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Bruselas y Londres pisan el acelerador para evitar un salto al vacío con el Brexit
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se acaba el tiempo para lograr un acuerdo

Bruselas y Londres pisan el acelerador para evitar un salto al vacío con el Brexit

El tiempo se acaba y los negociadores han acordado pisar el acelerador en la recta final, aunque en la cuestión comercial y económica siguen pesando los desacuerdos

Foto: Barnier y Raab, al inicio de la nueva ronda de negociaciones en Bruselas. (Reuters)
Barnier y Raab, al inicio de la nueva ronda de negociaciones en Bruselas. (Reuters)

"Vengo con un compromiso renovado y más energía para volcar en las negociaciones, con el objetivo de que logremos cruzar la línea de meta". El nuevo negociador jefe de británico para el Brexit, Dominic Raab, ha llegado a Bruselas con la intención de dar un golpe de timón que desencalle las negociaciones con sus socios de la Unión Europea. El tiempo se acaba y Raab ha pactado con su homólogo europeo, Michel Barnier, pisar el acelerador en la recta final. Pero los desacuerdos son muchos y no está claro que dé tiempo ya a lograr un acuerdo que evite que en siete meses el Brexit se convierta en un salto al vacío.

Foto: Dominic Raab en una foto de archivo, haciendo campaña por la salida antes del referéndum del Brexit, en marzo de 2016. (EFE)

"Vamos a negociar de manera contínua a partir de ahora", ha asegurado Barnier ante los medios, durante unas breves declaraciones que marcan una nueva ronda de negociaciones del Brexit. Esto quiere decir que los técnicos no descansarán ni en Bruselas, ni en Londres, y que Barnier y Raab se reunirán de manera periódica para supervisar personalmente la marcha de las conversaciones.

Pero nadie oculta ya que la posibilidad de no lograr un acuerdo sobre los términos del divorcio entre Reino Unido y la Unión Europea, ni sobre la relación que mantendrán en un futuro, cada vez son menores. Y sin estos consensos, el 29 de marzo de 2019 la incertidumbre será completa. Volverán las fronteras y se cortarán los lazos. "El resultado más costoso sería no lograr un acuerdo. Lo sabemos y no trabajamos en esa dirección, incluso si ambas partes se están preparando "para todas las posibilidades", ha dicho Barnier. Raab ha coincidido en que es su responsabilidad prepararse para cualquier eventualidad.

Desacuerdos fundamentales

No obstante, Bruselas aprecia el cambio de tono comandado por la premier británica, Theresa May, que ha empeñado mucho capital político para hacerse con las riendas de la negociación, ante la evidencia de que la reticencia del ala más euroescéptica de su partido lastraba las conversaciones. Capeada la crisis gubernamental que le costó la presentación del "Libro Blanco" de Chequers, May aspira a que ahora sus socios europeos abran la mano y acepten sus planteamientos.

Foto: Un manifestante disfrazado de Boris Johnson durante una protesta de trabajadores del NHS, en Londres. (Reuters)

Pero Barnier se mantiene firme. "¿Cómo íbamos a cambiar nuestros principios, si son en los que se fundamenta (...) la UE?", ha respondido a la enésima pregunta sobre las críticas de varias voces británicas, incluído el anterior negociador David Davis, sobre su supuesta inflexibilidad. Y por ello, ha advertido de que aunque hay terrenos en los que ambas partes pueden llegar más fácilmente a un acuerdo -exteriores, interior, seguridad-, es complicado que se logre avanzar de momento en comercio y cuestiones económicas.

"Hay todavía puntos de desacuerdo, porque el 'Libro Blanco' está en desacuerdo con las líneas marcadas por el Consejo", la institución que representa a los líderes europeos, ha recalcado Barnier. No obstante, el negociador ha considerado que cerrar una "asociación que no tenga precedente" es posible aún. Aunque para ello, será necesario jugar no solo contra el reloj, sino también contra los múltiples intereses cruzados que cristalizaron en el Brexit.

"Vengo con un compromiso renovado y más energía para volcar en las negociaciones, con el objetivo de que logremos cruzar la línea de meta". El nuevo negociador jefe de británico para el Brexit, Dominic Raab, ha llegado a Bruselas con la intención de dar un golpe de timón que desencalle las negociaciones con sus socios de la Unión Europea. El tiempo se acaba y Raab ha pactado con su homólogo europeo, Michel Barnier, pisar el acelerador en la recta final. Pero los desacuerdos son muchos y no está claro que dé tiempo ya a lograr un acuerdo que evite que en siete meses el Brexit se convierta en un salto al vacío.

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