La misión secreta de Australia: salvar los últimos 200 árboles jurásicos del planeta
Un increíble bosque único, que se encuentra en el más absoluto secreto, ha sido salvado de ser pasto de las llamas gracias a la rápida actuación de las autoridades australianas
Australia está viviendo uno de los peores momentos de su historia. Los gravísimos incendios que han afectado al país oceánico durante los últimos meses han creado una caótica situación que, a día de hoy, continúa sin estar controlada por completo. Y es el fuego ha acabado con miles de animales, ha dejado muy malherida la flora de diversas partes del país e, incluso, se desconocen las consecuencias a corto plazo... por lo que incluso se han llevado misiones secretas.
Cuando el fuego estaba absolutamente descontrolado, a pesar de los esfuerzos de los servicios de emergencia por conseguir acotar su radio de acción, las autoridades decidieron poner sobre la mesa una cuestión: salvar una de las grandes joyas de la naturaleza. Sin embargo, sería necesario llevar a cabo un plan absolutamente secreto para que nadie descubriera la ubicación exacta de pino de Wollemi, el conocido como 'árbol dinosaurio'.
El pino de Wollemi es uno de los árboles más importantes que podemos encontrarnos a día de hoy en la naturaleza. Se trata de una especie de conífera que mide aproximadamente unos 40 metros, que destaca por su corteza de color marrón oscuro, muy nudosa, y que cuenta con una extraña hoja plana que puede medir hasta ocho centímetros. Pero, sobre todo, por ser el árbol más antiguo del planeta. Y no solo está en peligro de extinción, sino que está considerado como un fósil viviente.
Y es que se trata de una especie tan antigua que llegó a convivir con los dinosaurios, pero de la que quedan poco menos de 200 árboles en el mundo... y todos ellos están en un bosque de Sídney. Fue descubierta en el año 1994 en un área muy poco accesible de Nueva Gales del Sur y tal fue su importancia que los expertos ni siquiera se atrevieron a revelar su ubicación exacta, para evitar que el turismo masificado pudiera dañar una especie tan importante como esta.
El problema ha llegado con los incendios. La posibilidad de que el fuego pudiera acabar con esos 200 árboles provocó que se llevara a cabo una 'misión de rescate' sin igual en su ubicación, en la garganta de las Montañas Azules. En primer lugar, los bomberos se encargaron de lanzar desde helicópteros un retardante de llamas alrededor del bosque; a continuación, durante varios días, varios expertos instalaron un sistema de irrigación para humedecer la zona e impedir la llegada del fuego.
Matt Kean, ministro de Medio Ambiente del Estado de Nueva Gales del Sur, describió la operación como una "misión de protección medioambiental sin precedentes". No solo por la dificultad que conlleva el acceso, ni tampoco por el complejo dispositivo que hubo que montar para evitar la pérdida de estos 200 árboles del Jurásico sino, sobre todo, por la dificultad de mantener en secreto esta operación para que siguiera siendo un enigma la localización de los pinos de Wollemi.
Más de 100.000 kilómetros cuadrados de tierra se han calcinado por culpa de los incendios de Australia -una superficie mayor a todo Portugal-, pero se ha conseguido salvar una de las grandes joyas de nuestro planeta. Una misión absolutamente secreta con la que las autoridades han logrado evitar la desaparición de los 200 'árboles dinosaurio' que quedan en nuestro planeta: eso sí, su ubicación exacta seguirá, al menos de momento, siendo un secreto para el común de los mortales.
Australia está viviendo uno de los peores momentos de su historia. Los gravísimos incendios que han afectado al país oceánico durante los últimos meses han creado una caótica situación que, a día de hoy, continúa sin estar controlada por completo. Y es el fuego ha acabado con miles de animales, ha dejado muy malherida la flora de diversas partes del país e, incluso, se desconocen las consecuencias a corto plazo... por lo que incluso se han llevado misiones secretas.