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Chernóbil pone a prueba la radioactividad fabricando vodka en la zona de exclusión
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EL PRIMER PRODUCTO 'MADE IN' CHERNÓBIL

Chernóbil pone a prueba la radioactividad fabricando vodka en la zona de exclusión

Un grupo de científicos ha fabricado vodka artesanal para demostrar que partes de la tierra de la zona de exclusión aún son productivas y no implican ningún peligro

Foto: Una señal de peligro en las inmediaciones nucleares de Chernóbil (EFE/Ricardo Marquina)
Una señal de peligro en las inmediaciones nucleares de Chernóbil (EFE/Ricardo Marquina)

Un grupo de investigadores han levantado en la zona de exclusión de Chernóbil una granja para poner a prueba la radioactividad. Desde hace años, estos científicos, liderados por el profesor de la Universidad de Portsmouth, Jim Smith, han plantado centeno, un cereal con el que ahora fabrican el primer producto alimenticio 'made in' Chernóbil: un vodka artesanal.

Atomik Vodka, como así han denominado a la bebida alcohólica, es un experimento fruto de la destilación de este grano junto con agua, también extraída del área abandonada de Prípiat, la ciudad ucraniana en la que se produjo el accidente nuclear en 1986. El equipo de Smith trabaja desde los años 90 en los términos menos afectados por la radioactividad de la zona de exclusión de Chérnobil y quiere demostrar, a golpe de cultivos, cómo la tierra se ha recuperado de la catástrofe.

placeholder Vista aérea de la destrucción en la planta nuclear de Chernóbil (AFP)
Vista aérea de la destrucción en la planta nuclear de Chernóbil (AFP)

"No es más radiactivo que cualquier otro vodka", explica el Profesor Smith en una entrevista para BBC. "Cogimos el centeno, ligeramente contaminado, y el agua del acuífero de Chernóbil para destilarlo. Preguntamos a nuestros colegas de la Universidad de Southampton, que tienen unos laboratorios radio-analíticos espectaculares, que miraran si podían encontrar algo de radioactividad", apunta el líder del proyecto sobre la elaboración del vodka artesanal. "No pudieron encontrar nada: todo estaba por debajo de su límite de detección".

Así, pretenden refutar que no hay por qué abandonar la zona, ya que parte de la tierra puede ser productiva, como ratifica el experimento de este primer producto fabricado en Chernóbil. "Podemos aprovechar la tierra de diferentes maneras y producir algo que estaría totalmente limpio de radioactividad", concluye el Doctor Gennady Laptev, también miembro del proyecto, según recoge BBC.

Un negocio lucrativo para impulsar la economía

Al final, la visión comercial que hay detrás de este artículo quiere aprovechar el mismo "enfoque de ventas único" que los tours que llenan de 'influencers' y curiosos Chernóbil. Atraídos por la historia nuclear que ha convertido a Prípiat en una zona fantasma, el morbo hace picar en el anzuelo a aquellos que piensan en visitar la localidad como una aventura 'postapocalíptica'. Siguiendo la estela de los operadores locales de estas visitas, como ChernobylTRAVEL o Chernobyl Exclusive Tours, el Atomik Vodka pretende impulsar una economía caída en desgracía, que sólo puede estimularse 'jugando' con la propia historia negra de Chernóbil.

Los científicos que han elaborado el vodka esperan, con los beneficios que les proporcione la bebida, poder ayudar a las comunidades más cercanas a la zona de exclusión, cuyo bienestar social lleva resintiéndose desde el desastre nuclear. "El problema para la mayoría de esta gente es que no tienen una dieta adecuada, ni trabajo, ni buenos servicios sanitarios ni tampoco inversión", dice Smith.

Foto: La 'pata de elefante' de Chernóbil. (Foto: US Department of Energy)

Hasta el momento, sólo se ha fabricado una botella de vodka, del que destacan que tiene muchas notas frutales. El objetivo sería producir 500 botellas al año para vendérselas a los turistas que, cada vez más, realizan un viaje a la zona de exclusión. Incluso, algunos llegan a montar su propia agencia de viajes a Prípiat, como es el caso de Chernobylwel, que destina un 1 % del coste de sus tours a las Babushkas de Chernónil, un grupo de mujeres mayores que retornaron a su ciudad natal después de la evacuación y a las que incluso dedicaron un documental en 2015.

Aunque, hecha la ley, hecha la trampa: la veda de este nicho turístico al alza está abierta para todos, sea o no la economía local uno de los objetivos. Si prospera la comercialización del Atomik Vodka, la granja donde se fabrica podría ser una de las paradas obligatorias de los turistas.

Un grupo de investigadores han levantado en la zona de exclusión de Chernóbil una granja para poner a prueba la radioactividad. Desde hace años, estos científicos, liderados por el profesor de la Universidad de Portsmouth, Jim Smith, han plantado centeno, un cereal con el que ahora fabrican el primer producto alimenticio 'made in' Chernóbil: un vodka artesanal.

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