Condenado a 98 horas de trabajos comunitarios por matar a seis pingüinos

La isla de Tasmania, al sur de Australia, es uno de los paraísos naturales en los que se puede disfrutar de la presencia de pingüinos azules. Sin embargo, en 2016 estos animales fueron protagonistas de los medios y no por su peculiar anatomía. Un joven, de nombre Joshua Leigh Jeffrey, decidió junto a otra persona apalear a seis de estos pingüinos hasta su muerte.

En julio de este año, un juzgado vio su causa y, pese a definir lo sucedido como un “acto despiadado” porque los pingüinos eran “un objetivo muy fácil”, solo dictaminó que el delito de crueldad animal acarrearía una pena de 49 horas de servicios comunitarios y a pagar las costas del juicio: 82 dólares. Todo ello, contando además con que el salvaje agresor “no mostraba remordimientos y seguía negando su culpabilidad”, según la sentencia.

La fiscalía decidió recurrir y un juzgado de apelación ha decidido ahora doblar la pena, es decir, que Joshua tenga que cumplir 98 horas de servicios comunitarios. Además, le impone una sanción de dos meses de cárcel, pero la deja en suspenso. Solo tendrá que cumplirla si comete algún delito durante los próximos doce meses.

Las reacciones de grupos animalistas y ciudadanos anónimos no se han hecho esperar y han puesto el grito en el cielo por la nimia condena. En Tasmania, la pena máxima por crueldad animal agravada es de hasta cinco años de prisión o una multa de más de 30.000 dólares australianos. No parece que haya relación con la sentencia que ha recibido Leigh.

En su cuenta de Facebook, aunque está cerrada sólo a sus amigos, son muchos los que están colgando enlaces de los periódicos locales en las pocas imágenes que publica. Algunos incluso le desean que no encuentre nunca un trabajo digno y otros dejan enlaces a la petición en change.org para que se le aplique una “sentencia apropiada”. De momento, ya han superado las 100.000 firmas.