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Nuevos paquetes bomba contra De Niro y Biden: así trata el FBI de cazar al terrorista
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Nuevos paquetes bomba contra De Niro y Biden: así trata el FBI de cazar al terrorista

Con los de hoy ya son diez los artefactos explosivos enviados a las residencias de prominentes figuras progresistas de EEUU. Las autoridades buscan ahora pistas, testigos e indicios

Foto: Policías y curiosos frente a la residencia del matrimonio Clinton en Chappaqua, Nueva York, donde ayer apareció uno de los paquetes bomba. (Reuters)
Policías y curiosos frente a la residencia del matrimonio Clinton en Chappaqua, Nueva York, donde ayer apareció uno de los paquetes bomba. (Reuters)

El FBI alertaba ayer a los ciudadanos que la campaña de paquetes bomba contra figuras odiadas por los ultraconservadores de EEUU -por ahora limitada a la costa este del país- podía no haber terminado, y advertía: "Es posible que otros paquetes adicionales hayan sido enviados por correo a otros lugares. No toquen, muevan o manipulen ningún paquete sospechoso o desconocido".

Tenían razón: tres nuevos artefactos explosivos han sido interceptados hoy. Uno ha sido encontrado en el séptimo piso del edificio que aloja un restaurante en el barrio neoyorquino de Tribeca, propiedad del actor Robert De Niro, convertido en objeto del odio de numerosos derechistas estadounidenses por sus críticas al presidente Donald Trump. Otros dos iban dirigidos a Joe Biden, vicepresidente con Barack Obama, y han aparecido en una oficina postal de la localidad de New Castle, Delaware.

Foto: Varios policías acordonan la calle del centro Time Warner, donde se encuentra la cadena CNN, evacuado por la aparición de un paquete bomba. (EFE)

Según han informado los investigadores, el envoltorio del envío es similar al de las bombas dirigidas en días anteriores al matrimonio Clinton, el expresidente Barack Obama, el exdirector de la CIA John Brennan -entregado en la sede de la CNN en Nueva York-, la senadora demócrata de raza negra Maxine Waters y el ex fiscal general Eric Holder. Como en los casos anteriores, el paquete para De Niro llevaba como remitente a la senadora demócrata de Florida Debbie Wasserman Schultz, cuya oficina tuvo que ser evacuada ayer cuando el envío dirigido a Holder fue devuelto allí.

Aunque ninguno de los artefactos ha explotado ni causado víctimas, el FBI trata ahora el asunto “con la máxima prioridad”, tal y como ha declarado su director, Christopher Wray. El mayor temor de muchos oficiales: que tengan entre manos a un terrorista -o a un grupo de individuos- dispuesto a matar mediante el envío en serie de paquetes bomba.

“No pararemos hasta que detengamos el envío de estos peligrosos artefactos y llevemos al individuo o individuos ante la justicia”, ha declarado Bryan Paarmann, un especialista en antiterrorismo del FBI. Los miembros del Senado de EEUU y sus empleados han sido advertidos de que manejen con mucho cuidado el correo que reciban, y se les ha recordado que no deben abrir ningún sobre o paquete procedente del exterior del Senado dentro de sus oficinas.

Se ha reforzado la presencia policial en las ciudades más importantes del país, especialmente en Nueva York, en áreas vinculadas a figuras públicas y grandes medios de comunicación, y las autoridades trabajan contrarreloj para localizar y detener al responsable. “Él o ella será identificada, no hay duda de eso. Es simplemente una cuestión de tiempo y de una investigación competente, y entonces esa persona será arrestada”, opina Eric Witzig, un detective de homicidios retirado y antiguo analista criminal del FBI, en declaraciones a la cadena NBC News.

placeholder Las siete primeras personas contra las que se ha dirigido la campaña de paquetes bomba. (Reuters)
Las siete primeras personas contra las que se ha dirigido la campaña de paquetes bomba. (Reuters)

En busca de una 'firma'

Como primera medida, equipos de especialistas forenses están analizando los paquetes en busca de huellas, rastros de ADN, pelo o fibras, así como anotaciones manuscritas que puedan servir como evidencia. Los explosivos han sido enviados a un laboratorio especial en la sede del FBI en Quantico, Virginia, donde están siendo examinados en detalle. “Hay que ser extremadamente cuidadosos cuando se examinan estos materiales, porque un trozo de cinta aislante podría tener una huella en él”, afirma Malcolm Brady, un antiguo especialista de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos que investigó a sospechosos de envíos con bomba durante décadas, en declaraciones al diario Washington Post.

Investigadores rastrean también la ruta seguida por los paquetes y tratan de determinar desde qué oficinas fueron enviadas y, con suerte, encontrar testigos o imágenes tomadas por las cámaras de seguridad que puedan ayudar a identificar a la persona que los entregó allí. También determinarán si las personas atacadas habían recibido amenazas, o si alguien ha tenido un comportamiento sospechoso recientemente, como la adquisición en alguna tienda de materiales similares a los que componen las bombas.

“Este es un método en el que [los responsables] sienten que pueden hacerlo de forma anónima, aunque no sean realmente anónimos. Están dejando evidencias, están dejando signos reveladores”, afirma Tod Burke, antiguo oficial de policía de Maryland y profesor retirado de justicia criminal. “Siempre hay una firma en alguna parte. Cuando se trata de bombas y esas cosas, hay firmas, por mucho que traten de evitarlas. De hecho, a veces, al tratar de evitarlas, acaban dejando una firma aún mayor”, opina.

Foto: Paul Bettany como Ted Kaczinsky, en una de las imágenes más reconocibles del terrorista. Opinión

Los artefactos han sido descritos como del tipo “bomba de tubería”, en el que, mediante la introducción de la carga en un tubo metálico, la compresión permite una detonación de cierta intensidad con una cantidad relativamente escasa de explosivos. En al menos uno de los paquetes se ha encontrado un polvo blanco que, tras ser analizado, se ha concluido que es una sustancia pirotécnica.

La mayoría de los individuos que envían paquetes bomba son “del tipo solitario”, afirma Brady, quien duda de que la dirección incorrecta en el paquete dirigido a Holder sea un error involuntario del autor. “Parece una manipulación intencionada del sistema, intentando que llegase hasta la congresista [Wasserman Schultz]. Tengo fuertes sospechas de que quería que el paquete llegase hasta ella. Esto sugiere que está realmente enfocado en ella”, indica.

Y pese a que los objetivos tienen un claro perfil progresista, los expertos no dan por hecho que se trate necesariamente de un extremista de derechas. “Hay que tener cuidado”, ha dicho Clint Van Zandt, analista criminal de la cadena NBC y antiguo elaborador de perfiles psicológicos para el FBI. “Mientras podría perfectamente ser el caso que se trata de algún conservador radical republicano, los investigadores van a hacer una investigación en ambos sentidos. Dirán: 'Sí, eso es lo que es. Pero, ¿y si es alguien intentando dirigirnos hacia allí, pero es exactamente lo contrario?”. La caza del hombre, de momento, es frenética, mientras siguen apareciendo nuevos paquetes.

El FBI alertaba ayer a los ciudadanos que la campaña de paquetes bomba contra figuras odiadas por los ultraconservadores de EEUU -por ahora limitada a la costa este del país- podía no haber terminado, y advertía: "Es posible que otros paquetes adicionales hayan sido enviados por correo a otros lugares. No toquen, muevan o manipulen ningún paquete sospechoso o desconocido".

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