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La activista a la que Arabia Saudí nunca decapitó: geoestrategia de la mentira
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La activista a la que Arabia Saudí nunca decapitó: geoestrategia de la mentira

La noticia de la decapitación se ha extendido por las redes sociales a causa de un vídeo, pero ni éste es el de la ejecución de la activista ni ésta ha sido ejecutada (todavía)

Foto: Manifestación en Indonesia contra las ejecuciones de extranjeros en Arabia Saudí. (Reuters)
Manifestación en Indonesia contra las ejecuciones de extranjeros en Arabia Saudí. (Reuters)

Ejecutada bajo las órdenes de la Fiscalía saudí. Con esta frase explican varios medios la presunta decapitación de una activista por los Derechos Humanos saudí, Isra al-Ghamgam, en público, detenida previamente por atentar contra la autoridad. La noticia comenzó a circular este domingo, después de que el tuitero @thefreethoughts publicara en su perfil este texto: "Una mujer pacífica, que no había hecho daño a nadie, ni trató de matar a nadie. Criticó el régimen sucio y fascista saudí (...) y antes de morir gritaba: 'Yo no maté a nadie'". A sus palabras acompañaba un vídeo en el que se veía, de lejos, a un grupo de personas agarrando a otra, vestida con una especie de abaya de color negro, a la que acaban cortando la cabeza en medio de un paso de peatones —las imágenes han sido eliminadas de YouTube—.

No tardaron mucho en hacerse eco los medios de estas imágenes, asumiendo que se trataba de la propia Isra. "Arabia Saudí decapita a una activista en público", titulan desde el boletín oficial del Club de Jóvenes Periodistas (YJC) de Irán: en este artículo, asumen que es la activista la decapitada, aludiendo al vídeo del tuitero y a "fuentes saudíes", según las cuales fue ejecutada bajo las órdenes de la Fiscalía del reino. La fuente de la información es Press TV, una cadena de televisión financiada por el Gobierno iraní. Esta misma cadena, en su página web, publicó la misma noticia, asegurando que —en virtud de fuentes citadas por el diario panárabe 'Al Quds al-Arabi', con sede en Londres— la activista había sido detenida "poco antes" por su actividad contra la autoridad saudí. Esta noticia fue eliminada de la web de la cadena iraní, si bien todavía se puede consultar en la caché de Google.

Isra al-Ghamgam (nacida el 1 de septiembre de 1990,) está viva. Arabia Saudí la detuvo hace casi tres años y está pendiente de sentencia, pero sigue viva. Según el Observatorio Chií de Derechos, con sede en Washington (Estados Unidos), se trata de una activista que podría ser condenada a pena de muerte por su "implicación en manifestaciones pacíficas" en Qatif, una localidad saudí ubicada en pleno golfo Pérsico, a algo más de 400 kilómetros de la capital. El Observatorio sostiene que Al Ghamgam fue detenida junto a su marido el 6 de diciembre de 2015, después de una redada llevada a cabo por las autoridades saudíes en su propia vivienda.

La Organización Europea-Saudí por los Derechos Humanos (ESOHR, por sus siglas en inglés) ya denunció hace más de dos años la detención de al-Ghamgam, que definió como un "grave deterioro de la libertad de expresión y de la dignidad de las mujeres en Arabia Saudí". La detención de Isra al-Ghamgam llegó poco después del arresto de decenas de mujeres que habían participado en protestas por la democracia en el reino, y poco antes de la detención de Samar Badawi, la hermana del bloguero Raif Badawi, condenado a mil latigazos. Precisamente es la imagen de Samar Badawi —que además de ser arrestada en 2016, volvió a entrar en prisión este mismo mes de agosto, razón por la cual comenzó la más reciente disputa diplomática entre Canadá y Arabia Saudí— la que circula por las redes sociales como si se tratara de la propia Isra. Desde el perfil de Twitter de Isra al-Ghamgam han confirmado que la única imagen disponible de ésta es una de cuando era pequeña, y que la que se está asociando a la activista es la de la hermana de Raif Badawi.

placeholder Isra al-Ghamgam, en una imagen de cuando era pequeña, la única fotografía disponible de la activista.
Isra al-Ghamgam, en una imagen de cuando era pequeña, la única fotografía disponible de la activista.

