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¿Quién es D. B. Cooper? El ladrón que robó 200.000$, saltó de un avión... y se esfumó
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NUNCA SE SUPO QUIÉN FUE NI DÓNDE ESTÁ

¿Quién es D. B. Cooper? El ladrón que robó 200.000$, saltó de un avión... y se esfumó

Parece el guion de una película de Hollywood, pero ni mucho menos: es la historia real del ladrón más astuto que sobrevoló los cielos de Estados Unidos

Foto: Los retratos robot que el FBI realizó para tratar de encontrar a DB Cooper. (CC)
Los retratos robot que el FBI realizó para tratar de encontrar a DB Cooper. (CC)

Corría un frío 24 de noviembre de 1975 cuando Dan B. Cooper decidió comprar un billete de avión. Se trataba de un vuelo de Northwest Orient Airlines que partiría de Portland (Oregón) y tenía destino a Seattle, en lo que era un viaje de otro tiempo: solo 36 pasajeros y 4 tripulantes ocupaban la aeronave. Cooper decidió pedirse un bourbon con soda mientras encendía su primer cigarrillo Raleigh. Apuraba sus últimas caladas cuando llamó a la azafata y le introdujo una nota en el bolsillo.

Florence Schaffner, de solo 23 años, sonrió sin ganas cuando vio que un desconocido le metía un papel manuscrito en su uniforme. La joven creía que aquel hombre de mediana edad, traje impecable y corbata negra le estaba haciendo una proposición sexual, pero ni mucho menos: cuando leyó la nota, entendió que se trataba de una cuestión de vida o muerte. El hombre le indicaba que tenía una bomba y que se sentara a su lado para explicarle las condiciones para no explotarla en pleno vuelo.

Foto: Sindri Thor Stefansson, el mayor ladrón de bitcoins.

Al hacerlo, descubrió una maleta llena de cables, ante lo que atendió a las exigencias del hombre: 'Os dejaré aterrizar con vida en Seattle si a cambio me traéis 200.000 dólares en billetes de 20, cuatro paracaídas y reemprendemos el vuelo hacia donde yo os diga'. Schaffner acudió a la cabina del piloto con las exigencias del pasajero, ante lo que decidió acceder. Tras aterrizar en Seattle, todos los pasajeros y las dos azafatas bajaron del avión sanos y salvos. Todos, menos Cooper.

A continuación, una nueva azafata accedió al avión, con una bolsa cargada del dinero reclamado por el secuestrador. Cuando la aeronave estuvo solo ocupado por la tripulación, Cooper los reunió y les ofreció indicaciones de lo que debían de hacer a continuación: iniciar un viaje con destino a Ciudad de México, con órdenes exactas de la altura a la que debían de volar, su velocidad y su posición. Ya era plena noche cuando el avión comenzó su nuevo vuelo.

Piloto y copiloto se encontraban dentro de la cabina del avión, mientras la azafata observaba cómo Cooper se ataba al cuerpo los fajos de billetes. Cuando terminó la operación, le solicitó que se encerrara junto a sus compañeros. A más de 3.000 metros de altura, en un lugar indeterminado entre Seattle y Reno, el ladrón saltó sobre las montañas del estado de Washington. Tras descubrir lo ocurrido, la tripulación dio la voz de alarma a las autoridades: comenzaba la búsqueda.

Pero entonces, la policía se llevó una gran sorpresa: no sabía absolutamente nada sobre el ladrón. El nombre con el que reservó el pasaje, Dan B. Cooper, era falso y la mejor pista que nunca tuvieron fue investigar a un ladrón habitual, cuyo apellido e iniciales de los nombres coincidían, pero que resultó ser completamente inocente. No fue hasta cinco años después cuando se volvió a descubrir una pista, pero que no terminó de conducir a ningún camino que diera con el ladrón.

Solo una pista en cuatro décadas

Fue en 1980, cuando un niño de la zona se encontró con un paquete de billetes de 20 dólares en descomposición que sumaba una cantidad de 5.800 dólares. Tras llevarlo a la policía, esta confirmó que la numeración de serie de los billetes se correspondía con la aquellos que se le entregaron a Dan B. Cooper en 1975. Con esa pista, consiguieron encontrar trozos del paracaídas y de su corbata en una zona cercana... pero nada más. Muchos sospechosos, pero ninguna certeza.

Tras más de treinta años con el caso abierto, las autoridades nunca llegaron a descubrir de quién se trataba ni, mucho menos, dónde se encuentra. D. B. Cooper continúa siendo el mayor ladrón nunca descubierto y, ahora, el FBI ha decidido cerrar el caso ante la falta de avances en el caso. ¿Sobrevivió al salto? ¿Sigue vivo? Y, si lo hizo, ¿qué pasó con el dinero? Varios libros 'revelan' la identidad de D. B. Cooper, pero lo cierto es que solo son especulaciones: a día de hoy, nadie sabe quién es.

Corría un frío 24 de noviembre de 1975 cuando Dan B. Cooper decidió comprar un billete de avión. Se trataba de un vuelo de Northwest Orient Airlines que partiría de Portland (Oregón) y tenía destino a Seattle, en lo que era un viaje de otro tiempo: solo 36 pasajeros y 4 tripulantes ocupaban la aeronave. Cooper decidió pedirse un bourbon con soda mientras encendía su primer cigarrillo Raleigh. Apuraba sus últimas caladas cuando llamó a la azafata y le introdujo una nota en el bolsillo.

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