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Ultras de izquierda y derecha se unen para combatir por los prorrusos en Ucrania
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Ultras de izquierda y derecha se unen para combatir por los prorrusos en Ucrania

Mercenarios de extrema derecha e izquierda se unieron en Italia para combatir o reclutar voluntarios para las fuerzas prorrusas. Sale a la luz tras una operación de la unidad de élite de los Carabineros

Foto: Un combatiente de la autoproclamada República Popular de Donetsk cerca del aeropuerto. (Reuters)
Un combatiente de la autoproclamada República Popular de Donetsk cerca del aeropuerto. (Reuters)

Un exlíder ultra aficionado a un equipo de fútbol de la serie C que huyó de Italia hace años y a quien apodaban “el Generalísimo”; un paramilitar ya arrestado en Libia en 2011; un neofascista que odia a los tecnócratas de Bruselas; un ultranacionalista albanés que lucha por recrear la Unión Soviética (URSS)... también están un aspirante a legionario de nacionalidad moldava y el hijo de una directiva provincial de la Liga de Matteo Salvini.

Una galaxia diversa pero con un vínculo común: son el objetivo de la 'Operación 88' -por el saludo 'Heil Hitler', la letra H ocupa la posición 8 en el alfabeto- llevada a cabo por la unidad de élite de los Carabineros italianos, los ROS. Se les acusa de pertenecer a un grupo de mercenarios que reclutaba voluntarios en Italia para combatir en la olvidada guerra de Ucrania, afiliándose con los rebeldes prorrusos. El grupo tendría una base en territorio italiano.

El operativo se inició en 2013, cuando los ROS descubrieron a algunas bandas de skinheads que se movían entre la región de Liguria y la ciudad lombarda de Varese, y terminó la semana pasada con seis órdenes de detención.

El grupo se ocultaba detrás de una fundación que, bajo el pretexto de enviar ayuda humanitaria al Donbás, reclutaba mercenarios

Tres de ellos -el paramilitar Antonio Cataldo, el albanés Olsi Krutani y el moldavo Vladimir Vrbitchii- fueron arrestados, mientras que sobre el resto pesa una orden de captura internacional porque se encuentran en paradero desconocido. Son Andrea Palmeri, conocido hooligan del violento grupo 'Lucca 1998'; Massimiliano Cavalleri, un exmilitar del ejército italiano con simpatías por el neofascismo; y Gabriele Carugati, un exagente de seguridad e hijo de Silvana Marin, exdirectiva provincial de la Liga.

El grupo, más allá de sus diversas ideologías, se había organizado ocultándose detrás de una fundación que, bajo el pretexto de enviar ayuda humanitaria a la región oriental ucraniana del Donbás -donde desde 2014 se libra un sangriento conflicto-, reclutaba a los mercenarios. Algunos de los imputados han sugerido que se desplazaron al Donbás para defender a la población local de las agresiones del ejército y las milicias ucranianas “financiadas por EEUU”. Los investigadores añaden el factor económico, dado que los 'foreign fighters' italianos cobraban por combatir.

placeholder Artilleros del ejército ucraniano disparan contra posiciones de combatientes de la autoproclamada República Popular de Donetsk. (Reuters)
Artilleros del ejército ucraniano disparan contra posiciones de combatientes de la autoproclamada República Popular de Donetsk. (Reuters)

“Hemos descubierto -explicó el coronel de los ROS, Luigi Imperatore- que, en este caso, se superó la dicotomía entre derecha e izquierda. Entre los enrolados hay tanto ultraderechistas como otros que siguen el pensamiento (del filósofo ruso, Aleksandr) Dugin”.

Dugin, principal referente teórico de la política exterior de Vladimir Putin, es autor de la ‘Cuarta Teoría Política”, una obra cuyo argumento central es que las ideologías del siglo XX (Liberalismo, Comunismo y Fascismo) han fracasado, por lo que propone una cuarta ideología con elementos de las tres mencionadas. Su mensaje ha encontrado seguidores en Occidente, en particular en la extrema derecha.

Durante un viaje por Italia, el pasado mes de junio, Dugin elogió las posiciones de la Liga -un partido que ha virado recientemente del secesionismo al soberanismo-, y participó en conferencias organizadas por el movimiento de extrema derecha CasaPound y en otras con Giulietto Chiesa, un periodista y político italiano cercano a ambientes de izquierda.

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Dugin, principal referente teórico de la política exterior de Vladimir Putin, es autor de la ‘Cuarta Teoría Política”, una obra cuyo argumento central es que las ideologías del siglo XX (Liberalismo, Comunismo y Fascismo) han fracasado, por lo que propone una cuarta ideología con elementos de las tres mencionadas. Su mensaje ha encontrado seguidores en Occidente, en particular en la extrema derecha.

