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Elecciones en Quebec: el camino canadiense hacia la apatía sobre la independencia
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EL "EJEMPLO" PARA SÁNCHEZ NO ES VIABLE EN ESPAÑA

Elecciones en Quebec: el camino canadiense hacia la apatía sobre la independencia

Los jóvenes pierden interés por el independentismo, uno de los temas más candentes en la historia política de Canadá. En las elecciones de este lunes, ha estado prácticamente desaparecido

Foto: Un grupo de estudiantes con una bandera de Canadá durante una marcha en Montreal por el "No" en un referéndum soberanista en Quebec. (Reuters)
Un grupo de estudiantes con una bandera de Canadá durante una marcha en Montreal por el "No" en un referéndum soberanista en Quebec. (Reuters)

La independencia de Quebec, uno de los temas más candentes en la historia política de Canadá, vuelve a estar bajo los focos por las elecciones que se celebran este lunes en la provincia canadiense. En los últimos años, el sentimiento independentista ha perdido fuerza, hasta el punto de que ha tenido menos cabida que nunca durante la campaña. Un cambio producido a raíz de los resultados negativos de los referéndums de secesión (que en ningún caso hubieran supuesto la separación del territorio) de 1980 y 1995, y sobre todo, de la “Ley de Claridad” del año 2000 y el movimiento nacional de 2006.

“Quebec es un ejemplo de que desde la política se pueden encontrar soluciones a una crisis secesionista, aunque cada país tiene sus caminos”, dijo la semana pasada Pedro Sánchez en su visita a Montreal. Y es que el camino de Quebec, aunque pueda ser un buen ejemplo, no es viable en España.

La primera vía, la “Ley de Claridad” establece las condiciones por las que sería favorable la secesión de un territorio de la Federación, que debería negociar los términos de la supuesta separación. Esta ley se establece para un Estado divisible como Canadá, pero no es aplicable a España, que se establece como un Estado Indivisible según el artículo 2 de la Constitución española. En la segunda parte del camino, la Cámara de los Comunes de Canadá aprobó una moción parlamentaria que reconocía a la provincia de Quebec como una nación dentro de una Canadá unida. Es decir, Canadá es una confederación de estados en la que se reconoce a Quebec como una nación en un sentido sociológico cultural en lugar de legal.

Por lo tanto, la solución debe ser conforme a la Constitución, como dijo Justin Trudeau la semana pasada: “Reconozco que es un tema delicado interno y tengo confianza en la gente de España y en los diferentes gobiernos para avanzar por un camino respetuoso con la libertad de expresión, valores, derechos humanos y el estado de derecho y la Constitución española”.

Foto: Manifestantes independentistas durante una marcha a través de las calles de Edimburgo. (Reuters)

La ayuda vecina

Pierre Trudeau, difunto padre de Justin Trudeau, fue la primera piedra en el camino de los movimientos nacionalistas. El que fuera primer ministro utilizó su poder de veto (cualquier intento de enmendar la constitución requeriría la unanimidad de las diez provincias de Canadá) para frustrar el crecimiento de identidad francesa que creció intensamente en Quebec durante la década de los años 60 y 70. Canadá controló durante esa época los picos de independentismo que surgieron con las victorias de los partidos políticos a favor de la separación de la provincia del resto del país. En 1980 se celebró un referéndum para decidir si Quebec debía comenzar un camino hacia una soberanía asociada.

Las declaraciones del presidente de EEUU sirvieron principalmente para cambiar la opinión de los líderes empresariales en Quebec

En 1993, sin Trudeau en el poder y con la idea de soberanía en su máxima expresión, el Bloque Quebequés (BQ) se convirtió en el segundo partido más votado en las elecciones, siendo entonces la principal oposición. Fue el momento ideal para la convocatoria de un segundo referéndum, que se celebraría un año después de la victoria del Partido Quebequés (PQ) en 1994. El por entonces primer ministro, Jean Chrétien, recibió ayuda del país vecino para inclinar la balanza de su lado.

