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Mohamed VI lo da todo para demostrar que sigue al mando de Marruecos
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el rey dispara su actividad pública

Mohamed VI lo da todo para demostrar que sigue al mando de Marruecos

El monarca marroquí cambia sus hábitos para dar la impresión de haber vuelto a coger el timón de un país en el que crece el descontento social y los actos de protesta

Foto: El rey Mohamed VI inaugura un campo de fútbol el 25 de octubre en Marrakech (MAP/Libre difusión)
El rey Mohamed VI inaugura un campo de fútbol el 25 de octubre en Marrakech (MAP/Libre difusión)

Las pateras atestadas de marroquíes zarpan constantemente hacia España; la revuelta del Rif ha sido aplastada, pero las protestas son endémicas en buena parte del país; el crecimiento económico de Marruecos (2,8%) renquea para lo que necesitaría un país en vías de desarrollo; la imagen del monarca se ha resquebrajado no solo en las redes sociales, donde se le critica a destajo, sino en la misma calle donde en algunas pocas ocasiones los manifestantes se han atrevido a protestar ante la comitiva real.

Quizás esto sea lo más grave a ojos del palacio real. Hasta un columnista residente en Marruecos, Reda Zaireg, osaba escribir el 13 de octubre en el diario digital Yabiladi: “(…) Las críticas al rey siguen caminos más directos y adquieren proporciones inéditas”. “La evolución más llamativa es la siguiente: la monarquía ya no parece ser inexpugnable”, subrayaba.

El rey Mohamed VI parece haber tomado nota del deterioro de su imagen y de que unos cuantos indicadores están en rojo. Ha cambiado sus hábitos desde que el 15 de septiembre regresó de su último largo viaje al extranjero, a las islas Seychelles y a los Emiratos Árabes Unidos. Primero, si se exceptúa una brevísima excursión a París, lleva prácticamente mes y medio sin viajar fuera del país. La clase política especulaba con discreción con que después de inaugurar, el 11 de octubre, el año legislativo con un discurso en el Parlamento, se volvería a marchar. Había precedentes. En 2017 estuvo cerca de la mitad del tiempo fuera del país y en los primeros meses de este año parecía que iba a batir ese record.

Foto: El Rey Mohamed VI preside el 12 de junio una conferencia religiosa con motivo del Ramadán. (MAP)

No ha sido así. No solo el rey se ha quedado en Marruecos sino que tiene una agenda algo intensa con la que intenta demostrar que ha cogido de nuevo el timón. Saltándose al primer ministro, el islamista moderado Said el Othmani, el soberano alauí convocó, el jueves pasado en Marrakech, a dos ministros, el de Agricultura, Aziz Akhnouch, y el Industria e Inversión, Moulay Hafid Elalamy, a los que ha dado instrucciones. Hasta ahora el único interlocutor en palacio de buena parte de los miembros del Gobierno era el principal consejero real, Fouad Ali el Himma. También recibió a Carlos Ghosn, el presidente del grupo Renault, que le brindó una buena noticia: aumentará su producción de automóviles hasta alcanzar el medio millón en 2022. En España el grupo fabricó el año pasado 546.000 vehículos.

Para los que aún Mohamed VI no ha encontrado hueco en su agenda es para los reyes de España, cuya visita de Estado aplazó sine die en enero, y para el presidente Pedro Sánchez, que solicitó audiencia en junio nada más ser investido cuando además se disparó la emigración irregular a través del Estrecho. No se trata de un desaire a España. La canciller alemana, Angela Merkel, quiso, en septiembre, hacer doblete y visitar Marruecos junto con Argelia. En Argel si le dieron cita, pero en Rabat no.

placeholder  El rey Mohamed VI recibe a Carlos Ghosn, presidente de Renault, el 25 de octubre. (MAP/Libre difusión)
El rey Mohamed VI recibe a Carlos Ghosn, presidente de Renault, el 25 de octubre. (MAP/Libre difusión)

Cuantas más inauguraciones, mejor

Al capítulo de las audiencias reales se añade el de las inauguraciones. Permiten mostrar a un rey cercano a su pueblo y gozan de una mayor cobertura televisiva. No siempre hay grandes infraestructuras que estrenar como el tren de alta velocidad marroquí, que enlazará Tánger con Casablanca, al que el rey se subirá en breve junto con el presidente francés, Emmanuel Macron. Francia financió el proyecto ferroviario y lo ejecutó.

El palacio real pide a los gobernadores que le sometan listas de todo lo susceptible de ser inaugurado y el soberano acaba a veces cortando la cinta de obras modestas para un jefe de Estado o incluso inacabadas. En Europa sería más bien un concejal o, a lo sumo, un alcalde al que le correspondería cortar ese pedazo de tela. Mohamed VI inauguró, por ejemplo, la semana pasada la piscina semi-olímpica de Sidi Youssef en Marrakech y se fotografió rodeado de niños que practican la natación. Hace exactamente diez años hizo otro tanto con una mera piscina municipal, la del parque Lalla Aicha de Oujda. “Es una nueva ilustración del cuidado que el soberano manifiesta constantemente hacia el deporte y la juventud”, escribió entonces, y de nuevo ahora, la prensa oficialista marroquí.

Foto: El boxeador conocido como Gladiator y Mohamed VI. (Instagram)

Por las redes sociales ya no circulan nuevas fotos de Mohamed VI con artistas o con Abu Azaitar, el amigo boxeador alemán de origen rifeño con el que pasó parte del verano en Tánger, en los Emiratos o a bordo del yate del emir de Qatar. La única foto subida en octubre a Instagram ha sido la del rey con su hija, la princesa Lalla Khadija, de 11 años. Fue Mehdi Benkirane, fundador de la Asociación de Amigos del Rey, el que la puso en circulación con, muy probablemente, la luz verde de palacio. Lalla Khadija volvió a aparecer, junto con su hermano, el príncipe heredero Moulay Hassan, el 18 de octubre en una ceremonia en Rabat dedicada a la reforma de la educación. Su madre, en cambio, Lalla Salma no ha vuelto a ser vista en público desde diciembre, tres meses antes de que la revista “Hola” anunciase su divorcio con Mohamed VI.

La reaparición del monarca durante varias semanas seguidas causa sosiego a las elites e incluso a la clase política marroquí. Su presencia es para ellos garantía de estabilidad. Algunos expresan públicamente su alivio a través de las redes sociales y mandan también mensajes privados. “Esperemos que se quede un buen rato con nosotros”, se podía leer en algunos de los envíos que llegaron a este periodista.

Las pateras atestadas de marroquíes zarpan constantemente hacia España; la revuelta del Rif ha sido aplastada, pero las protestas son endémicas en buena parte del país; el crecimiento económico de Marruecos (2,8%) renquea para lo que necesitaría un país en vías de desarrollo; la imagen del monarca se ha resquebrajado no solo en las redes sociales, donde se le critica a destajo, sino en la misma calle donde en algunas pocas ocasiones los manifestantes se han atrevido a protestar ante la comitiva real.

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