Cómo Trump obligó a cambiar la predicción del tiempo en EEUU para no contradecirse
Los trabajadores de la Agencia Estatal de Meteorología implicados salieron en defensa de sus pronósticos, en lugar de darle la razón al presidente Trump para que su tweet fuera cierto
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El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, busca justificar la alerta que él mismo ha creado sobre la amenaza que suponía el huracán Dorian para Alabama. Así, según informa el New York Times, el máximo mandatario presionó a sus asistentes para que estos intervinieran por él en una agencia estatal con el único fin de cambiar un pronóstico que contradecía las palabras de Trump; un hecho que desencadenó una reprobación pública muy inusual por parte de los trabajadores de la agencia.
En respuesta a la solicitud formulada por el presidente, el jefe del gabinete interno de la Casa Blanca, Mick Mulvaney, le dijo a Wilbur Ross, secretario de Comercio, que la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) tenía que corregir de forma pública a los meteorólogos que habían asegurado que Alabama no estaba en peligro por la trayectoria de Dorian.
Así, un alto funcionario de la administración Trump confirmó que el presidente le dijo a su personal que NOAA "aclarase" el pronóstico que habían dado sus trabajadores. Una petición que la agencia, que depende del Departamento de Comercio, llevó a cabo mediante una actualización de pronóstico no firmada que decía que la oficina del Servicio Meteorológico Nacional de Birmingham, en Alabama, se había equivocado al refutar de forma categórica la advertencia del presidente.
El origen de la polémica
El último desafío a la credibilidad de Trump tiene como punto de partida una de las tareas más complicadas que tiene que llevar a cabo un presidente: advertir a sus ciudadanos cuando desastres naturales como el huracán Dorian amenazan a la población. Fue el día 1 de septiembre, cuando Dorian reunió fuerzas sobre el Atlántico y se dirigió hacia la costa este, el momento en el que el presidente escribió en Twitter que Alabama, entre otros estados, "probablemente será golpeado (mucho) más fuerte de lo previsto". Un tweet que, cuando fue publicado ya no se correspondía con la verdad, puesto que las predicciones habían cambiado.
In addition to Florida - South Carolina, North Carolina, Georgia, and Alabama, will most likely be hit (much) harder than anticipated. Looking like one of the largest hurricanes ever. Already category 5. BE CAREFUL! GOD BLESS EVERYONE!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) September 1, 2019
Tan solo unos minutos después del tweet de Trump, el Servicio Meteorológico Nacional en Birmingham publicó un mensaje en Twitter que, sin citar a nadie, iba claramente dirigido al presidente y en el que decía que "Alabama NO verá ningún impacto de #Dorian. Repetimos, no se sentirán impactos del huracán #Dorian en todo Alabama”. Ellos sí que estaban en lo correcto, puesto que Alabama no fue golpeada por el huracán.
Alabama will NOT see any impacts from #Dorian. We repeat, no impacts from Hurricane #Dorian will be felt across Alabama. The system will remain too far east. #alwx
— NWS Birmingham (@NWSBirmingham) September 1, 2019
Sin embargo, a Donald no le sentó bien la respuesta, ya que se sintió desafiado y, a modo de respuesta, durante los siguientes días continuó intentando demostrar que él había tenido razón. En su lucha por llevar la razón, el presidente llegó a mostrar o publicar en Twitter diferentes mapas obsoletos, siendo, alguno de ellos, incluso alterado con un rotulador para que pareciese que Dorian cruzaría Alabama. Además, como último cartucho, pidió a su asesor de seguridad nacional que emitiera un comunicado que respaldase sus palabras.
Las reacciones a la petición
La actualización del pronóstico no hizo más que intensificar la polémica, dado que los críticos con Trump acusaron a su administración de politizar el clima, así como también el inspector general del Departamento de Comercio abrió una investigación sobre el caso. A esta búsqueda de culpables también se ha de sumar otra investigación impulsada por un comité científico de la Cámara, el cual está controlado por demócratas y que también intentará depurar responsabilidades por su cuenta.
