Explotación de la miseria: cómo la trata de personas afecta a todos (y a todas)

Este martes 30 de julio es el Día Mundial contra la Trata de Personas, un delito que afecta a personas de todo el mundo y que según la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito han sufrido 225.000 victimas entre 2003 y 2016. De ellas el 72% son mujeres y niñas que son utilizadas con fines de explotación sexual, aunque hay otras formas de abuso, como los trabajos forzosos o en el caso de los niños, el aislamiento como soldados en contra de su voluntad.

Una de estas mujeres es Ama, (su nombre es ficticio, pero su historia es real) refugiada que tuvo que huir de Costa de Marfil a causa de la violencia de género. Primero sufrió agresiones sexuales constantes por parte de su tío y luego a manos de su pareja. Ama logró huir a Marruecos antes de que acabaran con su vida, allí una persona le ofreció ayuda a cambio de explotarla sexualmente durante dos años, lo que provocó que huyera por segunda vez, en esta ocasión con destino a España, después de conseguir documentación falsa para poder viajar sin tener que jugarse la vida en el mar.

Ama solicitó en el aeropuerto de Barajas protección internacional y fue atendida por el servicio jurídico de la Comisión Española de Ayuda el Refugiado (CEAR) e identificada como víctima de trata, lo que impidió que volviera a caer en las redes de tráfico de personas de las que huía al no haber podido pagar la cantidad monetaria que la organización criminal le reclamaba. La odisea de Ama aún no ha terminado, tras más de un año y medio de espera, sigue pendiente de una resolución de protección internacional de la que depende su presente y su futuro más inmediato.

¿Que solución existe?

Según CEAR, existen una serie de medidas imprescindibles para mejorar la protección de las personas migrantes y que la organización considera que el Ejecutivo europeo elegido en las urnas el pasado 26 de mayo debería poner en práctica:

• Asegurar que el respeto a las vidas y los derechos de las personas migrantes y refugiadas están en el centro de las agendas de la nueva Comisión, el nuevo Parlamento y la Presidencia Finlandesa del Consejo de la UE.
• Aumentar las vías legales y seguras para obtener protección internacional. Esto implica llevar a cabo un programa ambicioso de reasentamiento de personas refugiadas de acuerdo con los requerimientos del ACNUR y que cada estado asuma su cuota de responsabilidad ante las crisis mundiales.
• Promover la aprobación de un mecanismo europeo de desembarco y reubicación seguro y predecible, en el marco del cual ninguna persona pueda ser devuelta a un país en el que su vida pueda correr peligro, de acuerdo con la Convención de Ginebra. Este mecanismo europeo debe agilizar el desembarco de personas migrantes y refugiadas y garantizar su acceso al derecho de asilo.
• Defender una posición garantista en las negociaciones de la reforma del Sistema Europeo Común de Asilo (SECA) para que no suponga un retroceso en los derechos de las personas solicitantes de asilo y refugiadas.
• Poner fin a las políticas de externalización de fronteras y a la firma de acuerdos con terceros países que no respetan los Derechos Humanos ni garantizan una adecuada protección a las personas migrantes y refugiadas.

La opinión de la ONU

El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha alertado este martes de que la trata de personas sigue avanzando en todo el mundo debido a la indiferencia ante el abuso y la explotación y a que numerosos sectores se benefician de la miseria. Guterres ha comentado que la trata de personas persiste debido a la indiferencia ante el abuso y la explotación.

"Los migrantes están en el punto de mira. Miles de personas han perdido la vida en el mar, en los desiertos, en centros de detención, a manos de traficantes que ejercen un monstruoso y despiadado oficio", aseguró el mandatario en un mensaje publicado en vísperas del Día Mundial contra la Trata, que se celebra cada 30 de julio.

Por otra parte, la relatora especial de la ONU sobre trata de personas, Maria Grazia Giammarinaro, ha explicado que las políticas xenófobas y restrictivas sobre migración, junto con la criminalización de los migrantes, así como de las organizaciones e individuos que suministran ayuda humanitaria, son incompatibles con una actuación eficaz contra el tráfico de personas y, por el contrario, la fomentan.

Para la experta es de vital importancia que los estados inviertan en soluciones a largo plazo para garantizar la inclusión social de los supervivientes y su acceso a la justicia y reparación. "Se necesita una migración segura, ordenada y regular, lo que incluye prever la integración social de los migrantes" concluyó Giammarinaro.