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Dos mujeres de Madrid y una de Ceuta, entre los detenidos en el último bastión del ISIS
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DOS SE CONVIRTIERON AL ISLAM EN MADRID

Dos mujeres de Madrid y una de Ceuta, entre los detenidos en el último bastión del ISIS

Tres españolas están entre los miles de europeos detenidos en Siria. Dos de ellas son conversas. Viajaron al "Califato" tras casarse con importantes miembros de células yihadistas en España

Foto: Mujeres con sus hijos llegan al campo de desplazados huyendo de los combates en Baghuz, último bastión del Estado Islámico en Siria. (J.M. López)
Mujeres con sus hijos llegan al campo de desplazados huyendo de los combates en Baghuz, último bastión del Estado Islámico en Siria. (J.M. López)

El periplo hacia la yihad no es un camino de ida y vuelta. La emigración al Califato y la afiliación a una agrupación terrorista es una decisión irreversible con un fatídico final. Algunos desplazados desaparecen, otros mueren en combate o en un bombardeo, y solo unos pocos regresan a sus países detenidos. La caída del último bastión del ISIS en Baghouz ha desvelado a los más extremos fieles del grupo yihadista. Hasta 60.000 hombres, mujeres y niños de distintas nacionalidades cuya identidad, con el trabajo de las autoridades kurdas, va siendo revelada.

Es así como cuatro mujeres afirman ser españolas después de ingresar en el campamento 'al Hol', una localización reservada para esposas e hijos de los combatientes. Ellas forman parte del núcleo duro de los yihadistas que han resistido hasta el final cuatro años de operación militar. Y bajo su protección están diez niños pequeños de los que todavía no se ha podido confirmar el parentesco. Hasta ahora son las únicas que han declarado tener esta procedencia aunque, tras haber contrastado sus nombres, solo tres tienen la ciudadanía española.

Una ceutí y dos madrileñas

Uno es un caso muy conocido por las fuerzas de seguridad españolas, que desde los primeros años de la guerra siria investigan las redes de envío de mujeres a zonas de conflicto. Se trata de una joven que en 2014 partió hacia Siria desde Ceuta, su ciudad natal, seducida por un combatiente yihadista. Así lo ha declarado su familia en repetidas ocasiones a los medios de comunicación, que también lo han señalado como un caso "poco habitual" en la ciudad autónoma, puesto que la muchacha tenía un futuro profesional prometedor, había cursado estudios y hasta meses antes de radicalizarse tenía un puesto de trabajo estable.

Las otras dos españolas que ahora están retenidas en Siria forman parte de la poco habitual, pero nada desdeñable, clasificación de los conversos. Ambas proceden de Madrid y, según información judicial, las dos se marcharon a Siria después de haber sufrido un proceso de radicalización probablemente inducido por sus maridos. Las dos han estado casadas con importantes miembros de células yihadistas en España. Uno de ellos, de origen magrebí y residente en Madrid, es uno de los encausados de la Brigada al Ándalus, que reclutaba combatientes para unirse a las filas de Jabhat al Nusra.

Foto: Niños que huyen de los combates en Baghouz durante el rezo, en Deir Al Zor, Siria. (Reuters)

Este grupo, que se reunía en un domicilio de Ávila, realizó labores de adoctrinamiento y captación en el templo islámico más conocido de la capital, la mezquita de la M-30. Este podría haber sido el entorno en el que la nueva conversa decidiera inclinarse por la versión del islam más extremista y donde habría completado su proceso de radicalización. También para ella la guerra en Siria funcionó como catalizador. Antes de partir dejó una carta firmada en la que insistía que ante las injusticias de este conflicto había que pasar a la acción.

La segunda madrileña viajó a Siria en 2014 también acompañada por su marido argelino, que un año después fue detenido en el aeropuerto de Estambul. La Policía investigó si sus motivos eran regresar a España como muyahidín retornado o porque había sido herido en combate. El gobierno solicitó su extradición en el año 2015 puesto que pesaba sobre él una orden internacional de detención, pero finalmente Turquía lo envió a Argelia. De momento, se desconoce el paradero de los esposos que podrían haber regresado al conflicto y también estar bajo la custodia de las fuerzas kurdosirias.

¿Qué opciones tiene España?

Los yihadistas españoles han sido una de las nacionalidades europeas menos numerosas en el organigrama de Daesh. Cerca de 240 personas con pasaporte o permiso de residencia en nuestro país se han desplazado en los últimos años a la guerra de Siria para unirse al ISIS o a los previos grupos armados como Jabhat al Nusra. El cálculo de las fuerzas policiales en España es que unos 160 de ellos siguen en el escenario del conflicto o no están localizados.

