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Mark Demesmaeker, 'cartero' de Forcadell: "La UE tiene que actuar contra España"
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Mark Demesmaeker, 'cartero' de Forcadell: "La UE tiene que actuar contra España"

Desmesmaeker se define como un "demócrata del la cabeza a los pies". Pero, ante todo, dice ser "un flamenco independentista"

Foto: Demesmaeker en la "prisión" montada en Bruselas para protestar por los "presos políticos". (Foto M.Demesmaeker)
Demesmaeker en la "prisión" montada en Bruselas para protestar por los "presos políticos". (Foto M.Demesmaeker)

El nombre de Mark Desmesmaeker es desconocido para la inmensa mayoría de los españoles. Pero, al menos desde hace dos semanas, no para Josep Borrell, ministro de Exteriores, ni los círculos diplomático. Este periodista reconvertido a político -¿les resulta familiar?- y firme defensor de la causa independestista catalana fue también el encargado de darle a Carme Forcadell una misiva, durante una visita de europarlamentarios a las cárceles de Puig de les Basses Lledoners y Mas d'Enric. La misiva la firmaba el presidente del Parlamento de Flandes, Jan Peumans, quien apenas unos meses antes había recibido a la expresidenta del Parlament en Bruselas, cuando ya se barruntaba la tormenta catalana.

"Era una carta personal, de solidaridad", explica Desmesmaeker a El Confidencial. Quizás es cierto. Pero sus afirmaciones -"España no debe estar en la Unión Europea", dice Peumans- inflamaron los ánimos y ha causado un nuevo incidente diplomático entre España y Bélgica. Desmesmaeker dice "suscribir palabra a palabra" el contenido. "Por supuesto que estoy de acuerdo. España no cumple con los estándares. Es una desgracia encarcelar a políticos y representantes de la sociedad civil, no está de acuerdo con los estándares europeos democrárticos", asegura.

placeholder Demesmaeker (en el centro, con corbata amarilla) en la visita con otros eurodiputados en la que dio la carta a Forcadell. (EFE)
Demesmaeker (en el centro, con corbata amarilla) en la visita con otros eurodiputados en la que dio la carta a Forcadell. (EFE)

"No hay razones para que la Unión Europea no actúe contra España. No veo por las que no deberían investigarla", asegura el eurodiputado. Desmesmaeker apunta al caso de Forcadell: "No debería estar en la cárcel. Por permitir un debate, la acusan de rebelión, es ridículo". Como sus colegas independentistas catalanes, le preocupa la "falta de la independencia de la justicia española" y que los políticos catalanes que siguen en presión preventiva -algunos, como los "Jordis", ya desde hace casi un año- no tengan "un juicio justo".

El partido al que pertenece el eurodiputado flamenco, la N-VA, es el partido más votado en Bélgica. Su líder, Bart de Weber, ganó las pasadas elecciones aunque prefirió dar un estratégico paso a un lado y no entrar en la coalición gobernante, de la que los nacionalistas son el socio de mayor peso. ¿Empujará entonces Bélgica por que la UE actúe contra España, como propone Desmesmaeker? "No estamos solos en el Gobierno", responde. Pero, aunque hay un sector de la N-VA muy activo en la defensa de la causa catalana, no todos los miembros son tan entusiastas. De Weber se ha mantenido al margen, incluso tras la llegada de Carles Puigdemont pidiendo respaldo a Europa.

Las autoridades españolas no están muy contentas con Bélgica -especialmente con los responsables judiciales de los que, insiste su primer ministro Charles Michel una y otra vez, el gobierno es independiente. Las tensiones son periódicas y en este último episodio, nadie ha levantado un teléfono para pedirle a Demeskaeker que evite más encontronazos, según él mismo afirma. Pero es poco probable que, por el momento, la cosa vaya más allá. La N-VA, que controla ahora el gobierno federal, se ha marcado una estrategia más a largo plazo: evitar forzar la ruptura, para la que no tienen una mayoría social suficiente, ir preparando el terreno.

A Desmesmaeker, que fue declarado por el Kremlim "persona non grata", no parece importarle la tensión creada entre España y Bélgica con su gesto de "cartero". Es más, no esconde su satisfacción. "Es una buena señal. Si hubiera habido silencio, hubiera sido más bien un problema. Ahora saben que los estamos mirando", reflexiona. Considera que la decisión del Gobierno de Pedro Sánchez de convocar a consultas al embajador belga en Madrid demuestra que han dado en un "punto muy sensible, porque saben que algo se está haciendo mal".