“La sugerencia de que las personas de un determinado grupo étnico o tribu o religión solo pueden tener una existencia comunitaria significativa si tienen su propia nación independiente es una afirmación cuestionable”, afirmó Bill Clinton en una conferencia internacional en Montreal, a la que fue invitado justamente por Chrétien, a menos de un mes para la celebración del referéndum. Esa misma mañana, Clinton inauguró la embajada de Estados Unidos situada en Ottawa, la capital canadiense, y ratificó su apoyo a una “Canadá fuerte y unida”. Las declaraciones del presidente de EEUU probablemente sirvieron no solo para influir en los votantes, sino principalmente para cambiar la opinión de los líderes empresariales en Quebec.

A día de hoy, la relación entre Trudeau y Donald Trump nada tienen que ver con la tuvieran Chrétien y Clinton, pero este domingo por la noche, Estados Unidos y Canadá confirmaron la firma de un nuevo acuerdo comercial, junto a México, que pasa a llamarse el acuerdo de Estados Unidos, Canadá y México (USCMA). “Un gran día para Canadá”, afirmó Trudeau, que vuelve a estrechar de esta manera las relaciones con Estados Unidos. El acuerdo, sin duda, quitará protagonismo a las elecciones de este lunes en Quebec.

placeholder Stephane Bergeron, del Bloque Quebequés, habla con un grupo de padres en Barcelona. (Reuters)
Stephane Bergeron, del Bloque Quebequés, habla con un grupo de padres en Barcelona. (Reuters)

Los jóvenes pierden interés por el independentismo

La historia política de los partidos independentistas de Quebec está llena de movimientos políticos con los jóvenes como protagonistas. La Unión Nacional (UN) ganó con cuatro mayorías consecutivas entre 1944 y 1956, en total, seis elecciones ganadas entre 1936 y 1966. Rassemblement pour l'Indépendance Nationale (Rin) fue el principal movimiento independentista en 1960 antes de la formación del Partido Quebequés (PQ) en 1968, cuando desapareció RIN, y Unión Nacional lo haría en 1989. Hasta mediados de la década de los 90, los votantes jóvenes se encontraban entre los más partidarios a la independencia. Desde entonces, y tras los dos referéndums en 1980 y 1995 sin lograr la mayoría de votos, la idea de la independencia comenzó a decrecer.

En los últimos años, el Partido Quebequés (PQ) y Quebec Solidaire (QS) no han encontrado un argumento que seduzca a la nueva generación de votantes, y en esta campaña el referéndum apenas ha tenido hueco, a la espera de 2022 y de reclutar nuevos votantes. La economía o la educación han sido algunos de los temas dominantes en estas elecciones, y la inmigración el más candente, la cual preocupa a estos partidos por el miedo a la pérdida de la cultura y el lenguaje (francés). Además, según una encuesta de Ipsos en Quebec a 510 jóvenes de entre 18 y 25 años, casi un 40% de los participantes aseguró estar contento con el estatus constitucional actual de Quebec dentro de Canadá, y solo un 19% se mostró a favor de un Quebec independiente. Un 26% de los encuestados asegura empezó a tener interés en la política a partir de la movilización estudiantil de 2012, un 18% por el cambio climático y un 7% por la cuestión constitucional de Quebec. Educación, salud y economía son los temas que más interesan a los jóvenes.

De acuerdo con Élections Québec (la oficina de la Asamblea Nacional de Quebec), solo el 58% de los quebequenses de entre 18 y 34 años votaron en las elecciones provinciales de 2014, una bajada notable con respecto al 65% de 2012. Con el desinterés de los jóvenes sobre una futura independencia, un nuevo referéndum se antoja cada vez más difícil. No obstante, los cambios de los últimos años no han acabado con el sentimiento nacionalista que perdura en algunos jóvenes y que mantienen viva la llama.

La independencia de Quebec, uno de los temas más candentes en la historia política de Canadá, vuelve a estar bajo los focos por las elecciones que se celebran este lunes en la provincia canadiense. En los últimos años, el sentimiento independentista ha perdido fuerza, hasta el punto de que ha tenido menos cabida que nunca durante la campaña. Un cambio producido a raíz de los resultados negativos de los referéndums de secesión (que en ningún caso hubieran supuesto la separación del territorio) de 1980 y 1995, y sobre todo, de la “Ley de Claridad” del año 2000 y el movimiento nacional de 2006.

Canadá Justin Trudeau
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