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La pataleta que llevó a Bolsonaro a insultar a la mujer de Macron: "No somos una colonia"
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también ha rechazado la oferta del G-7

La pataleta que llevó a Bolsonaro a insultar a la mujer de Macron: "No somos una colonia"

Los comentarios del presidente francés han encendido al mandatario brasileño, quien considera la ayuda europea una intromisión en la soberanía brasileña

Foto: Marcha por la Amazonía en Río de Janeiro. (EFE)
Marcha por la Amazonía en Río de Janeiro. (EFE)

La Amazonía arde, y la sociedad internacional, cada vez más concienciada con el cambio climático, lo sintió como suyo. Incluso el G-7, la cumbre de grandes potencias internacionales celebrada la semana pasada en Francia, trató el tema en una sesión tras la que se comprometió a donar 20 millones de dólares para la extinción de los miles de incendios que asolan la selva amazónica.

El presidente francés, Emmanuel Macron —voz cantante en la cumbre—, afirmó que "es nuestra casa la que se quema" y criticó la gestión de su homólogo brasileño, Jair Bolsonaro. El presidente brasileño y sus políticas a favor de las grandes terratenientes agrarios y ganaderos que le ayudaron a llegar al poder están en el centro de la polémica por los más de 20.000 incendios que asolan la selva del Amazonas. Paralelamente a los ofrecimientos de ayuda militar para la extinción de los fuegos, países europeos, con Macron a la cabeza, han advertido de que el acuerdo UE-Mercosur puede pender de un hilo.

"Está apoyando [Bolsonaro] proyectos económicos nefastos para la selva amazónica", señaló en declaraciones a la cadena France 2, y avisó de que no le permitirán "destruirlo todo".

Los comentarios no han sentado nada bien a Bolsonaro, quien ha rechazado ya la ayuda económica del G-7 y ha acusado a Macron de tener "mentalidad colonialista", en lo que ha entendido como una intromisión en la soberanía brasileña en la selva del Amazonas (un 65% pertenece a Brasil) y los asuntos internos del país.

"No podemos aceptar que un presidente, Macron, desate ataques irracionales, ni que disfrace sus intenciones detrás de una alianza de países del G-7 para 'salvar' el Amazonas, como si fuéramos una colonia o tierra de nadie", ha declarado el mandatario en sus redes sociales.

Foto: The Wider Image: Brazil's Amazon rainforest under siege by illegal mines

"El respeto a la soberanía de un país es lo mínimo que se puede esperar en un mundo civilizado", ha añadido, jaleado por sus ministros.

Macron: "Respetamos su soberanía, pero en el tema de la Amazonía no podemos dejarle destruirlo todo"

Entre comentario y comentario, Bolsonaro ha aprovechado también para insinuar que Macron le ataca por "envidia" hacia su matrimonio con una joven esposa 27 años menor que él, frente a la suya, Brigitte Macron, 24 años mayor que el mandatario francés. "Las mujeres brasileñas sin duda sienten vergüenza al leer esas declaraciones por parte de su presidente", ha respondido Macron, que ha catalogado los comentarios de "tristes".

Para ahondar la controversia, algunas voces afirman que, dado que la supervivencia global del planeta depende de 'pulmones' como el del Amazonas, estaría justificada una intervención internacional para paliar la destrucción de la selva que produce cerca del 20% del oxígeno del planeta.

Después de insistir en que los incendios representan "una crisis internacional", Macron ha añadido que, si bien respetan la soberanía brasileña, "en el tema de la Amazonía no podemos dejarle destruirlo todo".

El canciller brasileño, Ernesto Araújo, ha respondido a estos comentarios rechazando cualquier tipo de ayuda internacional en esa línea: "Nadie necesita de una 'nueva iniciativa para la Amazonía', como sugiere el presidente Macron, cuando ya existen en el ámbito de la Convención del Clima de las Naciones Unidas varios mecanismos para combatir la deforestación", escribió Araújo en sus redes sociales. El ministro de Relaciones Exteriores de Brasil ha destacado el "muy evidente esfuerzo, por parte de algunas corrientes políticas, de extrapolar cuestiones ambientales reales transformándolas en una 'crisis' fabricada, como pretexto para introducir mecanismos de control externo de la Amazonía".

"Brasil no aceptará ninguna iniciativa que implique relativizar la soberanía sobre su territorio, cualquiera que sea el pretexto y cualquiera que sea el ropaje", concluyó el ministro.

Sanciones internacionales

Brasil insiste en que la situación generada por el fuego en la Amazonía ha sido "exagerada" por "cuestiones políticas" y en que los incendios no están "fuera de control" ni son los peores registrados históricamente en una zona que "cada año" se enfrenta a las llamas. De hecho, y pese al aumento de algo más del 80% de los focos de incendios este 2019 con respecto al año anterior, en 2004 —con Luiz Inácio Lula da Silva en el Gobierno—, en agosto ya se habían superado los 100.000 incendios, frente a los 72.000 de este año.

Entre los motivos para ello, señalan desde el Gobierno brasileño, estaría un intento europeo de cancelar la firma del tratado de comercio UE-Mercosur, anunciado finalmente hace apenas dos meses tras 20 años de difíciles negociaciones que amenazaron con dar al traste con el acuerdo.

El propio Macron ha adelantado su negativa a ratificar el acuerdo comercial si Bolsonaro no muestra un compromiso serio con el medio ambiente y la lucha contra el cambio climático. Otros países comunitarios, como Finlandia, amenazan con boicotear las exportaciones de carne brasileña, de las que la UE en conjunto es el tercer mayor consumidor, solo por detrás de China y Hong Kong. Otro gran mercado ligado a la crisis es el cultivo extensivo de soja, utilizado para la alimentación de vacas en la ganadería.

Esta reticencia de Macron al acuerdo UE-Mercosur, en línea con el proteccionismo histórico del país para proteger a sus ganaderos y agricultores locales, estaría detrás de la actitud del mandatario hacia los incendios de la Amazonía, según la perspectiva brasileña. En Europa, en cambio, la decisión de Macron de tomar el timón de Europa en el G-7, con una canciller alemana Angela Merkel en retirada, así como atender —al menos de cara al público— el grito social contra la destrucción de la Amazonía han reafirmado su posición como líder de la Unión Europea.

La Amazonía arde, y la sociedad internacional, cada vez más concienciada con el cambio climático, lo sintió como suyo. Incluso el G-7, la cumbre de grandes potencias internacionales celebrada la semana pasada en Francia, trató el tema en una sesión tras la que se comprometió a donar 20 millones de dólares para la extinción de los miles de incendios que asolan la selva amazónica.

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