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De Fidel Castro a Miguel Díaz-Canel: Cuba ya tiene un presidente que sabe bailar
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De Fidel Castro a Miguel Díaz-Canel: Cuba ya tiene un presidente que sabe bailar

La leyenda dice que a Fidel Castro no le gustaba bailar. Lo cierto es que nunca se le vio en actos públicos dejándose llevar al ritmo de la música... como sí lo hace ahora Díaz-Canel

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El uniforme militar de Fidel Castro no ayudaba, pero aunque ayudara, no cambiaría nada: al líder de la revolución cubana no le gustaba bailar. Castro, que murió hace casi dos años poco después de cumplir los 90, y tras haber sido presidente de la isla de Cuba durante más de tres décadas, nunca fue un mandatario de mucho movimiento. Sin embargo, el actual, Miguel Díaz-Canel, no sigue la tendencia del antecesor de su predecesor. Son muchos los presidentes de la región a los que se les ha visto dejándose llevar por la música, característica común de los latinos, pero ninguno de los dos Castro, ni Fidel ni su hermano Raúl, que dirigió Cuba desde la lenta retirada de su hermano hasta la llegada de Díaz-Canel, eran proclives a mover los pies al son de una salsa.

Al que ostenta el cargo de presidente de Cuba desde el pasado mes de abril sí se le da bien. Así lo mostró la embajadora cubana en Bélgica, la diplomática Norma Goicochea, en dos vídeos publicados en su perfil de la red social Facebook, en los que se ve al mandatario latinoamericano bailando durante el cierre de su primera visita como presidente de Cuba a la sede de Naciones Unidas en Nueva York. "Así nos gusta... a lo cubano".

No solo bailando, sino que en otro de los vídeos publicados por la misma diplomática se le puede ver y escuchar cómo, con buen sentido del ritmo, acompaña al grupo musical tocando las "tumbadoras", también conocidas como congas. "Mi presidente tocando tumbadoras con el Grupo de Juan Guillermo", escribe Goicochea. El presidente acompañó a la banda del cantante cubano Juan Guillermo Almeida —más conocido como GC— en un ambiente distendido, sin traje ni corbata, en el que la música (y su baile) fue principal protagonista.

Díaz-Canel es diferente. Además de a Fidel Castro, tampoco le gustaba bailar a su fiel acompañante, al histórico Ernesto 'Che' Guevara, quien el periodista Jon Lee Anderson —biógrafo y autor de 'Che Guevara: una vida revolucionaria'— definió como "antimusical". "No podía cantar ni bailar, era muy poco latinoamericano en ese sentido": así respondía el historiador al preguntarle, en el Festival Querétaro de 2017, cuál era la música favorita del Che. No había.

"Los héroes cubanos no gozan"

"Los líderes no se permiten mostrarse con normalidad en un entorno de hogar y de familia": así se explica en el libro ' Cuba en la encrucijada: 12 perspectivas sobre la continuidad y el cambio en La Habana y en todo el país', editado por Leila Guerriero. En esta obra se recuerda a Castro como un líder alejado de las virtudes (y también de los problemas) diarios del cubano. "Nuestros líderes no se proyectan como mortales, no les gusta mostrar esa cualidad que poseemos los criollos, seres apasionados que perdemos el paso por amor. Los héroes cubanos en apariencia no sufren ni se divorcian; no son débiles ante el deseo; no gozan. La leyenda cuenta que Fidel Castro no sabe bailar, que no es amante de la música o las fiestas y que le ha costado mucho dedicar tiempo a la familia".

Un músico cubano dijo una vez que podía entender que la revolución fuera intransigente ideológicamente, combativa y trabajadora, pero no que fuera aburrida, aunque Carlos Puebla ya hubiera dejado claro muchos años antes que con el comandante se acabó la diversión. Al otro lado del espectro musical, Díaz-Canel, que no solo tiene oído musical, sino que lo muestra en público, algo que en tiempos de los Castro parecía imposible. Un Díaz-Canel que se suma a una rumba, que se quita la corbata y que sale a bailar acompañado de su esposa, ante los ojos de cualquiera.

El uniforme militar de Fidel Castro no ayudaba, pero aunque ayudara, no cambiaría nada: al líder de la revolución cubana no le gustaba bailar. Castro, que murió hace casi dos años poco después de cumplir los 90, y tras haber sido presidente de la isla de Cuba durante más de tres décadas, nunca fue un mandatario de mucho movimiento. Sin embargo, el actual, Miguel Díaz-Canel, no sigue la tendencia del antecesor de su predecesor. Son muchos los presidentes de la región a los que se les ha visto dejándose llevar por la música, característica común de los latinos, pero ninguno de los dos Castro, ni Fidel ni su hermano Raúl, que dirigió Cuba desde la lenta retirada de su hermano hasta la llegada de Díaz-Canel, eran proclives a mover los pies al son de una salsa.

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