Desde su detención en diciembre de 2015 se encuentra recluida en la prisión de Dammam, y poco se ha sabido de su estado o de su procedimiento judicial. Lo que sí se sabe es que es una cárcel con un historial de tortura. Ya en la década de los ochenta, el diario 'The New York Times' recogió los testimonios de varios estadounidenses encarcelados en prisiones saudíes, entre ellas la de un ingeniero de apellido Levine de 55 años, arrestado por posesión de pornografía, que pasó siete meses en esta prisión, donde asegura que le encadenaron los pies y donde perdió unos 15 kilos en medio año. La activista, que ahora cuenta con 28 años, tiene a sus espaldas una petición por parte de la Fiscalía para ser decapitada. Pero ni se ha confirmado su sentencia ni ha sido ejecutada en público.

Relaciones diplomáticas

Las dos respuestas podrían ser correctas. En enero de 2016 se inició una fuerte crisis entre Irán y Arabia Saudí después de conocerse la ejecución, por parte del régimen saudí, de medio centenar de personas declaradas por el reino como "terroristas", entre los que se encontraba el conocido clérigo chií Nimr al Nimr, detenido en julio de 2012 por apoyar las protestas en Qatif. Al Nimr había sido condenado por un delito de terrorismo, pero antes se habían formulado otros cargos, entre ellos el de intentar fomentar "la intervención extranjera en Arabia Saudí" —en referencia a Irán—, así como un delito de desobediencia y otro de levantamiento en armas contra las fuerzas de seguridad.

Foto: Una mujer saudí prueba un coche en la primera feria del automóvil dedicada a la mujer en Yeda, Arabia Saudí. (Reuters)

Al Nimr alcanzó una gran popularidad al reivindicar los derechos de la comunidad chií en la zona oriental del país: ya en 2009, las autoridades saudíes ordenaron su arresto por recomendar la secesión de la provincia si el Gobierno no respetaba los derechos de la comunidad chií en Qatif, donde es mayoritaria. Su ejecución, que levantó no solo un fuerte malestar entre la comunidad chií saudí sino también críticas por parte de importantes ayatolás iraníes, provocó un asalto a la embajada saudí de Teherán y al consulado en Mashad, que acabó con el fin de las relaciones diplomáticas entre Arabia Saudí e Irán, ya inmersas en un profundo e insalvable conflcito. La lucha proselitista ha ido siempre en las dos direcciones.

¿Entonces... quién es la del vídeo?

La duda que surge en torno a la información de la activista presuntamente decapitada por Arabia Saudí es quién es realmente la mujer ejecutada en las imágenes, de dónde ha salido este vídeo y por qué la han condenado a la pena capital. El vídeo salió a la luz en enero de 2015 y parece ser la decapitación de una ciudadana de nacionalidad birmana llamada Laila Bint Abdul Muttalib Basim. Según recogen varios medios, la mujer fue decapitada a plena luz del día en la Meca mientras ella gritaba sin cesar que no había matado a nadie. Según el diario 'Gulf News', el autor del vídeo, un agente de policía asignado a la ejecución, fue detenido e investigado por filmar el momento de la decapitación.

Tal y como pudo confirmar el diario británico 'The Independent', la mujer, que residía en Arabia Saudí, había sido condenada por torturar y asesinar a la hija de siete años de su marido. Según los medios estatales saudíes, habría golpeado a la niña y abusado de ella en repetidas ocasiones con una escoba, "sin piedad ni misericordia". El Ministerio del Interior anunció en un comunicado que la sentencia de muerte estaba justificada dada la gravedad del crimen.

Ejecutada bajo las órdenes de la Fiscalía saudí. Con esta frase explican varios medios la presunta decapitación de una activista por los Derechos Humanos saudí, Isra al-Ghamgam, en público, detenida previamente por atentar contra la autoridad. La noticia comenzó a circular este domingo, después de que el tuitero @thefreethoughts publicara en su perfil este texto: "Una mujer pacífica, que no había hecho daño a nadie, ni trató de matar a nadie. Criticó el régimen sucio y fascista saudí (...) y antes de morir gritaba: 'Yo no maté a nadie'". A sus palabras acompañaba un vídeo en el que se veía, de lejos, a un grupo de personas agarrando a otra, vestida con una especie de abaya de color negro, a la que acaban cortando la cabeza en medio de un paso de peatones —las imágenes han sido eliminadas de YouTube—.

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