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¿Violación o una trampa? Los agujeros de la investigación en Tailandia contra un español
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¿Violación o una trampa? Los agujeros de la investigación en Tailandia contra un español

La Justicia tailandesa ha tumbado la opción de la libertad bajo fianza para el español acusado de violar a una tailandesa. Para muchos, la investigación está llena de incógnitas

Foto: Imagen del cartel difundido por la policía tailandesa.
Imagen del cartel difundido por la policía tailandesa.

La Justicia tailandesa ha tumbado la opción de la libertad bajo fianza para el ciudadano español acusado de violar a una mujer tailandesa el pasado fin de semana, al menos de momento. Un tribunal de Bangkok ha decidido extender 12 días la detención provisional para poder proseguir con la investigación del caso. ¿El motivo de la negación de la fianza? Evitar posibles intentos de fuga.

Una investigación que, para muchos, aún cuenta con demasiadas incógnitas y que en Tailandia ha dado mucho de qué hablar en redes sociales. Si bien los casos de violación aparecen en las noticias de vez en cuando, la novedad para muchos es el hecho de que fuera un occidental quien presuntamente abusara de una ciudadana local.

Según el relato oficial, los hechos ocurrieron el pasado viernes, cuando la víctima acudió con Jorge V. al apartamento de lujo donde él residía. Ella pidió usar el baño —según su narración— y, al salir, asegura que el español la inmovilizó con unas esposas y abusó de ella. Como pruebas, la policía mostró unas fotografías de la presunta víctima con marcas en las muñecas y chupetones en el cuello.

Desde que el caso se hiciera público el pasado martes, sorprendió la fuerza con la que se acusó al español. En mitad de una festividad budista, la policía montó una rueda de prensa en menos de 24 horas tras la detención con grandes pósteres que explicaban los motivos del caso y exhibían fotografías del acusado y su pasaporte con todos los datos. “Tenemos suficientes pruebas”, alegaron los agentes, comandados por el director general de Inmigración en persona, Surachate 'Big Joke' Hakparn, cuya imagen salía en el mismo cartel junto al acusado.

El español fue capaz de enviar unos vídeos grabados con un móvil pidiendo ayuda. “Están diciendo mentiras en las noticias, alguien poderoso está forzándolo todo por detrás”, afirmó como si se tratase de un complot. Pero, si es así... ¿qué clase de trampa pudo ser esa?

Foto: Imagen del cartel difundido por la policía tailandesa.

Muchas incógnitas en un barrio exclusivo

Los casos relacionados con violaciones u otros crímenes nocturnos suelen localizarse en Bangkok en suburbios relacionados con el lumpen o en los barrios rojos más conocidos. No suelen ocurrir en la zona de Thong Lor, quizá la más exclusiva de Tailandia y donde es normal ver a jóvenes millonarios conduciendo Ferraris y discotecas enfocadas a la 'jet set' tailandesa.

Más allá de eso, son muchos los que ven piezas del puzle que no encajan. Un letrado no relacionado con el caso —y que prefiere mantener el anonimato— asegura que no es común el lugar de la supuesta violación. El español fue acusado de agredir sexualmente a la víctima en el apartamento de lujo donde residía, a sabiendas de que hay cámaras de seguridad que determinarán quiénes entraron y salieron del piso.

Igualmente, el detenido afirmó en los vídeos que logró enviar durante su rueda de prensa que no se le había tomado declaración en ningún momento, y siguiendo el relato policial resulta extraño que fuese arrestado el lunes cuando los hechos habían sido denunciados dos días antes. Las pruebas aportadas por la policía son las marcas corporales, pero no un examen médico.

Esto complica el caso a Jorge V. —quien podría enfrentarse a penas de cuatro a 20 años—, ya que según el mismo letrado anónimo, “si no hay pruebas como exámenes médicos concluyentes o grabaciones explícitas, un jurado tailandés siempre dará la razón a una mujer tailandesa aunque no exista evidencia alguna”.

placeholder Surachate Hakparn, durante una rueda de prensa sobre el caso de la saudí Rahaf Mohammed al-Qunun, en Bangkok. (Reuters)
Surachate Hakparn, durante una rueda de prensa sobre el caso de la saudí Rahaf Mohammed al-Qunun, en Bangkok. (Reuters)

Otras voces han ido más allá y han señalado que podría existir una relación entre la presunta víctima y un lado más oscuro de la zona de Thong Lor, el de los clubes para caballeros. Una opción de ocio nocturno para hombres muy adinerados en que las chicas de compañía son la principal atracción. Mensajes anónimos en redes sociales han querido comentar la posibilidad de que la afectada estuviera relacionada con este tipo de bares, que tratan de dar una versión local de lo que son los bares de 'hosts' en Japón pero para bolsillos abultados.

Los bares de caballeros tienen aspecto de discoteca y normalmente incluyen un escenario donde bailan mujeres seleccionadas con mucho cuidado por los dueños de los locales. Para poder acceder a los servicios de estos sitios, lo común es hacerse socio de los mismos por unos 500 euros.

Este tipo de bares cuenta con dos cartas. La primera, de bebidas a alto precio. Las botellas de whisky menos costosas se acercan a los 200 euros, siempre para los socios. La segunda carta es de chicas, y precisamente este tipo de sitios están indicados para contratar los servicios de ellas. El precio por mujer es de unos 30 euros por hora.

Las chicas no están obligadas a ofrecer servicios sexuales, sino que su cometido es entretener a los hombres que paguen por ellas y beber con ellos. Suelen ingerir alcohol hasta la extenuación, porque a mayor número de copas —pagadas por los clientes— más comisiones ganan.

La clientela de estos bares de caballeros suelen ser hombres ricos y poderosos, incluso relacionados con las altas esferas políticas tailandesas.

placeholder Una bailarina espera a clientes en una zona de clubes de Bangkok. (Reuters)
Una bailarina espera a clientes en una zona de clubes de Bangkok. (Reuters)

¿Qué relación podría haber entre la presunta violación y este tipo de negocios? Según fuentes anónimas relacionadas con estos locales, es común que las chicas estafen a hombres que no puedan mover cables con alguien de determinado poder, pero que sí tienen dinero. “Se ayudan entre ellas y se cubren las espaldas”, comentan.

Normalmente, parte de las estafas incluyen visitas a la comisaría, donde el procedimiento se resuelve sin llegar a poner denuncia y colocando a ambas partes frente a frente para fijar un precio por olvidarlo todo, explican las mismas fuentes. Y añaden que esta práctica es común en problemas de tráfico, drogas y, sobre todo, en relación al mundo de la noche.

No existe confirmación de que este sea el caso de la presunta víctima de violación, aunque empiezan a darse voces que solicitan aclarar este aspecto. En cualquier caso, también entienden que el pasado de la víctima u otros condicionantes no interfieren en el hecho de que realmente pudo haber sido violada. Pero, para ello, otros afirman que lo necesario es lo que solicita el español detenido. “Solo pido un juicio justo”.

La Justicia tailandesa ha tumbado la opción de la libertad bajo fianza para el ciudadano español acusado de violar a una mujer tailandesa el pasado fin de semana, al menos de momento. Un tribunal de Bangkok ha decidido extender 12 días la detención provisional para poder proseguir con la investigación del caso. ¿El motivo de la negación de la fianza? Evitar posibles intentos de fuga.

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