Como resultado, el furor por la predicción de Donald Trump sobre la tormenta ha derivado de un momento de vergüenza temporal a una responsabilidad política para la adminsitración, puesto que no se trata solo de una cuestión del presidente, quien no está dispuesto a asumir un error, sino que ahora parece que la Casa Blanca está dispuesta a presionar a los científicos para validar las declaraciones de Trump.
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Ross también advirtió al administrador de NOAA que los mejores empleados del equipo podrían ser despedidos en caso de que no se aplacara la situación de disconformidad con las palabras del presidente. Sin embargo, su portavoz negó esta amenaza, a lo que un funcionario de alto rango en la administración confirmó que si Ross hizo tales declaraciones, estas no fueron bajo la dirección de Mulvaney.
La respuesta de Trump y la Casa Blanca
Durante una rueda de prensa posterior a los hechos, uno de los periodistas asistentes preguntó al presidente si él le había dicho a su jefe de gabinete que ordenara a NOAA que "reprobara a los pronosticadores", a lo que el respondió tajantemente que no, que nunca había hecho eso y que era "todo un engaño de los medios de comunicación falsos. Cuando hablaban sobre el huracán y cuando hablaban de Florida y hablaban de Alabama, eran solo noticias falsas. Fue, desde el principio, una historia falsa".
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Por su parte, la Casa Blanca no hizo comentarios más allá de las declaraciones del presidente y solo un alto funcionario hizo una distinción entre decirle a NOAA que "rechace" el pronóstico y que "lo aclare". De hecho, el argumento de la Casa Blanca fue que los meteorólogos habían ido demasiado lejos y que el presidente tenía razón al sugerir que había modelos que mostraban un posible impacto en Alabama.
La respuesta de NOAA
Desde lo sucedido, el doctor Neil Jacobs, el administrador de NOAA, ha pasado los días intentando apaciguar los ánimos de las diferentes partes implicadas, así como de la comunidad científica en general, la cual está preocupada por la interferencia política. Así, durante una conferencia meteorológica dijo que "esta administración está comprometida con la importante misión de pronosticar el clima" y que "no hay presión para cambiar la forma en que se comunica o pronostica el riesgo en el futuro".
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Además, durante su discurso, el dr. Jacobs elogió a Trump y comentó que el presidente estaba "realmente interesado en mejorar los pronósticos del tiempo", así como también le lanzó un capote al asegurar que "en un momento, Alabama estaba en la mezcla, al igual que el resto del sudeste". Pero él no fue el único que recibió apoyo por parte del doctor, puesto que también dijo que entendían y apoyaban "plenamente la buena intención de la oficina de pronóstico del tiempo de Birmingham, que era calmar los temores en apoyo de la seguridad pública".
La posición actual de la controversia
Sin inmutarse por las declaraciones del responsable político de NOAA, el comité científico de la Cámara de Representantes ha exigido documentos e información relacionados con la declaración de NOAA y sus orígenes. En concreto, las peticiones pasan por los correos electrónicos, notas informativas, recordatorios y llamadas telefónicas realizadas durante el periodo. Pero la solicitud no se queda ahí, ya que el comité le pidió a Ross que respondiera una serie de preguntas, incluso si algún representante de la Oficina Ejecutiva del Presidente le ordenó a NOAA que emitiera la declaración especificando algún tipo de contenido en concreto en ella.
Además, los miembros del comité aprovecharon para recordar a Ross las declaraciones que hizo bajo juramento el día de su llegada al cargo y en las que dijo que "la ciencia debe ser realizada por científicos". A mayores, en ese mismo juramento manifestó su apoyo a "la publicación de datos científicos reales".
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, busca justificar la alerta que él mismo ha creado sobre la amenaza que suponía el huracán Dorian para Alabama. Así, según informa el New York Times, el máximo mandatario presionó a sus asistentes para que estos intervinieran por él en una agencia estatal con el único fin de cambiar un pronóstico que contradecía las palabras de Trump; un hecho que desencadenó una reprobación pública muy inusual por parte de los trabajadores de la agencia.