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¿Un Unabomber ultra? Qué se sabe hasta ahora de la ola de paquetes bomba en EEUU
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los explosivos son del tipo bombas de tubería

¿Un Unabomber ultra? Qué se sabe hasta ahora de la ola de paquetes bomba en EEUU

El envío de media docena de artefactos explosivos en apenas tres días no deja duda: las autoridades estadounidenses se enfrentan casi con certeza a un peligroso terrorista o a un grupo radical

Foto: Varios policías acordonan la calle del centro Time Warner, donde se encuentra la cadena CNN, evacuado por la aparición de un paquete bomba. (EFE)
Varios policías acordonan la calle del centro Time Warner, donde se encuentra la cadena CNN, evacuado por la aparición de un paquete bomba. (EFE)

Ya no se puede considerar un incidente menor: al menos seis paquetes bomba han sido interceptados en apenas tres días. En todos los casos, las víctimas eran figuras denostadas por los ultraconservadores estadounidenses: el expresidente Barack Obama, el matrimonio Clinton, el exvicepresidente Joe Biden, el magnate y filántropo de origen húngaro George Soros y la cadena CNN, cuyas oficinas de Nueva York han tenido que ser evacuadas. Bestias negras de la extrema derecha y la 'alt-right', y que han sido objeto de mofa y de todo tipo de acusaciones por parte del presidente Donald Trump.

Alarma en EEUU por una oleada de paquetes bomba

Según ABC News, otro paquete fue encontrado este miércoles en el servicio de correo del Congreso en Maryland, dirigido a la senadora demócrata de raza negra Maxine Waters. La policía de Florida investiga además la aparición de otro objeto sospechoso frente a la oficina de la senadora demócrata Debbie Wasserman Schultz. Como mínimo, en cinco de estos episodios los artefactos tenían una manufactura similar. Otras informaciones, como un supuesto paquete enviado a la Casa Blanca, otro encontrado en la oficina del gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, o una evacuación de un edificio en San Diego, resultaron ser erróneas o falsas alarmas.

Aunque nadie ha reivindicado aún estas acciones, las similitudes en el 'modus operandi', en el tipo de explosivos y en el perfil de los objetivos ha llevado a las autoridades estadounidenses a concluir que, con toda probabilidad, se enfrentan a un peligroso terrorista —un individuo similar al legendario Theodore Kaczynski, 'Unabomber', que aterrorizó al país durante casi dos décadas con sus explosivos—, o tal vez a un grupo radical que ha decidido llevar a cabo una campaña concertada de bombas. “Hay una fuerte sospecha” de que todos los incidentes están conectados, declaró un funcionario policial a la CNN. Los cuerpos de seguridad y el servicio postal de EEUU han extremado las precauciones, por si hay más explosivos en camino.

La bomba en casa de Soros ha sido descrita como una 'pipe bomb' o bomba de tubería, un tipo de artefacto que permite una detonación moderadamente potente con una pequeña cantidad de explosivo debido a la presión generada por un tubo metálico, cuyos fragmentos se convierten además en metralla. Esto sugiere ciertos conocimientos en materia de fabricación de bombas, aunque manuales sobre esta materia pueden encontrarse fácilmente en internet.

Según dos funcionarios de seguridad consultados por el diario 'New York Times', los dos paquetes enviados a los Clinton y a Obama son similares a este primero. Uno de ellos los ha descrito como “rudimentarios pero funcionales”. El entregado en el edificio de la CNN tiene también la forma de una bomba de tubería, y si bien se desconoce si contiene explosivos, está siendo tratado por las autoridades como un artefacto de plena capacidad. De acuerdo con lo escrito en el envoltorio, iba dirigido al exdirector de la CIA John Brennan, uno de los críticos más acérrimos del presidente Trump, lo que le ha convertido en objeto de los odios de gran parte de sus votantes.

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En el caso de Soros, los investigadores creen que el artefacto fue entregado en mano en la residencia del multimillonario en Katonah, Nueva York, por el presunto terrorista, que podría haberse hecho pasar por un empleado de correos. Por suerte para el magnate, el empleado encargado de revisar el correo se dio cuenta inmediatamente de su carácter sospechoso y lo arrojó a los árboles que rodean la vivienda, antes de avisar a las autoridades. Los artificieros, tras examinar el paquete y determinar su contenido, procedieron a efectuar una detonación controlada.

La CNN ha confirmado en un comunicado que no se han encontrado explosivos en ninguna otra sede de la cadena en el resto del mundo, lo que refuerza la tesis de la responsabilidad de un individuo o grupo de orientación nacional y radicado en el propio EEUU. Especialmente interesante es el vínculo con la senadora Wasserman Schultz: aparentemente, los paquetes enviados por correo llevaban su nombre como remitente. Uno de ellos, según se ha sabido, iba dirigido a Eric Holder, fiscal general de EEUU durante la Administración Obama, pero la dirección era incorrecta y fue devuelto. Ese sería, por lo tanto, el paquete encontrado en la oficina de Wasserman.

