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Llévese su propio Macron a casa: tazas, bolis y relojes para restaurar el Elíseo
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críticas por el personalismo y los altos precios

Llévese su propio Macron a casa: tazas, bolis y relojes para restaurar el Elíseo

Sus detractores critican que Macron está hasta en la sopa. Puede que en la sopa no, pero sí en el café, por el módico precio de 24,90 euros

Foto: Muñecos "hina" decorativos hechos en Japón con la figura de Emmanuel Macron y Angela Merkel. (Reuters)
Muñecos "hina" decorativos hechos en Japón con la figura de Emmanuel Macron y Angela Merkel. (Reuters)

Sus detractores critican que Macron está hasta en la sopa. Puede que en la sopa no, pero sí en el café, por el módico precio de 24,90 euros. Emmanuel Macron ha pasado a ser, de la forma más literal, el producto de marketing que le achaca la oposición gracias a la tienda online que acaba de abrir el palacio del Elíseo donde, al más puro estilo de los “royals” británicos o de la Casa Blanca, se venden bolígrafos, bolsos, dulces, joyas, relojes y retratos del más monárquico de los presidentes republicanos.

El objetivo de la boutique es recaudar fondos para restaurar el maltrecho palacio de la rue Saint-Honoré, residencia oficial del presidente de la República donde trabajan cerca de 800 personas y que necesita, desde hace años, un lavado de cara. “Una segunda juventud, 300 años después de su construcción”, recuerdan desde Presidencia.
Si en algo están de acuerdo los franceses, sean de la cuerda que sean, es que Macron ha sabido siempre venderse bien.

placeholder Vídeo en el Obama apoya a Macron, para quien es una fuente de inspiración. (Reuters)
Vídeo en el Obama apoya a Macron, para quien es una fuente de inspiración. (Reuters)

Maestro en el manejo de los tiempos, siempre al acecho del “coup de comm” (la operación de comunicación), el presidente jupiterino ha sabido inspirarse en sus homólogos del otro lado del Atlántico, sobre todo en Barack Obama, en su forma de relacionarse con la prensa, en sus apariciones públicas y ahora, también, en el uso de su imagen y la de la presidencia como objeto de merchandising. La apuesta no ha comenzado nada mal: sólo en los primeros tres días, la tienda ha recaudado cerca de 350.000 euros.

¿Los objetos con más éxito en su debut? El reloj de 169 euros cuya correa luce los colores de la bandera francesa y que con el que se ha visto a Macron en las últimas semanas, el bolígrafo Bic de cuatro colores con la marca Elysée estampada, que se vende por 4 euros, y la taza de la presidencia. Parece que por el momento el público se inclina más por los productos de exaltación de los colores nacionales y los símbolos de la jefatura del Estado que por la figura concreta del joven presidente. Aunque oferta no falta.

Se puede optar, por ejemplo, por el póster gigante de París para colorear en el que aparecen sus principales atracciones, entre ellas, cómo no, el Elíseo con el presidente, su esposa Brigitte y el perro de ambos, Nemo. Perro que, por cierto, aparece también en la colección de postales del palacio (10 euros), tiene su propia página de Wikipedia y que se pasea tan campante por su nueva vivienda que hasta ha llegado a orinarse en una chimenea del palacio mientras su dueño estaba en plena reunión.

placeholder El muy comentado retrato oficial de Macron en su despacho. (EFE)
El muy comentado retrato oficial de Macron en su despacho. (EFE)

Si se busca algo más formal, está el retrato oficial del quinquenio, en el que Macron posa delante de su mesa de despacho y donde se vislumbran los jardines del Elíseo a través de la ventana abierta, que se vende en formato postal (2 euros), póster como el que se cuelga en colegios o edificios oficiales (9,90 euros) o, para los más forofos, taza de desayuno (24,90 euros). Para acompañar el refrigerio se pueden adquirir los “macarons”, esos pequeños dulces de almendra y crema de llamativos colores, que el célebre confitero Pierre Hermé ha concebido para la ocasión por 19,50 euros la caja de 7. Azules, blancos y rojos, por supuesto.

Todos los productos son “fabriqués en France” por marcas del Hexágono para “poner en valor el savoir-faire francés”, promover el empleo y apoyar a las empresas que reviven los territorios franceses, señalan desde la propia página web de la boutique, el único sitio donde se pueden comprar los objetos ya que, por el momento, no se ha previsto abrir una tienda física.
Desde el Elíseo han querido sacar partido al tirón mediático del presidente, cuyo vocabulario se ha hecho en muchas ocasiones viral. Una colección de camisetas reproduce, por ejemplo, algunas de las expresiones más singulares de Macron, que siente gusto por vocablos anacrónicos pero efectivos, como “croquignolesque” (ridículo) o “polvo de Perlimpinpín”, es decir, supuestamente milagroso pero ineficaz, que le espetó a Marine Le Pen en el último debate antes de ser elegido presidente. Otra camiseta muestra su silueta celebrando la victoria de Francia en la final del mundial de fútbol de este año.
Las críticas, no faltaba más, están servidas. “Estupefacto. ¿Quién quiere llevar la silueta del presidente exultante en plan estrella del rock? Cuando la boutique oficial del Elíseo se convierte en club de fans de Macron - ¡la confusión de géneros es total!”, se indignaba recientemente el diputado de Les Republicains, Julien Aubert en Twitter.

El precio de algunos productos, como los brazaletes inspirados en los valores de la República francesa de “libertad”, “igualdad”, “fraternidad”, que se venden por 250 euros, también ha sorprendido negativamente a muchos internautas, que recuerdan que no ayuda a quitarle a Macron la etiqueta de “presidente de los ricos”. Los mensajes de “francés” o “francesa” de las sudaderas que se venden en la tienda del Elíseo han sido tachados de “nacionalistas”, y también hay crítica de género, ya que los modelos de bolsos de tela se venden con el letrero “presidente” y “primera dama”. No hay ni presidenta ni primer caballero.

Y la última polémica viene del origen de las tazas de la boutique, supuestamente de Limoges, pero que se ha descubierto que se fabricaban en otro sitio. La presidencia se ha disculpado y ha puesto fin a su contrato con ese proveedor. La Unión de Fabricantes de Porcelana de Limoges resumía así su reacción: “Es croquignolesque”.

Sus detractores critican que Macron está hasta en la sopa. Puede que en la sopa no, pero sí en el café, por el módico precio de 24,90 euros. Emmanuel Macron ha pasado a ser, de la forma más literal, el producto de marketing que le achaca la oposición gracias a la tienda online que acaba de abrir el palacio del Elíseo donde, al más puro estilo de los “royals” británicos o de la Casa Blanca, se venden bolígrafos, bolsos, dulces, joyas, relojes y retratos del más monárquico de los presidentes republicanos.

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