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No todo el 'big data' es 'Black Mirror': Taiwán busca opciones para un "Gobierno abierto"
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Plataformas de 'hacktivismo'

No todo el 'big data' es 'Black Mirror': Taiwán busca opciones para un "Gobierno abierto"

¿Sería posible que los ciudadanos pudieran aportar propuestas -aprovechando herramientas de la nueva era de la tecnología- a la administración pública, ésta las asumiera y las pusiera en práctica?

Foto: Audrey Tang, ministra digital de Taiwán
Audrey Tang, ministra digital de Taiwán

¿Podríamos imaginar que alguien tuviera una idea para favorecer la convivencia o la gobernabilidad del país, la hiciera llegar a las autoridades y lograra su compromiso para llevarla a término? ¿Y si se tratara de objetivos concretos como mejorar la calidad del aire, reducir el consumo de agua o impulsar el transporte público? ¿Sería posible que los ciudadanos pudieran aportar de modo creativo -y aprovechando herramientas de la nueva era de la tecnología- sus propuestas a la administración pública, ésta las asumiera y las pusiera en práctica? Audrey Tang, una 'hacktivista' que entró hace unos años en el Gobierno de Taiwán, se hizo estas mismas preguntas. ¿Su respuesta? Aplicaciones para un gobierno abierto y participativo que se alejan de las distopías a lo 'Black Mirror'.

Aunque parezca utópico, Taiwán está ensayando con éxito un innovador modelo de gobernanza que acerca las instituciones a la ciudadanía a través de herramientas tecnológicas destinadas a crear una administración más participativa, abierta y eficiente. Así lo han explicado Tang, Ministra Digital de Taiwán y figura de referencia mundial en el ámbito del 'hacktivismo' durante un encuentro en Sevilla, acompañada de voces como la exsecretaria de la Red de Jóvenes Asiáticos por la Democracia, Po-yu Tseng, y la politóloga Claire Cheng, de la comunidad digital 'g0v'.

Foto: Foto: Plasma/Flickr

El horizonte planteado por las ponentes taiwanesas constituye una expresión de resistencia frente a la distopía del 5G y los 'Big Data', que están comenzando a revertir muchos derechos y libertades sin apenas contestación por parte de los poderes públicos y la ciudadanía.

En un mundo donde cada vez somos más observados, espiados, fiscalizados y manipulados por las grandes compañías que controlan el tráfico de información y la red global de comunicaciones, los 'hacktivistas' de Taiwán tienen mucho que enseñar. "Lo que proponemos es un modo diferente de administrar la sociedad, que no se base tanto en jerarquías y burocracias, que favorezca la participación de abajo a arriba. A través de herramientas 'open source', 'open hardware' y 'open data' queremos construir una arquitectura tecnológica que proteja lo que a la gente de verdad le importa y dé respuesta a sus necesidades", señaló Tang.

"Un día a la semana estoy disponible para que los ciudadanos me hagan llegar sus propuestas, destinadas a mejorar el gobierno y la sociedad. Organizamos 'hackatones', votamos las mejores iniciativas y logramos el compromiso de la presidenta del gobierno para ponerlas en marcha". La filosofía que subyace a este planteamiento es que los avances tecnológicos han de favorecer la justicia social, la inteligencia artificial debe conjugarse con la inteligencia colaborativa y ponerse al servicio de las personas, no de los intereses de las grandes corporaciones o del poder político.

Plataformas digitales

Para hacer viable este innovador modelo de gobernanza, Taiwán cuenta con plataformas digitales como g0v, iVoting, Join y vTaiwan, donde los ciudadanos pueden compartir sus propuestas, intercambiar puntos de vista y descubrir valores comunes. Estas herramientas tecnológicas facilitan la construcción de consensos de manera muy práctica, pues las discusiones giran en torno a problemas específicos que preocupan a la gente más allá de diferencias ideológicas o de enfrentamientos políticos.

Cada ciudadano es invitado a presentar ideas sobre el mejor modo de gestionar un asunto concreto que afecta al bien común, mejorar una situación o poner el foco en temas olvidados por las autoridades. Así se presta atención a cuestiones que no responden a la agenda de intereses de los poderes establecidos y se incorporan propuestas creativas. En definitiva, se promueve la innovación social y se descarga a la Administración de una parte de la toma de decisiones, ofreciendo a la ciudadanía un mayor margen de autogestión.

Cambio de mentalidad

La mayor dificultad para desarrollar con éxito este nuevo modelo de gobernanza es que requiere un cambio de mentalidad, frente al que se oponen la inercia social y la resistencia de los poderes establecidos. Además, existe una vulnerabilidad importante en materia de seguridad, derivada de posibles manipulaciones o injerencias a través de bots y trolls. Taiwán está lanzando iniciativas de manera experimental para tratar de minimizar estos riesgos.

Las aportaciones del panel de expertos taiwaneses se enmarcan dentro del III Congreso Move.net, que ha reunido a un grupo de académicos y activistas españoles, latinoamericanos y asiáticos en la Universidad de Sevilla los pasados 14 y 15 de noviembre bajo la coordinación de los profesores J. Candón y D. Montero. El evento ha contado con financiación de la Taiwan Foundation for Democracy, gracias a un convenio con la Fundación Emmanuel Mounier.

En un contexto como el de España, marcado por la fragmentación del espectro político, la polarización ideológica y la fractura del consenso social, las innovaciones taiwanesas en materia de gobernanza merecen una atenta consideración. Porque algunos problemas serían más fáciles de gestionar con más inteligencia colaborativa, menos dogmatismo ideológico y una mayor dosis de pragmatismo.

¿Podríamos imaginar que alguien tuviera una idea para favorecer la convivencia o la gobernabilidad del país, la hiciera llegar a las autoridades y lograra su compromiso para llevarla a término? ¿Y si se tratara de objetivos concretos como mejorar la calidad del aire, reducir el consumo de agua o impulsar el transporte público? ¿Sería posible que los ciudadanos pudieran aportar de modo creativo -y aprovechando herramientas de la nueva era de la tecnología- sus propuestas a la administración pública, ésta las asumiera y las pusiera en práctica? Audrey Tang, una 'hacktivista' que entró hace unos años en el Gobierno de Taiwán, se hizo estas mismas preguntas. ¿Su respuesta? Aplicaciones para un gobierno abierto y participativo que se alejan de las distopías a lo 'Black Mirror'.

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