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Macron cierra filas: las nuevas caras de un nuevo gobierno sin estrellas para remontar
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Busca durar y fuerza para seguir las reformas

Macron cierra filas: las nuevas caras de un nuevo gobierno sin estrellas para remontar

Macron tira de banquillo y hace cinco cambios, con representantes de izquierda, centro y derecha, con el objetivo de que dure y de poder seguir con su agenda de reformas

Foto: Macron, cuya popularidad sigue en mínimos, se ha rodeado de fieles para evitar más crisis. (Reuters)
Macron, cuya popularidad sigue en mínimos, se ha rodeado de fieles para evitar más crisis. (Reuters)

Un gobierno de confianza, pero sin estrellas. Tras varios días de cuidadosa deliberación, Emmanuel Macron se ha dotado de un nuevo gobierno que decepciona a los que esperaban personalidades de la sociedad civil y tranquiliza a los profesionales de la política. Macron tira de banquillo y hace cinco cambios, con representantes de izquierda, centro y derecha. El presidente francés, deja de lado los experimentos y pone en marcha un equipo de gobierno que debería de durar, al menos, hasta las elecciones europeas de mayo.

Macron ha apostado por rodearse de incondicionales que no le dejen tirado como Gerard Collomb o Nicolas Hulot. Necesita su apoyo para continuar las reformas en su país y pretender seguir encabezando la renovación de la Unión Europea. El presidente francés, que lleva meses instalado en las crisis políticas, necesita un gobierno sin sobresaltos, ni galácticos. No obstante, recuperar la estima de los franceses será otra cosa. Macron sigue habitando en los infiernos de los sondeos y no consigue borra su imagen de arrogante y altanero. A la remodelación de su gobierno deberá añadir un esfuerzo por trabajar su comunicación y su actitud en público.

Interior, la pieza clave: terrorismo y violencia

El sillón que ha dejado vacío Gerard Collomb, padrino político de Macron, tras su dimisión como ministerio del Interior era el puesto más importante en juego. Se ha hecho con él Christophe Castaner, exsocialista y hasta ahora Ministro de Relaciones con el Parlamento. El jefe del partido La República en Marcha, antiguo portavoz y fiel entre los fieles a Macron, se hace así con la cartera más sensible.

placeholder La dimisión de Gerard Collomb ha dañado aún más la imagen de Macron. (Reuters)
La dimisión de Gerard Collomb ha dañado aún más la imagen de Macron. (Reuters)

Collomb se despidió diciendo que la República había perdido el control de territorios que han caído en manos del islamismo radical y del tráfico de drogas. Castaner no puede hacer oídos sordos ante esa evidencia tantas veces ladeada por gobiernos de todas las tendencias. En su nueva labor, deberá hacer frente al descontento e incluso la desesperación de policías y gendarmes, faltos de medios y extenuados por la combinación de lucha contra el terrorismo y contra la delincuencia común. Los últimos episodios de violencia callejera, con muertes de menores incluida, es solo un ejemplo de lo que espera a Castaner y a las fuerzas policiales, que acumulan más de diez millones de horas extras.

Castaner tendrá que seguir defendiendo la nueva ley de asilo del gobierno Macron que ha endurecido las normas para la acogida de refugiados y cierra las puertas a los inmigrantes económicos, y que desmiente, por cierto, las acusaciones de ser favorable a un “inmigracionismo” que Matteo Salvini y Viktor Orban utilizan contra el presidente francés.

El nuevo responsable del Interior será respaldado por un especialista, el hasta ahora jefe de la Dirección General de Seguridad Interior (DGSI) - el FBI francés - Laurent Núñez. Este descendiente de “pied-noirs” españoles (emigrantes y sus hijos nacidos en la ex Argelia francesa) sirve para frenar las críticas de la oposición a la inexperiencia de Castaner sobre su nuevo cometido. Experto también como Prefecto en varias regiones, Núñez ha estudiado con éxito en las principales escuelas de la élite francesa. Su apellido deberá obligar a los periodistas franceses a buscar la Ñ en sus teclados, o a ignorar la tilde, como suelen hacer.

placeholder Christophe Castaner, nuevo ministro de Interior, con el primer ministro, Edouard Philipe. (EFE)
Christophe Castaner, nuevo ministro de Interior, con el primer ministro, Edouard Philipe. (EFE)

Castaner deberá, además, encargarse de una tarea clave: la preparación de las próximas elecciones, europeas, municipales y regionales, que obligan a determinar una cartografía de circunscripciones electorales que puede ayudar a ganar escaños en citas que serán vitales para la continuidad del proyecto Macron.

