San Francisco aprueba la Proposición C: impuestos a las empresas para los sin techo

Además de las elecciones al Congreso y al Senado, en las que Donald Trump ha perdido la mayoría republicana, el martes electoral dejó también varias votaciones en las que se elegían gobernadores y otras cuestiones diversas. Una de ellas era la Proposición C, con la que el ayuntamiento de San Francisco quiere conseguir 300 millones de dólares al año.

El objetivo era claro: un impuesto a las grandes compañías basadas en la ciudad para ayudar a los sin techo, un problema que cada vez es mayor en esta zona de California. La Proposición C planteaba un impuesto del 0,5 por ciento a las empresas que superen los 50 millones de dólares de beneficio y ha salido adelante con el 60 por ciento de los votos.

La propuesta ha traído polémica y ha enfrentado a políticos y empresarios, como a los dueños de Twitter y de Salesforce, la empresa que más empleo genera en San Francisco. Y puede que aún genere más ya que, aunque sólo necesitaba ganar por un voto de diferencia, los propulsores de la iniciativa esperaban conseguir el apoyo de dos tercios de los electores para superar algunas trabas legales con las leyes del estado que pudieran surgir.

Una de las voces más entusiastas de la Proposición C es la del multimillonario Marc Benioff, dueño de Salesforce. Sólo él se había gastado 7 millones de dólares en la campaña a favor del sí. En declaraciones al San Francisco Chronicle, Benioff asegura que está “encantado de que los votantes estén de acuerdo en que esto era lo que la ciudad necesitaba”.

Un problema serio

Pocos dudan que uno de los mayores problemas que sufre San Francisco es el de las personas sin hogar. Sin embargo, el debate se ha centrado en cuánto dinero se recaudará y a qué se destinará. El dueño de Twitter, Jack Dorsey, asegura que el impuesto será injusto, frenará el crecimiento de la ciudad y no se ha pensado lo suficiente.

Los objetivos de la Proposición C es que, al menos, la mitad de los 300 millones de dólares se gasten en viviendas permanentes para personas sin techo. Otra cuarta parte iría destinado a ayudar a personas con problemas mentales, un 15 por ciento a ayudar a aquellos que se quedaron sin hogar recientemente o están en peligro de hacerlo y el 10 por ciento restante a refugios y programas de higiene.

Aunque esta inyección económica puede servir para crear viviendas por lo menos para 5.000 personas y 1.000 camas nuevas en refugios, de momento parece que el dinero no se tocará. La idea es que la medida entre en vigor, cobrar el impuesto y dejarlo en las cuentas municipales hasta que la justicia se pronuncie al respecto de su legalidad.