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Comprar el carné y sobornar al policía: así son las carreteras más mortíferas del mundo
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en tailandia, la licencia cuesta $20

Comprar el carné y sobornar al policía: así son las carreteras más mortíferas del mundo

En 2016, más de 32 de cada 100.000 tailandeses murieron en las carreteras. En comparación, en Indonesia, un país menos desarrollado y con baches, la tasa es de 12,2. En España es de 3,7

Foto: Un servicio de rescate gratuito contra los accidentes de carretera en Tailandia. (Reuters)
Un servicio de rescate gratuito contra los accidentes de carretera en Tailandia. (Reuters)

Hacerse con el carné de conducir en Tailandia es fácil. En una mañana y por una veintena de dólares es posible salir con la licencia si se conoce a las personas adecuadas en los lugares oportunos. Las inspecciones técnicas en coches y motos pueden hacerse sin llevar los vehículos a ningún taller a cambio de unos pocos billetes. Y las multas, a veces, resultan irrisorias. Ir sin casco en moto se sanciona con menos de diez euros -dependiendo del agente- y lo particular es que, tras ser amonestado, el motorista puede seguir su camino a dos ruedas. A cabeza descubierta, por supuesto.

Este país cuenta con carreteras gigantescas pero abarrotadas. Impera una ley no escrita en la que manda el más grande, por lo que es común ver a camiones y autobuses cometer infracciones o cambiar de carril sin mirar si por allí pasan motoristas desprotegidos y sin casco.

Foto: El día del Elefante en Tailandia, el 13 de junio. (Reuters)

¿Las consecuencias? Tailandia es considerado como el país con las carreteras más mortíferas del mundo para los que van en dos ruedas, y en algunas ocasiones también para el resto de accidentes. Así lo determina la Organización Mundial de la Salud (OMS), que en sus estudios anuales sobre los accidentes de tráfico en el mundo suele poner al antiguo reino de Siam como primer o segundo país con mayor número de muertes en las que hubiera vehículos involucrados, a veces detrás de algún país africano. Si se mira la mortandad en motocicletas, el país del sureste asiático es el primero.

En 2016, más de 32 de cada 100.000 tailandeses murieron en las carreteras, según cifras de la OMS. En comparación, en Indonesia, un país menos desarrollado y con baches en las carreteras, la tasa es de 12,2. En España la tasa es nueve veces menor (3,7). Las cifras tailandesas solo son comparables con países como el Congo o Liberia, donde las infraestructuras públicas y el parque de vehículos son muy diferentes. ¿Qué ocurre en el asfalto siamés?

Imprudencias y falta de educación vial

A cualquiera que vea las carreteras tailandesas le sorprenderá la alta mortalidad de personas, ya que son vías amplias, con numerosas autopistas y avenidas de muchos carriles. Sin embargo, la superpoblación y la falta de opciones de transporte público hacen que el tráfico sea irritante. Por ejemplo, solo en Bangkok hay 9,7 millones de coches y motos, lo que según el Gobierno es ocho veces la capacidad máxima de vehículos para las carreteras existentes.

Aun así, los grandes atascos y la falta de opciones de transporte metropolitano no afectan a países en situaciones similares. El tráfico en Indonesia o Filipinas está igualmente congestionado y las vías son peores, pero la mortalidad en ambos lugares es la mitad que en Tailandia.

La clave de la mortalidad en las carreteras tailandesas tiene que ver con las motocicletas, ya que el 74% de los fallecimientos se producen sobre dos ruedas. Dentro de coches y otros vehículos ligeros solo muere el 6% de la población.

Foto: Monjes budistas ante militares tailandeses durante una protesta en el Templo Dhammakaya, en la provincia de Pathum Thani. (Reuters)

La mayoría de los que van en motocicleta no lleva casco. En el centro de Bangkok es fácil ver cómo los motoristas van con la cabeza descubierta. Algunos piensan que se debe a la falta de recursos económicos, pero un casco reglamentario en el país es barato y muchos motoristas simplemente los dejan en casa. Con lo que pagan en multas por no llevarlo quienes usan la moto a diario podrían comprarse más de uno. Otros piensan que mucha gente de clase media y alta en el país dice asustarse cuando monta en moto.

En realidad, muchos conductores y motoristas desconocen la alta mortalidad en las carreteras de su país, lo que lleva a numerosas imprudencias. Las campañas mediáticas de concienciación naufragan. Pensar eso de “a mí no me va a pasar” es muy habitual. Se cree que es debido a la escasa formación en seguridad vial.

Uno puede sacarse el carné de moto legalmente en una mañana. De hecho, para el examen práctico se espera que el candidato haya traído su moto, ya que se asume que conducir sin licencia es común. Como lo es ir sin seguro. Los motoristas aprenden sobre la marcha, conducen entre los coches y se preocupan más de avanzar deprisa que de su seguridad.

Ocurre algo similar con los conductores de vehículos mayores, quienes además se creen con más derechos que los conductores de motocicletas. Por ejemplo, en las autopistas el tráfico lento suele ir por el carril de aceleración y no existe una norma de conducción, básicamente porque nadie se la ha enseñado a los conductores. Aquellos que quieren evitar el tráfico zigzaguean por las carreteras sin usar los intermitentes.

La única jerarquía que la gente respeta es la del tamaño. Cuanto más grande sea el vehículo, más prioridad tiene. En esta ley no escrita, las motos son el último escalón y han de adaptarse al tráfico.

El poder del dinero

Además de la idea jerárquica del tamaño de los vehículos en carretera, también influye el poder económico de muchos. El heredero del imperio Red Bull, Vorayuth Yoovidhaya, eludió a la Justicia tras haber matado a un policía con un Ferrari, mientras que jóvenes adinerados que han atropellado a otras personas por imprudencias o alcoholismo al volante acaban esquivando la cárcel pagando algunas mordidas.

Foto: Vehículos y motoristas permanecen atascados en una calle congestionada en Yakarta (Indonesia). (EFE)

La policía de tráfico está normalmente más preocupada de montar controles en los que arañar mordidas que en detener a verdaderos infractores. En los controles de alcoholemia es muy habitual que alguien se ofrezca a resolver el entuerto pagando unos 50 euros bajo mano.

Cada año, 5.500 motoristas mueren en las carreteras de Tailandia. Más de la mitad son menores de 20 años. En el nuevo año tailandés (13 de abril) y el 1 de enero el gobierno tailandés ha decidido lanzar campañas para advertir de los peligros que conlleva conducir borracho. Se distribuyen imágenes con accidentes sangrientos y la policía aumenta las detenciones. Sin embargo, la brevedad de la campaña resalta su incapacidad para conseguir resultados.

"Si comes verduras dos veces al año y solo te alimentas de helado el resto del tiempo, tu médico pensará que estás loco", explicó hace unos días el secretario general de la Fundación No Conduzcas Borracho, Tairjing Siriphanich. "Y eso es lo que estamos haciendo con la seguridad vial".

Hacerse con el carné de conducir en Tailandia es fácil. En una mañana y por una veintena de dólares es posible salir con la licencia si se conoce a las personas adecuadas en los lugares oportunos. Las inspecciones técnicas en coches y motos pueden hacerse sin llevar los vehículos a ningún taller a cambio de unos pocos billetes. Y las multas, a veces, resultan irrisorias. Ir sin casco en moto se sanciona con menos de diez euros -dependiendo del agente- y lo particular es que, tras ser amonestado, el motorista puede seguir su camino a dos ruedas. A cabeza descubierta, por supuesto.

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