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¿Y si se quedan en la frontera? El plan de dos empresarios para el 'problema' de Trump
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¿Y si se quedan en la frontera? El plan de dos empresarios para el 'problema' de Trump

Empresarios de México y Estados Unidos proponen la creación de un espacio económico y cultural binacional en la conflictiva frontera entre Tijuana y San Diego.

Foto: Fuerzas de seguridad estadounidenses en el paso fronterizo de San Ysidro, EEUU. (Reuters)
Fuerzas de seguridad estadounidenses en el paso fronterizo de San Ysidro, EEUU. (Reuters)

No hay nada que espante más al inversor que la incertidumbre y hay pocos lugares donde ésta sea mayor que en una frontera. La que divide Estados Unidos de México es la puerta que cruzan a diario de un lado al otro un millón de personas. Para unos cuantos millones más, es infranqueable. Para quienes disponen de los papeles adecuados, un lugar de tránsito. Una vez superado el escrutinio de los agentes y las largas colas de coches, unos van hacia el norte y otros hacia el sur, pero casi nadie permanece en ellas. Suelen ser entornos hostiles, vinculados a experiencias poco agradables. Y sin embargo, hay quien busca convertirlas en lugar de destino.

Puede sonar quijotesco, pero es lo que propone Miguel Aguirre, empresario estadounidense de origen mexicano, con la iniciativa Border Fusion, que fundó hace cuatro años. Junto a su director ejecutivo, Flavio Olivieri, nos recibe en el lado norte de la frontera entre San Diego y Tijuana, el paso de San Ysidro, que hace un mes estuvo cerrado durante horas cuando un grupo de personas de la caravana migrante, que partió hace dos meses de América Central, intentó cruzarla a la carrera. Las imágenes dieron la vuelta al mundo: Estados Unidos dispersaba con gases lacrimógenos a familias enteras, mientras unos pocos eran aprehendidos en los carriles atestados de coches que entraban en México. Aguirre es el propietario de una área comercial a las puertas de uno de los accesos peatonales en el lado estadounidense.

El cierre por unas horas de este cruce el pasado 25 de noviembre supuso pérdidas de alrededor de 5'3 millones de dólares en los 'outlets' que hacen casi de pared de la valla fronteriza. Son los cálculos de la Cámara de Comercio de San Ysidro para unos espacios comerciales que están en suelo estadounidense pero cuyo cliente es en más de un 90% ciudadano de México.

A menor escala, el restaurante de comida rápida que se encuentra en la zona comercial propiedad de Aguirre, estimó pérdidas de 3.200 dólares en tres horas sin clientes. Solo un aviso del coste que supondría la clausura de la frontera con la que Donald Trump ha amenazado en varias ocasiones en las últimas semanas como medida para enfrentar la "invasión" centroamericana. En 2017, el comercio de bienes y servicios de Estados Unidos con México se calculó en 615.900 millones de dólares entre importaciones y exportaciones, según la oficina de comercio norteamericana.

Foto: Un inmigrante de la caravana de centroamericanos se lava los dientes en un refugio temporal en Tijuana, el 28 de noviembre de 2018. (Reuters)
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Flavio Olivieri reconoce que la incertidumbre generada con la llegada de la caravana, las amenazas de Trump y las imágenes difundidas por todo el mundo son la peor carta de presentación de su iniciativa, pero afirma que "la situación actual es una exacerbación de algo que llevamos viviendo durante mucho tiempo". Tijuana es una ciudad que ha crecido de forma vertiginosa a consecuencia de la emigración hasta alcanzar el millón y medio de habitantes. De ellos, aproximadamente unos 40.000 son tijuanenses que trabajan en California y que, si no a diario, cruzan cotidianamente la frontera. A su vez, muchos estadounidenses tienen propiedades e incluso residen en Tijuana. Otros muchos la atraviesan por turismo o para hacer uso de los servicios médicos mexicanos, mucho más baratos para sus bolsillos y que, en ocasiones, ofrece el mismo profesional que pasa consulta en el lado norteamericano. Tijuana está llena de centros médicos.

