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El "plan secreto" de May para el Brexit: unión aduanera y modelo canadiense
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El "plan secreto" de May para el Brexit: unión aduanera y modelo canadiense

Según 'The Sunday Times', May utilizará sendos textos para conseguir el apoyo de los eurófilos y los 'brexiters'

Foto: Theresa May, en la última cumbre en la que coincidió con sus socios de la UE. (Reuters)
Theresa May, en la última cumbre en la que coincidió con sus socios de la UE. (Reuters)

Theresa May ha conseguido garantizar hasta ahora su supervivencia política realizando diferentes concesiones tanto a euroescépticos como a eurófilos. Encontrar un equilibrio entre los dos bandos es lo que ha permitido avanzar en la negociaciones del Brexit, y aunque en esta fase final la tarea es más compleja que nunca, parece que la 'premier' ha dado con una fórmula para que tanto unos como otros apoyen el acuerdo de divorcio una vez se presente en Westminster. Porque es aquí donde siempre ha estado la clave.

Aunque la líder 'tory' cierre un pacto con la Unión Europea, nada tendrá validez legal hasta que no sea ratificado en el Parlamento de Londres. Ante la Cámara de los Comunes se tienen que presentar dos documentos. El primero, el acuerdo que regirá los términos de la salida. El segundo, una declaración política sobre las futuras relaciones que existirán con el bloque.

Según 'The Sunday Times', May utilizará el primer texto para conseguir el apoyo de los eurófilos, garantizando que todo el Reino Unido se quede dentro de la unión aduanera hasta que se encuentre una solución a la frontera de Irlanda. Por otra parte, para tener el respaldo de los 'brexiters', el segundo texto abrirá la puerta a unas relaciones comerciales inspiradas en el modelo canadiense.

placeholder Michel Barnier, negociador de la UE, visita un punto de la frontera entre Irlanda e Irlanda del Norte, el gran obstáculo del Brexit. (Reuters)
Michel Barnier, negociador de la UE, visita un punto de la frontera entre Irlanda e Irlanda del Norte, el gran obstáculo del Brexit. (Reuters)

La primera ministra presentará su estrategia este martes a su Gabinete con la esperanza de tener luz verde. Desde Downing Street aseguran que todo son especulaciones. Pero el rotativo insiste en que, si todo va bien, la Comisión Europea podría anunciar entonces una cumbre especial para los días 15 o 22 de noviembre, y en diciembre el eventual acuerdo se sometería a una votación clave en Westminster.

Hasta la fecha, Bruselas siempre había recalcado que el llamado 'backstop' —o el plan de emergencia para evitar la frontera dura en Irlanda— debía involucrar solo a Irlanda del Norte y no a la totalidad del Reino Unido. Sin embargo, el negociador europeo para el Brexit, Michel Barnier, estaría abierto a realizar concesiones a fin de que las negociaciones avancen, siempre según el rotativo británico.

No solo habría aceptado permitir que todo el país se quede dentro de la unión aduanera, sino que además estaría dispuesto a permitir que los controles regulatorios de los bienes puedan llevarse a cabo “en el mercado” —es decir, en las fábricas o en las tiendas—, en lugar de la división que separa la República de Irlanda y la provincia británica de Irlanda del Norte.

placeholder May, ante la Cámara de los Comunes. (EFE)
May, ante la Cámara de los Comunes. (EFE)

La desconfianza en el Gobierno de May

En este momento, las dos únicas personas en las que May confía y saben realmente lo que está pasando son Oliver Robbins, el tecnócrata que está llevando a cabo las negociaciones, y Gavin Barwell, su jefe de personal. En el Gabinete existe cierta desconfianza, especialmente después de que salieran a la luz unos documentos internos en los que Robbins planteaba la posibilidad de extender el periodo transitorio más allá de la fecha fijada ahora, diciembre de 2020.

Los 'brexiters' temen que el país se quede 'sine die' atado a la normativa europea y por este motivo exigen que exista un “freno de emergencia” para que Londres pueda acabar con esta situación de manera unilateral. Pero en ese caso, Bruselas exigiría que Irlanda del Norte se quedase alineado con las reglas comunitarias. Por otra parte, los ministros no quieren firmar nada hasta que no les quede claro cuáles son las implicaciones legales de cada punto y coma.

May está siendo muy cuidadosa en cada uno de sus pasos. Y para garantizarse el respaldo del núcleo duro euroescéptico, habría incluido algunos párrafos redactados por el influyente Jacob Rees-Mogg en la declaración política sobre las futuras relaciones con el bloque. Según 'The Sunday Times', se tratará de un documento de hasta 50 páginas, donde no se renuncia al plan de Chequers, pero se abre la puerta a una relación comercial, con una estructura muy similar a la del actual acuerdo de la UE con Canadá.

placeholder Jacob Rees-Mogg es una de las figuras más destacadas entre los críticos de May y favorables a un Brexit duro. (Reuters)
Jacob Rees-Mogg es una de las figuras más destacadas entre los críticos de May y favorables a un Brexit duro. (Reuters)

Resistencias e intereses cruzados

El que fuera ministro del Brexit, David Davis, convertido ahora en uno de los mayores críticos de May, exige al Gobierno que haga públicos los documentos legales que sostienen su hipotético acuerdo con el bloque para evitar cometer los errores de Tony Blair, que se negó a mostrar los informes jurídicos internos previos a la intervención de Reino Unido en la guerra de Irak.

Por su parte, People's Vote aún se ve con posibilidades para que, en la votación o durante la tramitación parlamentaria para convertir el acuerdo de divorcio en ley británica, los diputados obliguen a May a plantear un segundo referéndum para que sean los británicos quienes se pronuncien sobre los términos acordados con Bruselas.

Más de 50 directivos de empresas británicas han firmado una carta publicada en 'The Sunday Times' en la que solicitan un nuevo plebiscito. La misiva es tan solo el inicio de una campaña llamada 'Business for a People's Vote' que considera que un acuerdo de salida “duro y destructivo” dañará la economía.

Según la aritmética de la Cámara de los Comunes, donde May no cuenta con mayoría absoluta, expertos consultados por este diario consideran que aún existe un 20% de posibilidades de que se saquen de nuevo las urnas.

Theresa May ha conseguido garantizar hasta ahora su supervivencia política realizando diferentes concesiones tanto a euroescépticos como a eurófilos. Encontrar un equilibrio entre los dos bandos es lo que ha permitido avanzar en la negociaciones del Brexit, y aunque en esta fase final la tarea es más compleja que nunca, parece que la 'premier' ha dado con una fórmula para que tanto unos como otros apoyen el acuerdo de divorcio una vez se presente en Westminster. Porque es aquí donde siempre ha estado la clave.

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