Francia o Bélgica tienen un volumen superior de ciudadanos que han combatido en la yihad —1.900 y 500 respectivamente—. Es por ello que una repatriación organizada de los detenidos españoles es una tarea más sencilla y con menos consecuencias graves para la seguridad y la opinión pública del país. Todavía las autoridades kurdas no han hecho pública la cifra de detenidos españoles, pero es posible que la cuota no supere los 20 —dado que algunos no han revelado su identidad y otros siguen en cautiverio—.

placeholder Un combatiente del Estado Islámico junto a varias mujeres y niños se entrega a los kurdos en Baghouz, Siria. (Reuters)
Un combatiente del Estado Islámico junto a varias mujeres y niños se entrega a los kurdos en Baghouz, Siria. (Reuters)

Aquellos contra los que existe una orden internacional de detención —o una orden europea de detención y entrega— tienen más probabilidades de regresar antes a España. Esto implica que existe una investigación en curso y pruebas suficientes para procesar a ese sospechoso por la justicia de nuestro país. De momento, solo existe este señalamiento para una de las tres españolas. La situación de los menores podría ser otra de las razones por las que el Ministerio de Asuntos Exteriores facilitara una exfiltración de los campamentos de Siria. Hasta ahora ningún país europeo ha realizado esta labor, excepto Francia, que repatrió hace semanas a cinco menores huérfanos.

Si el Gobierno español toma la decisión de traer de vuelta a las mujeres del ISIS, ¿cuál sería el procedimiento? Primero, las autoridades competentes tendrían que hacerles llegar los pasaportes porque los niños han nacido bajo la autoridad yihadista y no están inscritos en un censo reconocido; y los adultos se deshacen de sus credenciales al ingresar en la organización. Después, serían trasladados al Kurdistán iraquí y desde ahí tomarían un vuelo hasta España. La intervención de Turquía en este proceso es improbable debido al conflicto que este país mantiene con la autoridad kurdo-siria por el que los pasos fronterizos permanecen cerrados.

La nueva ciudad del ISIS

Si no se toma una decisión a corto plazo, las españolas se verán obligadas a permanecer en 'al Hol' junto a otras 72.000 personas donde la situación humanitaria es grave. Escasean los alimentos, la atención sanitaria y los niveles básicos de higiene. Es por ello que más de 100 niños han muerto en las últimas semanas —según el Comité de Rescate Internacional— y el hospital de Hasaka atiende cada día a enfermos de infecciones o desnutrición.

Foto: Combatientes kurdos de las SDF tras detener a un miembro del ISIS al norte de Deir al Zor, Siria. (Reuters)

Aunque el grupo de españolas llegó hace un mes a este emplazamiento temporal en Hasaka, otras extranjeras fueron trasladadas hasta aquí en 2017. "Me siento deprimida, nuestra situación no tiene solución… con todas las personas que hablo siempre me dicen que esto va a llevar años…", repite por teléfono una de las detenidas alemanas. Además, 'al Hol' puede consolidarse como una réplica de los últimos pueblos del Califato donde perduran algunas normas y conexiones sociales. Esto es algo favorable para la inevitable radicalización de los más pequeños.

El principal temor entre los exadeptos del grupo terrorista es su paradero judicial. La administración local ha establecido tribunales 'ad hoc' para enjuiciar a los prisioneros yihadistas, pero solo de nacionalidad siria e iraquí. Incluso algunos de estos litigios se resuelven con acuerdos tribales. Pero esta jurisdicción no goza de reconocimiento internacional y las sentencias no se pueden aplicar a los presos extranjeros. Y sin duda, la inestabilidad política y el hartazgo de los kurdos puede concluir con un pacto de envío de presos al gobierno sirio o iraquí, países en los que sí está vigente la pena capital.

* Esta información forma parte de “La Vuelta a Casa de los Yihadistas Europeos”, una investigación de Pilar Cebrián financiada por la Fundación BBVA.

El periplo hacia la yihad no es un camino de ida y vuelta. La emigración al Califato y la afiliación a una agrupación terrorista es una decisión irreversible con un fatídico final. Algunos desplazados desaparecen, otros mueren en combate o en un bombardeo, y solo unos pocos regresan a sus países detenidos. La caída del último bastión del ISIS en Baghouz ha desvelado a los más extremos fieles del grupo yihadista. Hasta 60.000 hombres, mujeres y niños de distintas nacionalidades cuya identidad, con el trabajo de las autoridades kurdas, va siendo revelada.

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