Cultura: la batalla por los medios públicos

El Ministerio de Cultura es también noticia. Françoise Nyssen es despedida sin contemplaciones. Nyssen, dueña de la editorial Actes Sud, era una de las figuras de la sociedad civil que Macron quiso incluir en su anterior gabinete. Criticada por todos los sectores de la Cultura por su supuesta incapacidad, perdió todo apoyo presidencial cuando el semanario “Le Canard Enchainé” denunció las obras de ampliación de su editorial que, tanto en la ciudad de Arles como en París, “olvidó” declarar al fisco. En la sede parisina de Actes Sud tampoco pidió permiso para transformar el palacete que acoge su empresa y que está protegido por el patrimonio de la capital.

Franck Riester es el nuevo responsable de Cultura, que tiene en la reforma de la televisión pública francesa uno de los principales retos. Macron definió al audiovisual público como “la vergüenza de la República”. La renovación se inició tímidamente con la anterior ministra y va a una serie de paros y protestas de los representantes de la radio y la televisión del Estado. Además de la reducción de efectivos y la mutualización de medios, otros sospechan que Macron intenta también frenar la capacidad crítica de los periodistas.

placeholder Franck Riester, nuevo ministro de Cultura, tiene por delante la delicada reforma de la televisión pública.
Franck Riester, nuevo ministro de Cultura, tiene por delante la delicada reforma de la televisión pública.

Riester es un exmiembro de Los Republicanos y figura en este nuevo gobierno como el representante del centroderecha “macroncompatible” que sirve a equlibrar las tendencias políticas que han constituido la esencia original de lo que se denomina “Macronía”.

Agricultura: un guiño para olvidar a Hulot

Otro de los ministros censurados es el de Agricultura. El cese del que hasta ahora era su titular, Stéphane Travert, es el regalo que Macron pretende hacer a los decepcionados con la estampida de Nicolas Hulot, el ecologista profesional que dijo adiós al proyecto presidencial ante el peso de los lobbies, y en especial, de los defensores de los pesticidas.

Foto: Nicolas Hulot, ante el presidente francés, Emmanuel Macron, durante una visita a Bretaña, el 20 de junio de 2018. (Reuters)

Didier Guillaume, socialista tendencia Manuel Valls, se hace cargo de uno de los ministerios que más dolores de cabeza provoca a los presidentes y primeros ministros por el peso de este sector en la política local, nacional y continental. Guillaume deberá demostrar que mantendrá su independencia frente al poderoso sindicato agrícola, FNSEA, acostumbrado a considerar a los ministros de este ramo como sus representantes en el gobierno.

Allanar el camino de las reformas y apaciguar a los alcaldes

Los centristas del Modem de François Bayrou también tendrán un representante oficial en la mesa de gobierno de Macron. Marc Fesnau, hasta ahora jefe del grupo parlamentario del Modem, será el Ministro de Relaciones con el Parlamento, un puesto importante para consensuar las reformas que el presidente quiere seguir aplicando. El acercamiento a Bayrou es también una necesidad de Macron de cara a los comicios del próximo año, incluidos los europeos. En las dos semanas que Macron ha tomado para formar su nuevo equipo se llegó incluso a hablar de Bayrou como futurible Primer Ministro.

La Francia local y periférica tendrá un ministerio reforzado. Jacqueline Gourault será la nueva encargada del Ministerio de “Cohesión del territorio y Relación con las Colectividades Territoriales”. Un superministerio indispensable para, entre otras cosas, aplacar la ira de alcaldes y representantes regionales que consideran a Macron un presidente “urbano” y que se quejan de los recortes financieros que las reformas gubernamentales han exigido al mundo rural y a la “Francia periférica”. Gourault fue la número dos de Collomb en el Ministerio del Interior y reemplaza al tercer despedido por Macron, el gris Jacques Mézard. La ministra estará respaldada por dos jóvenes lobos del macronismo, Sébastien Lecornue y Julien Denormandie.

Un gobierno de confianza, pero sin estrellas. Tras varios días de cuidadosa deliberación, Emmanuel Macron se ha dotado de un nuevo gobierno que decepciona a los que esperaban personalidades de la sociedad civil y tranquiliza a los profesionales de la política. Macron tira de banquillo y hace cinco cambios, con representantes de izquierda, centro y derecha. El presidente francés, deja de lado los experimentos y pone en marcha un equipo de gobierno que debería de durar, al menos, hasta las elecciones europeas de mayo.

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