Europa ha respaldado el acuerdo del Brexit, ¿y ahora qué?
Para que exista realmente divorcio, Westminster y el Parlamento Europeo tienen que ratificar previamente ambos textos. Y a día de hoy no parece que la Cámara de los Comunes esté por la labor
La cumbre europea de este domingo ha sido histórica para el Brexit. Después de 20 meses de difíciles negociaciones, los Veintisiete han dado luz verde a los dos documentos clave que previamente habían sido pactados entre el Reino Unido y la Comisión Europea a nivel técnico. ¿Tenemos ya fumata blanca? En absoluto. El calendario oficial fija la salida del Reino Unido de la UE para el 29 de marzo de 2019. Pero para que exista realmente divorcio, Westminster y el Parlamento Europeo tienen que ratificar previamente ambos textos. Y a día de hoy no parece que la Cámara de los Comunes —donde el Gobierno de Theresa May no cuenta con mayoría absoluta— esté por la labor.
¿Cuáles son los dos documentos aprobados?
El 'Acuerdo de retirada' es el documento legalmente vinculante de 599 páginas que establece los términos de la salida del Reino Unido de la UE. Cubre la factura de 39.000 millones de libras que debe pagar ahora Londres por el divorcio, los derechos de los ciudadanos comunitarios y el llamado 'backstop' irlandés, es decir, un plan de emergencia para evitar una frontera dura entre la República de Irlanda e Irlanda del Norte si las futuras negociaciones comerciales se estancan. Por otro lado, los Veintisiete han dado su visto bueno a la 'Declaración política', un segundo documento, no vinculante, que se redactó durante las negociaciones a petición de Londres, para plantear cómo serán las futuras relaciones respecto a comercio y seguridad tras el divorcio.
En caso de que ambos textos sean ratificados en Westminster y el Parlamento Europeo, tras el 29 de marzo de 2019 habrá un periodo de transición en que el Reino Unido seguirá dentro del mercado único —cumpliendo también la libertad de movimiento— y la unión aduanera. Esta fase de implementación está fijada hasta el 31 de diciembre de 2020, pero podría alargarse hasta 2022. En cualquier caso, si finalmente Westminster rechaza el acuerdo de divorcio y hay Brexit sin pacto, no existiría un periodo de transición.
¿Cómo están las cosas en Westminster?
La Cámara de los Comunes está formada por 650 escaños. Conservadores (tienen 315 disputados), laboristas (257), los nacionalistas escoceses del SNP (35), liberal demócratas (12), los unionistas norirlandeses del DUP (10), independientes (ocho), los republicanos norirlandeses del Sinn Fein (siete), los galeses del Plaid Cymru (cuatro), Verdes (uno) y el presidente de la Cámara, conocido como Mr. Speaker (uno, conservador).
Tanto Mr. Speaker ('tory') como sus tres vicepresidentes (un 'tory' y dos laboristas) no pueden votar. Los republicanos del Sinn Fein nunca ocupan sus escaños porque no aceptan la corona. Por lo tanto, la llamada 'working mayority', es decir, la mayoría con la que en la práctica Theresa May puede contar para gobernar, es solo de 13 escaños. Para sacar el acuerdo del Brexit adelante, se necesitarían 320 votos.
¿Cuál es la postura de cada partido?
Más de 90 conservadores del propio Ejecutivo están dispuestos a votar en contra, la mayoría de ellos 'brexiters', que consideran que el acuerdo deja al Reino Unido atado a las normas comunitarias sin tener ya ni voz ni voto. Asimismo, los unionistas del DUP —de cuyo apoyo depende el Gobierno de Theresa May tras perder la mayoría absoluta en 2017— también van a rechazar el acuerdo porque consideran que el llamado 'backstop' deja a Irlanda del Norte con un estatus distinto al del resto del Reino Unido. Es más, el DUP ha amenazado con retirar su respaldo al Gobierno si el acuerdo consigue pasar en Westminster. Por su parte, también están dispuestos a votar en contra el Partido Laborista (que quiere forzar elecciones anticipadas), los liberal demócratas y el SNP.
¿Qué pasaría si Westminster rechaza el acuerdo?