Durante un viaje por Italia, el pasado mes de junio, Dugin elogió las posiciones de la Liga -un partido que ha virado recientemente del secesionismo al soberanismo-, y participó en conferencias organizadas por el movimiento de extrema derecha CasaPound y en otras con Giulietto Chiesa, un periodista y político italiano cercano a ambientes de izquierda.

El grupo de mercenarios destaca por un “desinterés ideológico y político tradicional” y se ha orientado hacia “posiciones eurasiáticas, como las promovidas por el filósofo ruso Dugin”, escribieron los investigadores en la ordenanza de la 'operación 88'. Tanto es así que entre las siete personas que están siendo investigadas por pertenecer supuestamente a la red hay individuos que habrían luchado en las filas del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).

Ucrania divide a la extrema derecha

No obstante, los vínculos con la extrema derecha son más evidentes. Además de Carugati, también está Andrea Palmieri, un admirador de Putin con contactos en los partidos de extrema derecha CasaPound y Forza Nuova. Los investigadores sugieren que Palmieri, uno de los primeros en llegar a la zona del Donbás, sería el líder del grupo.

También en el caso de Palmieri, la realidad está llena de matices. “La nueva ideología ha dividido internamente a la extrema derecha. La cúpula de CasaPound se puso del lado del Gobierno de Kiev. Y, no obstante, algunos miembros del movimiento, como Alberto Paladino, han viajado hasta el Donbás”, se leía en un trabajo de investigación del semanario 'L’Espresso' publicado en 2017. “Una fuente interna ha revelado el papel de los combatientes italianos en el Donbás. Un sujeto que conocía a (Antonio) Cataldo y que viajó hasta allí convencido que iba a trabajar para una empresa de seguridad. Al descubrir que debía combatir, se quedó unas semanas para después vender información primero a funcionarios de la OTAN y, más tarde, revelarla a las autoridades italianas”.

placeholder Seguidores de partidos ucranianos de extrema derecha durante una protesta en Kiev. (Reuters)
Seguidores de partidos ucranianos de extrema derecha durante una protesta en Kiev. (Reuters)

¿De dónde salía el dinero?

La gran incógnita es de dónde procede el dinero con el que se pagaba a estos mercenarios. “A mí me paga el comando militar, que obtiene ese dinero del Gobierno independiente (de Donetsk). Poquísimo, unos 300 euros", decía Andrea Palmieri durante una entrevista con el programa de televisión italiano Le Iene. "He venido (a luchar) porque si no estallará la Tercera Guerra Mundial”, añadía, calificándose como voluntario.

“En 2009, me entrené en Rusia y después me perfeccioné en Kazajistán. Aquí de nuevo tuve que demostrar lo que sabía hacer”, explicaba, en el mismo programa de televisión, Antonio Cataldo, el paramilitar originario de Nola (sur), arrestado y puesto en libertad en el verano de 2011 en Libia. Según ha declarado, llegó a la zona del Donbás en 2015.

"A mí me paga el comando militar, que obtiene ese dinero del Gobierno independiente (de Donetsk). Poquísimo, unos 300 euros"

Otro personaje es Olsi Krutani, un ciudadano albanés que, según la policía italiana, es un exoficial de la aviación rusa, maestro de artes marciales e informático. Krutani ha sido el intermediario para los mercenarios reclutados y destinados al Donbás. Su contacto sobre el terreno era Alexey Milchakov, el conocido comandante de la unidad de extrema derecha Rusich que operó en esas zonas. Además, Krutani estaría vinculado a una organización llamada “Esencia del tiempo”, que tiene como programa la refundación de la URSS y ha participado activamente en el conflicto ucraniano luchando al lado de la Unidad 404 de los combatientes prorrusos, cercana a sectores de izquierda.

Una inclinación de nuevo opuesta a la del último personaje de la trama: el moldavo Vladimir Vrbitchii, residente en Parma, que también ha manifestado su admiración por el ministro de Interior italiano, Matteo Salvini, y que participó en marzo de 2015 en el Fórum Internacional Conservador Ruso, junto con representantes de Forza Nuova y CasaPound.

Un indicio de que los investigadores llevaban tiempo detrás del grupo se encuentra en el último informe anual ante el Parlamento italiano de los servicios secretos transalpinos. “Bajo el perfil más estrictamente de la inteligencia, hay que subrayar que la crisis en Ucrania continúa siendo un polo de atracción y de movilización para algunos activistas internacionales que viajan hasta la región de Donbás, para apoyar a las formaciones ucranianas o a los separatistas prorrusos”, escribieron los ROS en el documento.

Un exlíder ultra aficionado a un equipo de fútbol de la serie C que huyó de Italia hace años y a quien apodaban “el Generalísimo”; un paramilitar ya arrestado en Libia en 2011; un neofascista que odia a los tecnócratas de Bruselas; un ultranacionalista albanés que lucha por recrear la Unión Soviética (URSS)... también están un aspirante a legionario de nacionalidad moldava y el hijo de una directiva provincial de la Liga de Matteo Salvini.

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