Pero, ¿por qué este flamenco, antiguo presentador de TV, sin ningún vínculo personal con Cataluña se ha volcado con la causa catalana? Desmesmaeker es un hombre se define como un "demócrata del la cabeza a los pies". Pero, ante todo, Desmesmaeker es "un flamenco independentista". Cree en las naciones tienen "derechos" por el hecho de ser naciones. Y, aunque no detalla los criterios objetivos que definen o no a una nación -"la gente es la que hace la diferencia", dice-, "no le cabe ninguna duda" de que Cataluña lo es.

placeholder Manifestantes celebran la declaración de independencia unilateral de Cataluña. (EFE)
Manifestantes celebran la declaración de independencia unilateral de Cataluña. (EFE)

"Tiene una larga historia, los ciudadanos comparten un espacio democrático, una lengua... lo sienten en el corazón", argumenta. Por ello, Cataluña -y no las regiones del este de Ucrania, por ejemplo- puede acogerse al "derecho internacional a la autoderminación". ¿Actuaron bien Puigdemont y sus socios al proclamar la independencia catalana de manera unilateral? El eurodiputado cree que "no tenían otra opción". ¿Incluso si la mitad de los catalanes rechaza la independencia? Ahí es menos contundente. "No puedo pronunciarme sobre las decisiones tomadas, nosotros en Flandes hemos tomado otras", señala.

Demesmaeker aprovecha esta cuestión para plantear otro de los argumentos habituales en los círculos independentistas: Que en realidad no se sabe cuánta gente quiere quedarse en España porque no les dejan votar. Pero, apunta, sí hay una mayoría parlamentaria -aunque no de votos- a favor de la independencia. Reconoce, no obstante, que sí hay indicios de que mucha gente no quiere, ni quería, abandonar España cuando Puigdemont pronunció el 27 de octubre la declaración de independencia unilateral. "Hay una división en Cataluña", concede.

Foto: Esteladas durante la manifestación independentista de la Diada. (EFE)

Pero apunta que la mayoría de los catalanes quiere pronunciarse en un referendum. Y cree que es responsabilidad del gobierno español haber negado esta opción. En cambio, desconoce que la Constitución española prohibe celebrar un referendo en solo una región del país. Y señala que "tampoco estaba permitido votar en otros lugares, como las Repúblicas Bálticas, que acabaron por independizarse de la Unión Soviética. ¿Cree que España es comparable a un régimen autocrático como la URSS? Guarda silencio un momento. "Hay un rasgo autoritario, aunque no un régimen autoritario", dice. Una situación, opina, relacionada con "la historia reciente del país", en alusión al franquismo.

En el caso de Ucrania, en cambio, Desmesmaeker está del lado del gobierno de Kiev, que trata de evitar que los rebeldes del este se independicen convertidos en una especie de satélite de Rusia. La revolución naranja, las protestas que llevaron en 2014 a Víktor Yanukóvich a marcharse a Rusia, le sorprendió en el país. Y, tras el centenar de muertos en Maidan, tras los enfrentamientos en Dombass, lo tiene claro. "Todo el mundo tiene derecho a pedir la independencia, a votar, pero no usando la fuerza o metiendo de por medio a un agresor extranjero". Tras aquello, se ha involucrado tanto en defensa de Ucrania frente a Rusia, que le ha valido ser colocado en una de las listas negras de Vladimir Putin, lo que supone que tiene vetada la entrada a Rusia.

Desmesmaeker sí viaja a menudo a Ucrania. También lo ha hecho a Cataluña, en su última y polémica visita -hubo un intento previo cuando estaban encarcelados en la comunidad de Madrid, donde no les concedieron los permisos para entrar- y como "observador" internacional en los votos. Pretende seguir apoyando la causa, dentro del grupo por el diálogo entre la UE y Cataluña -que, a tenor la "decepción" que ha reconocido sentir este viernes Puigdemont por la falta de apoyo europeo, no está dando muchos frutos- y los pasillos del Parlamento Europeo. Allí, en su despacho seguirá lidiando también con dossieres relacionados con el medio ambiente, acompañado por un repertorio de banderas de las "naciones sin estado", entre las que la senyera y la ikurriña acompañan al león negro sobre fondo amarillo de Flandes.

El nombre de Mark Desmesmaeker es desconocido para la inmensa mayoría de los españoles. Pero, al menos desde hace dos semanas, no para Josep Borrell, ministro de Exteriores, ni los círculos diplomático. Este periodista reconvertido a político -¿les resulta familiar?- y firme defensor de la causa independestista catalana fue también el encargado de darle a Carme Forcadell una misiva, durante una visita de europarlamentarios a las cárceles de Puig de les Basses Lledoners y Mas d'Enric. La misiva la firmaba el presidente del Parlamento de Flandes, Jan Peumans, quien apenas unos meses antes había recibido a la expresidenta del Parlament en Bruselas, cuando ya se barruntaba la tormenta catalana.

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