Prácticamente se da por hecho que, al menos en una primera votación, la Cámara de los Comunes no va a respaldar el acuerdo. Y llegados a este escenario nadie sabe exactamente qué puede pasar. Según la prensa británica, tanto 'brexiters' como eurófilos en el Gabinete están negociando planes alternativos para mandar a May —u otro primer ministro en caso de que May tuviera que dimitir— de nuevo a la mesa de negociaciones. Mientras los 'tories' proUE proponen un plan inspirado en el modelo noruego, los 'brexiters' apuestan por el canadiense o incluso por salir de la UE sin acuerdo ni periodo de transición.
¿Una segunda votación para salvar la economía?
Rechazar el acuerdo supondría el caos para los mercados. Por lo que se podría plantear una segunda votación donde quizá muchos diputados cambiarían entonces de opinión para salvar la economía. Lo mismo ocurrió en Estados Unidos después de que el Congreso rechazara inicialmente el plan de rescate bancario de su Gobierno en 2008. Aunque quizá la libra no caiga estrepitosamente, porque precisamente los mercados ya están viendo las posibilidades de una segunda votación.
¿Repetir la fórmula de John Major?
El 22 de julio de 1993, el Parlamento votó en contra del Tratado de Maastricht, creando un drama político similar al que podría producirse si se rechaza ahora el acuerdo del Brexit. Pero entonces, Major planteó una segunda votación, esta vez ligada a un voto de confianza en el Gobierno, que también actuó como un voto para ratificar el tratado. Y ganó porque los 'tories' querían evitar a toda costa elecciones generales, como podría ocurrir ahora.
¿Cambio de primer ministro?
Si May no consigue el respaldo de Westminster, podría enfrentarse a una moción de confianza sobre su liderazgo, y si la pierde, el Partido Conservador tendría que celebrar primarias. Un nuevo primer ministro conservador podría pedir extender el artículo 50 para poder seguir negociando, aunque fuentes de la UE aseguran que esta extensión sería solo por unas semanas. En cualquier caso, la aritmética en los Comunes no cambiaría y el Gobierno seguiría sin mayoría absoluta.
¿Un segundo referéndum?
Diferentes 'lobbies' pro-UE apoyados por John Majoy, Tony Blair y Gordon Brown aseguran que la única manera de evitar el caos es proponer un segundo referéndum para que los británicos decidan si quieren quedarse en la UE con los términos actuales o salir con el acuerdo pactado por May. Ahora mismo no existe una mayoría en los Comunes que apoye un nuevo plebiscito.
¿Elecciones generales?
La Cámara de los Comunes podría forzar la convocatoria de elecciones generales de dos maneras. Se podría presentar una moción de confianza contra el Gobierno. Si en el transcurso de 14 días sus señorías no aprueban la formación de otro Ejecutivo, se sacarían las urnas. Si dos tercios de la cámara presentan moción para elecciones y es aprobada, también se convocarían comicios. La convocatoria de comicios es el gran objetivo del líder de la oposición laborista, Jeremy Corbyn. Si no lo consigue, se plantearía apoyar un segundo referéndum.
¿Gobierno de unidad nacional?
Algunos 'tories' y laboristas moderados han mantenido conversaciones para plantear un Gobierno de unidad nacional para repetir el escenario que se vivió durante la Segunda Guerra Mundial. Entonces, Winston Churchill presidió un gran Gobierno de coalición donde las dos principales formaciones trabajaron juntas entre 1940 y 1945.
¿Brexit sin acuerdo?
Es la opción preferida para el núcleo duro de los 'brexiters'. Si finalmente se decide por dejar la UE sin pacto, el Gobierno británico —capitaneado por May o por otra persona— negociaría una demora en la salida por un año para prepararse ante unas relaciones que estarían reguladas bajo los términos de la Organización Mundial del Comercio. Sin embargo, parece que hay pocas posibilidades de que Bruselas acepte tal solicitud. El comercio en los términos de la OMC es altamente inusual entre las economías avanzadas y dañaría muchas industrias en el Reino Unido.
La cumbre europea de este domingo ha sido histórica para el Brexit. Después de 20 meses de difíciles negociaciones, los Veintisiete han dado luz verde a los dos documentos clave que previamente habían sido pactados entre el Reino Unido y la Comisión Europea a nivel técnico. ¿Tenemos ya fumata blanca? En absoluto. El calendario oficial fija la salida del Reino Unido de la UE para el 29 de marzo de 2019. Pero para que exista realmente divorcio, Westminster y el Parlamento Europeo tienen que ratificar previamente ambos textos. Y a día de hoy no parece que la Cámara de los Comunes —donde el Gobierno de Theresa May no cuenta con mayoría absoluta— esté por la labor.
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