De un modo similar, el paquete enviado a la CNN fue entregado en torno a las nueve de la mañana de este miércoles, hora local, en el Centro Time Warner, el edificio de la compañía propietaria de la cadena de noticias. Los artificieros pudieron desactivar el explosivo, por lo que optaron por transportarlo a un centro especializado en el Bronx para proceder a desmantelarlo en un entorno seguro.

placeholder Un artificiero de la policía de Nueva York trabaja en el edificio de la CNN. (Reuters)
Un artificiero de la policía de Nueva York trabaja en el edificio de la CNN. (Reuters)

"Las palabras tienen consecuencias"

Algunos observadores responsabilizan de estos incidentes al “lenguaje de odio” utilizado por Trump durante su campaña y su posterior estancia en la Casa Blanca, que ha empoderado a muchos extremistas y ha provocado que se dispare el número de incidentes de racismo y violencia. El propio Trump ha arremetido repetidamente contra los Clinton y Obama, a quienes acusa de corruptos, deshonestos y criminales. El año pasado, Trump tuiteó también un vídeo en el que se le veía haciendo una llave de lucha libre a un individuo caracterizado como la CNN, con el 'hashtag' #FraudNewsCNN (noticias fraudulentas CNN), lo que desató las protestas de las asociaciones de prensa, que consideraban que animaba a la violencia contra los periodistas.

Del mismo modo, el mes pasado, Trump afirmó que las mujeres que protestaban contra el nombramiento para el Tribunal Supremo del juez Brett Kavanaugh, acusado de abusos sexuales, habían sido pagadas por Soros. En los últimos días, numerosos teóricos de la conspiración han acusado al magnate de estar detrás de la caravana de inmigrantes hondureños que está cruzando Centroamérica con dirección a EEUU.

“La odiosa retórica que domina la política en Estados Unidos y tantos otros países en el mundo alimenta el extremismo y la violencia. En este clima de miedo, falsedades y creciente autoritarismo, simplemente expresar tus ideas puede acarrear amenazas de muerte”, afirmó esta semana la Fundación Open Society, de Soros, en un comunicado. “Las palabras tienen consecuencias, y tenemos la responsabilidad de crear una forma más civilizada de discutir nuestras diferencias políticas. El respeto a una diversidad de opiniones es fundamental para una sociedad abierta y ese es el trabajo al que George Soros ha dedicado su vida. Nuestras políticas deberían versar más sobre qué somos que sobre a quién odiamos”, dice el texto.

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De hecho, la polarización es tal que, minutos después de que se hiciesen públicas las informaciones sobre los artefactos enviados a Clinton y Obama, numerosos estadounidenses del espectro conservador empezaron a sembrar dudas sobre los incidentes en Twitter y en foros de internet como Reddit o 4Chan, llegando a alegar en algunos casos que se trata de una operación del Partido Demócrata para desviar la atención antes de las 'midterm' de noviembre. "Es demasiada coincidencia que dos semanas antes del día de las elecciones [de mitad de mandato], mientras la 'ola azul' se ha convertido en una ondita, y la izquierda pierde terreno debido a su falta de civismo y su violenta retórica, aparecen artefactos explosivos en los buzones de Soros, Clinton y Obama", tuiteó, por ejemplo, John Cardillo, un antiguo oficial de la policía neoyorquina y hoy un popular locutor de radio de tendencia derechista. Y no es, ni mucho menos, el único ejemplo.

La Casa Blanca, sin embargo, condenó estos incidentes en los términos más duros. “Estos actos atemorizantes son despreciables, y a quienquiera que sea responsable se le procesará conforme al pleno alcance de la ley. El Servicio Secreto de Estados Unidos y otras agencias dedicadas al cumplimiento de la ley están investigando y tomarán las acciones apropiadas para proteger a cualquiera que sea amenazado por estos cobardes”, dijo la secretaria de prensa, Sarah Huckabee Sanders, en un comunicado. De una forma similar se han expresado el vicepresidente, Mike Pence, y la hija del presidente, Ivanka Trump: "No hay excusas. EEUU es mejor que esto".

Donald Trump compareció este miércoles en la Casa Blanca para lanzar un mensaje de unidad frente al terror: "En estos tiempos, tenemos que unirnos, tenemos que juntarnos y enviar un mensaje muy claro, fuerte e imposible de ignorar: que los actos o amenazas de violencia política de cualquier tipo no tienen cabida en los Estados Unidos de América". Pero tal vez la cosa no haya acabado todavía: "Es posible que otros paquetes adicionales hayan sido enviados por correo a otros lugares", ha dicho el FBI en un comunicado, advirtiendo a los ciudadanos: "No toquen, muevan o manipulen ningún paquete sospechoso o desconocido".

Ya no se puede considerar un incidente menor: al menos seis paquetes bomba han sido interceptados en apenas tres días. En todos los casos, las víctimas eran figuras denostadas por los ultraconservadores estadounidenses: el expresidente Barack Obama, el matrimonio Clinton, el exvicepresidente Joe Biden, el magnate y filántropo de origen húngaro George Soros y la cadena CNN, cuyas oficinas de Nueva York han tenido que ser evacuadas. Bestias negras de la extrema derecha y la 'alt-right', y que han sido objeto de mofa y de todo tipo de acusaciones por parte del presidente Donald Trump.

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