Los obreros australianos pueden dejar de trabajar si llueve y se mojan
Si están obligados por ley a quedarse, tendrán que recibir ropa de abrigo y el empresario deberá de doblarles el sueldo durante las horas de lluvia
Australia, al contrario de lo que sucede en el hemisferio norte, acaba de comenzar el invierno y, por tanto, las bajas temperaturas están a la orden del día en el continente. Uno de los colectivos que más sufren las inclemencias meteorológicas en todo el mundo son los operarios que trabajan al aire libre. Sin embargo, la legislación australiana les protege sobremanera.
El tribunal australiano de relaciones laborales establece que los trabajadores tienen derecho a dejar de trabajar si hay condiciones climáticas anormales como granizo, frío extremo o exceso de viento, que hacen que seguir trabajando sea "irrazonable o inseguro". Pero si está lloviendo, la misma ley les protege y les permite irse a su casa.
El convenio de la construcción firmado en 2010 dicta, además, que los trabajadores pueden reclamar el pago de hasta 32 horas no trabajadas al mes, aunque su jornada laboral se hubiera cancelado por culpa de la humedad o de las malas condiciones climatológicas. Los empresarios tienen dos opciones cuando llueve: proporcionar cobijo a los trabajadores o buscar un puesto en otro lugar en el que estén a resguardo de la lluvia. Si no es así, deben enviarlos a casa.
Qué dice la ley
Tal y como recoge el Daily Mail, Australia establece que no se puede obligar a los trabajadores que desempeñen su labor bajo la lluvia. Si llueve antes o a la hora de inicio de la jornada y no hay cubierta en el lugar de trabajo, los operarios no están obligados a trabajar, a menos que la lluvia se detenga o que se les proporcione un lugar de trabajo cubierto.
Si llueve, los empresarios pueden trasladar a los trabajadores a otro lugar, siempre que se cumplan las condiciones de que estén calientes y a cubierto
Si llueve, los empresarios pueden trasladar a los trabajadores a otro lugar, siempre que se cumplan con esas condiciones. En el caso particular de que se esté vertiendo cemento en un lugar, la operación debe continuar hasta que se termine, pero se debe proporcionar a los trabajadores ropa de abrigo contra la lluvia y, además, pagar esas horas al doble de su sueldo.
Pero, además de la lluvia, hay otras circunstancias climatológicas que pueden alterar la jornada laboral. Por ejemplo, si la temperatura baja a entre 1 y 4 grados centígrados, los operarios tienen derecho a descansar media hora por cada hora de trabajo. Si el termómetro se sitúa entre 4 y 7 grados, los descansos serán de 20 minutos; y si el mercurio marca entre 7 y 9 grados, el descanso se reduce a diez minutos.
Para llevar a cabo esos descansos, los empresarios deben ofrecer a sus trabajadores lugares secos y calientes y proveerlos de bebidas calientes para que entren en calor. Esos lugares deben contar también con chorros de aire caliente o calentadores radiantes y se debe dotar de guantes a los operarios para que mantengan las manos calientes. Es protección laboral.
Australia, al contrario de lo que sucede en el hemisferio norte, acaba de comenzar el invierno y, por tanto, las bajas temperaturas están a la orden del día en el continente. Uno de los colectivos que más sufren las inclemencias meteorológicas en todo el mundo son los operarios que trabajan al aire libre. Sin embargo, la legislación australiana les protege sobremanera.