A pesar de todos los inconvenientes, Miguel Aguirre visualiza una frontera mucho más amable que se focalice en el peatón en detrimento del coche. "No es sostenible invertir todas esas horas en coche", apunta Aguirre. Un vistazo al tráfico, tanto en uno como en otro sentido, parecen darle la razón, especialmente por la lentitud con la que transitan de sur a norte y por su enorme impacto medioambiental. Por ello, su iniciativa toma como modelo la transformación de los centros urbanos de algunas grandes ciudades que han apostado por la peatonalización con el objetivo de "crear sentido de lugar". A día de hoy, "toda esa energía binacional se va disipando". Llega al cruce, lo atraviesa y sigue su camino. Ellos quieren que se quede aquí, en un centro de encuentro, relaciones económicas, culturales, sanitarias, educativas y de ocio.

placeholder Cientos de coches aguardan para cruzar la frontera por San Ysidro. (C.P. Cruz)
Cientos de coches aguardan para cruzar la frontera por San Ysidro. (C.P. Cruz)

Flavio Olivieri lo explica de forma más prosaica. Lo que pretende Border Fusion es "obtener una mayor ventaja alrededor de los cruces fronterizos". ¿De qué manera? Yendo más allá de la actual complementariedad entre la economía estadounidense y la mexicana. Un ejemplo de ella la ofrecen las maquiladoras de Tijuana, que sirven en México la mano de obra barata de empresas internacionales, muchas de ellas estadounidenses, que ensamblan allí sus productos. Los flujos migratorios las alimentan: algunos de los centroamericanos de la caravana que llegó a mediados de noviembre ya han empezado a trabajar en ellas. Empresarios locales organizaron a su llegada una feria de empleo con el soporte del Servicio Nacional de Empleo de Baja California.

Con Border Fusion ponen su objetivo en otros sectores "que están más sujetos a un espacio geográfico". Por ejemplo, en los mentados servicios médicos. "Incluso existen ya seguros médicos binacionales", explica Olivieri. Desde el lado californiano se ve cómo se están construyendo varios centros médicos en Tijuana próximos a la valla que "generarán una derrama económica anual de al menos 200 millones de dólares". También pretenden atraer a las industrias creativas, "sectores que requieren del trabajo en equipo, de espacios de colaboración", que imaginan integrados en ese nuevo centro de encuentro binacional. "Puede ser la industria fílmica, videojuegos, medios digitales, arte, cultura, educación... Todo ese tipo de actividad económica, que es de alto valor agregado y que podría generar miles de nuevos empleos en ambos lados".

placeholder Proyección sobre el mapa del espacio previsto de actuación en la frontera.
Proyección sobre el mapa del espacio previsto de actuación en la frontera.

Para su ambicioso proyecto dicen contar por el momento con el apoyo de una quincena de empresas, que han sufragado los gastos del estudio previo, y con la colaboración de instituciones económicas y promotoras de ambos países. Una visión que requiere la transformación del actual modelo de seguridad fronteriza, de forma que agilice los trámites para que esa cooperación binacional pueda ser efectiva. En opinión de Miguel Aguirre, la actividad económica fomentaría "la creación de nuevos tipos de pasaporte, incluidos permisos de trabajo" vinculados a la actividad. Por su parte, Flavio Olivieri apunta a la necesidad de modernizar un sistema de vigilancia "que ya tiene más de quince años. En la actualidad existen tecnologías mucho más eficientes que se pueden implementar para facilitar el cruce de personas confiables y calificadas de antemano".

Donde hoy se ven largas colas de coches y zonas abandonadas, ellos ven un futuro con hoteles, viviendas, centros de convenciones, universidades, instalaciones médicas o espacios para el arte. Un modelo que, de salir adelante, quieren exportar a otros pasos fronterizos. Miguel Aguirre cree que serviría para reducir los atascos diarios provocados "en al menos un 30% por quienes cruzan para viajar hasta su lugar de trabajo. Al crear justo en la frontera oportunidades económicas de alto nivel, muchos preferirían no desplazarse más allá de lo necesario". Por ello, y con el desarrollo de "centrales multimodales de transporte en ambos lados", están seguros de reducir el tráfico del paso fronterizo más transitado de toda América.

No hay nada que espante más al inversor que la incertidumbre y hay pocos lugares donde ésta sea mayor que en una frontera. La que divide Estados Unidos de México es la puerta que cruzan a diario de un lado al otro un millón de personas. Para unos cuantos millones más, es infranqueable. Para quienes disponen de los papeles adecuados, un lugar de tránsito. Una vez superado el escrutinio de los agentes y las largas colas de coches, unos van hacia el norte y otros hacia el sur, pero casi nadie permanece en ellas. Suelen ser entornos hostiles, vinculados a experiencias poco agradables. Y sin embargo, hay quien busca convertirlas en lugar de destino.

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