El santuario marino de Palaos prohíbe casi todas las cremas solares

A pesar de tratarse de un archipiélago del Pacífico, aquellos que lo visiten ya no podrán proteger su piel de los rayos del sol con cremas ni bloqueadores. La República de Palaos —un conjunto de 500 islas situado en Oceanía, en la región de Micronesia— ha puesto fin al uso de estos productos debido a su impacto negativo en el medioambiente, ya que al disolverse en el agua, resultan dañinos para los corales y el resto de especies marinas.

Desde ayer, casi todas las cremas están prohibidas, bajo multa de mil dólares (más de 890 euros), además de la confiscación de los productos. El presidente del país, Tommy Remengesau, justificó así la medida: "El medioambiente es nido de vida y tenemos que respetarlo". Las pocas marcas que se salvan de la prohibición son aquellas que no utilicen oxibenzona u octinoxato, bloqueadores de los rayos ultravioleta muy habituales en el mercado.

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Según explicó el dirigente a la agencia AFP, esta decisión "toma nota" de las recomendaciones de la ciencia, que ya demostró lo perjudicial de estas sustancias para el desarrollo de ciertas especies marinas, especialmente para los corales.

Al disolverse en el agua, algunas sustancias de las cremas resultan dañinas para los corales y el resto de especies marinas

Y esta no es la única prohibición implementada durante la última década en Palaos para mantener su biodiversidad, famosa entre los buceadores por sus aguas claras. En el año 2014, se decretaba el fin de la pesca comercial en toda la Zona Económica Exclusiva del país. "Esto es algo que sobrepasa las pérdidas económicas en los ingresos de empresas o de otros países. Estamos hablando de un modo de vida que será diezmado si no adoptamos acciones responsables", afirmó entonces Remengesau a la cadena de televisión australiana ABC.

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Las principales perjudicadas fueron compañías taiwanesas y japonesas. Los apenas 22.000 ocales y los turistas sí que pueden seguir pescando —caña en mano, eso sí; y sin crema solar— en las playas de Palaos, cuyas aguas son, desde el año 2009, uno de los mayores santuarios de tiburones del mundo.