la tasa de letalidad de la enfermedad en Irán sería de casi el 20%, exponencialmente superior a la tasa de muertes estimada en el resto del mundo, incluso en el epicentro de la epidemia en Wuhan, donde se cifra entre un 2 y un 4%. Poco probable, incluso en un sistema de salud debilitado. Fuera de China, la tasa es de apenas el 0,7%. Con semejante proyección, lo más probable es que haya muchos más casos de infectados no contabilizados que rebajarían así esa altísima tasa de letalidad.

Entre el rifirrafe de cifras, las autoridades iraníes se han negado por el momento a establecer la cuarentena en las ciudades más afectadas, como Qom, centro de peregrinación y estudio del islam chií que atrae a estudiantes de todo el mundo, incluida China. Por el momento, sí se han establecido medidas como la suspensión de clases en escuelas y universidades, eventos deportivos y otras actividades que impliquen una gran aglomeración de gente en 10 provincias del país, incluidas la propia Qom y Teherán.

La atención por la expansión del coronavirus fuera de China se centra en Corea del Sur e Irán

'Cuarentena' impuesta por sus vecinos

Pese a la insistencia del Gobierno iraní en que tiene controlado el brote, los países vecinos de Irán han impuesto sus propias medidas de cuarentena hacia los visitantes provenientes del país persa. Turquía, Pakistán, Afganistán, Irak y Armenia han cerrado sus fronteras terrestres con Irán, mientras que otros países de la región, como Kuwait, Omán, Jordania y Arabia Saudí han aplicado restricciones de vuelos o cuarentenas obligatorias para los viajeros provenientes de Irán.

Pese a estas medias, Baréin, Kuwait, Omán, Afganistán e Irak han detectado sus primeros casos de infectados de coronavirus, todos relacionados con Irán, bien por nacionales iraníes o personas que habían viajado al país recientemente, lo que no hace más que confirmar las sospechas de que en el país persa la situación está fuera de control.

El 21 de febrero, miles de iraníes eran llamados a las urnas para las elecciones parlamentarias en la República Islámica. Paralelamente, unas reluctantes autoridades admitían los primeros casos de infectados por coronavirus, un brote “totalmente bajo control”, con apenas cinco contagios. Ese mismo viernes, funcionarios estatales insistían a los iraníes para que salieran a la calle a estampar su dedo en las cartillas de votación. En los colegios electorales —que ampliaron su horario de apertura—, los bolígrafos para rellenar las largas papeletas pasaban de mano en mano y miles de votantes mojaban, una y otra vez, su índice en las mismas almohadillas de tinta. No se tomó ninguna precaución extraordinaria para controlar la posible expansión del brote de Covid-19, atendiendo a los propios comunicados de las autoridades locales.

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