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La megatrama de comida orgánica 'fake' que acabó con el cabecilla muerto en su coche
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La megatrama de comida orgánica 'fake' que acabó con el cabecilla muerto en su coche

El juez C. J. Williams calificó la estafa como un "fraude masivo". "Ha causado un daño incalculable al pueblo estadounidense y su confianza en los productos orgánicos", aseveró

Foto: Productos de soja. (iStock)
Productos de soja. (iStock)

En Chillicothe, un pueblo del estado de Misuri (EEUU), Randy Constant era "un pilar dentro de su comunidad", había participado en la junta directiva del colegio local y dedicaba su tiempo y dinero a su pueblo y a la Iglesia metodista. Era un buen vecino. O eso decía su abogado. Con esa descripción, pocos pensarían que este hombre de 61 años era en realidad el líder de la mayor estafa de comida orgánica falsa que se haya registrado en EEUU.

Constant fue hallado muerto en su coche por inhalación de monóxido de carbono esta semana, después de que un juez federal de EEUU le condenara a 10 años de prisión y le embargara 120 millones de dólares por el fraude en cuestión. La autopsia concluyó que el empresario se suicidó en el garaje de su casa, donde le encontró la policía ya sin vida. El fallecido debía ingresar en la cárcel en las próximas fechas.

La muerte por suicidio de Constant a la espera de cumplir sentencia se produce en plena crisis en el Departamento de Prisiones del país, después de que se suicidara en su celda el multimillonario Jeffrey Epstein, acusado de crear una red de tráfico sexual de menores hace una década en sus mansiones de Nueva York y Florida.

Según los investigadores del caso, Constant y sus socios se dedicaban a ofertar productos no orgánicos como si estuvieran certificados como 'orgánicos' por el Departamento de Agricultura.

El daño causado por esta estafa en los bolsillos de los consumidores podría llegar a cuantificarse en 1.000 millones de dólares, según medios estadounidenses, aunque las autoridades esbozaron cifras más prudentes que se quedan en los 250 millones. Estas enormes cantidades de dinero se extraen del modelo de negocio que tenía la empresa de Constant: mayoritariamente, se dedicaban a vender el grano a ganaderos que luego también comercializaban su carne como orgánica, un producto que llegaba a las manos (y bocas) de los estadounidenses.

El entramado está vinculado con el 7% de maíz orgánico y el 8% de soja orgánica cultivados dentro de EEUU en 2016, de acuerdo a los investigadores. Según informó la Fiscalía para el Distrito Norte de Iowa en un comunicado, Constant vendió más de 402,5 millones de litros de grano o 3.600 vagones de tren completos, entre 2010 y 2017, de los que el 90% era fraudulento. Estos números de producción permitieron a los granjeros embolsarse más de 120 millones de dólares por los productos falseados.

Ha causado un daño incalculable al pueblo estadounidense y a su confianza en los productos orgánicos

Durante la resolución del caso, el abogado del cabecilla de la trama había asegurado que este estaba en quiebra, que no podía ejercer más como granjero y que su mujer había interrumpido su jubilación para volver a la enseñanza y poder mantener a la familia. Las autoridades lo veían de otra manera y documentaron múltiples viajes de Constant a Las Vegas, donde gastó sin miramientos en juego y en ayudar económicamente a tres mujeres con las que mantenía relaciones. Entre los gastos para sus amantes, había aumentos de pecho y coches.

Constant, que fue sentenciado el 16 de agosto en la ciudad de Cedar Rapids, admitió el 20 de diciembre de 2018 que era culpable de un delito de fraude. En la vista en la que reconoció los hechos, el hombre confesó que había engañado a los consumidores diciéndoles que todo lo cultivaba en campos certificados de Nebraska y Misuri, pese a que esto no era así porque compraba a otros productores, regaba con químicos las tierras certificadas y hacía mezclas con alimentos tradicionales.

Otros tres sentenciados

Según la Justicia estadounidense, Constant hizo una gran parte de sus ventas a través de una firma de inversión, Jericho Solutions, de la que era propietario. En la vista para su sentencia, el juez C. J. Williams calificó la estafa como un "fraude masivo". "Ha causado un daño incalculable al pueblo estadounidense y su confianza en los productos orgánicos", aseveró. Junto a Constant, otros tres granjeros de Nebraska fueron condenados a penas de menor duración.

En Chillicothe, un pueblo del estado de Misuri (EEUU), Randy Constant era "un pilar dentro de su comunidad", había participado en la junta directiva del colegio local y dedicaba su tiempo y dinero a su pueblo y a la Iglesia metodista. Era un buen vecino. O eso decía su abogado. Con esa descripción, pocos pensarían que este hombre de 61 años era en realidad el líder de la mayor estafa de comida orgánica falsa que se haya registrado en EEUU.

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