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Tres estudiantes de Derecho consiguen liberar a un preso inocente tras 27 años
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Por un crimen que no cometió

Tres estudiantes de Derecho consiguen liberar a un preso inocente tras 27 años

Pese a que el asesino confesó los hechos en televisión a los dos días del crimen, Valentino Dixon ha pasado casi tres décadas entre rejas

Foto: Dixon se pasó 27 años en prisión siendo inocente (EFE/Aaron M. Sprecher)
Dixon se pasó 27 años en prisión siendo inocente (EFE/Aaron M. Sprecher)

Julie Fragonas, Isobella Goonetillake y Naoya Johnson son tres estudiantes de Derecho de la Universidad de Georgetown, en Estados Unidos. Pero, además, son las responsables de que, desde el pasado miércoles 19, Valentino Dixon sea un hombre libre después de haber pasado 27 años en prisión por un crimen que no cometió.

Todo sucedió en agosto de 1991 en Buffalo, en el estado de Nueva York. Dixon estaba en el interior de una tienda cuando escuchó disparos; salió a ver qué había pasado y, tras enterarse de que el tiroteo había dejado un muerto, decidió subirse a su coche y alejarse del lugar de los hechos. Estaba en libertad condicional y no quería verse envuelto en ningún altercado.

Foto: El pequeño Ahmed, en una foto en un perfil de Facebook de la familia


Dos días después, el asesino confesó los hechos en una televisión local. Se llamaba LaMarr Scott, tenía 19 años, y explicó con detalle cómo disparó su pistola automática. El caso estaba cerrado para todos, excepto para el fiscal, Chris Belling, que acusó al padre de Scott de coaccionarle para declararse culpable. Dejó a Scott en la calle y encerró a Valentino Dixon por un crimen que no había cometido.

El destino quiso que Scott terminara también en la cárcel dos años después por otro tiroteo y que, casualmente, compartiera celda con Dixon. LaMarr Scott volvió a reconocer a su compañero de prisión que él había cometido el asesinato, pero no sirvió de nada. Ni entonces, ni en ninguna de las apelaciones de Valentino Dixon a lo largo de más de veinte años.

Tres providenciales alumnas de derecho

Marc Howard, profesor de la Universidad de Georgetown, trabaja desde hace años junto a Marty Tankleff, un abogado que pasó 17 años en la cárcel por el asesinato de sus padres aunque, como en el caso de Dixon, él no lo cometió. Ambos intentan ahora hacer justicia ayudando a presos que ellos consideran que están encarcelados de manera injusta.

Foto: La manos de Eduardo A., vizcaíno de 47 años, sobre su diario. (Martín Ibarrola)


Howard y Tankleff han llevado a cabo un curso en la universidad sobre presos que llevan años pidiendo justicia. Las tres estudiantes, Julie Fragonas, Isobella Goonetillake y Naoya Johnson, asistieron a ese curso y decidieron centrarse en uno de los casos, el de Valentino Dixon.

Dixon se había hecho famoso por unos dibujos sobre golf que la revista Golf Digest publicó y puso su caso en conocimiento de la opinión pública. Fragonas, Goonetillake y Johnson comenzaron a investigar y se reunieron con el fiscal que envió a prisión a Dixon. Aunque Belling se reafirmó en sus conclusiones, dio un dato que las estudiantes no pasaron por alto: se hizo un análisis de pólvora a las manos de Dixon y a la ropa que llevaba puesta que dio negativo. Sin embargo, no se lo comunicó a la defensa, pese a estar obligado a ello por el Tribunal Supremo. Gracias a esa revelación, las tres estudiantes han conseguido que Valentino Dixon sea hoy un hombre libre.

Julie Fragonas, Isobella Goonetillake y Naoya Johnson son tres estudiantes de Derecho de la Universidad de Georgetown, en Estados Unidos. Pero, además, son las responsables de que, desde el pasado miércoles 19, Valentino Dixon sea un hombre libre después de haber pasado 27 años en prisión por un crimen que no cometió.

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