La mujer que pasó 10 horas en el mar saltó voluntariamente del crucero, según testigos

Cuando Kay Longstaff cayó al Mar Adriático poco antes de medianoche el pasado sábado, nadie se enteró. Pocas horas después, la tripulación daba la voz de alarma y la guardia costera de Croacia comenzaba una operación de búsqueda que concluía con el rescate de la náufraga a primera hora de la mañana del domingo.

Apenas 48 horas después, comienzan a conocerse más detalles de lo sucedido en el Norwegian Star, un crucero que se encaminaba hacia Venecia después de haber recorrido las islas griegas. Los pasajeros del barco recuerdan que la alarma del barco les despertó y que después el capitán se dirigió a ellos por megafonía: “Les alerto de que nos han comunicado que alguien ha saltado del barco y estamos en una misión de búsqueda y rescate”.

Eddie Paladino, un norteamericano de 60 años que viajaba en el crucero, asegura que “en ningún momento habla de un accidente, sino de un ‘jumper’ (un saltador). Los balcones y las barandas del barco son muy altos. Yo mido casi 2 metros y tendría que haber escalado para poder sobrepasarlos. No cayó por accidente, su camiseta se encontró en la cubierta”, publica el Mirror.

Diversas fuentes confirmarían que saltó

Un miembro de la tripulación, Daniel Punch, confirmaba en su cuenta de Facebook la teoría de Paladino: “Ella saltó”. Otro pasajero norteamericano, Bern Love, tiene la misma teoría: “No se cayó, saltó después de discutir con su novio. Es imposible caerse en esa zona del barco”.

Además, una fuente anónima declaraba a The Sun que las imágenes confirman que no hubo ningún empujón y que “se puede ver claramente que estaba sola; estamos trabajando en la teoría de que, seguramente, saltó”.

La pareja de Kay, Craig Rayment, aseguró que habían estado bebiendo y discutiendo hasta que se marchó y la dejó sola. Esas discusiones habían sido relatadas por varios pasajeros a la policía, que interrogó a Craig pero que lo dejó en libertad al no hallar indicios de criminalidad.

Kay, azafata de vuelo residente en la localidad malagueña de Benalmádena, relató tras su rescate que se cayó de la popa del barco y que estuvo diez horas en el mar. Según la protagonista, consiguió sobrevivir gracias a sus clases de yoga.