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La 'mili', la bomba atómica... Alemania se tienta las ropas en Defensa
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"como potencia nuclear refuerza a Occidente"

La 'mili', la bomba atómica... Alemania se tienta las ropas en Defensa

Es un debate de importantes repercusiones que puede suponer un antes y un después en el orden mundial. Alemania sopesa si necesita construir su propia bomba atómica. Por seguridad

Foto: Militares del ejército alemán del batallón acorazado de infantería en Grafenwoehr, Alemania. (EFE)
Militares del ejército alemán del batallón acorazado de infantería en Grafenwoehr, Alemania. (EFE)

Las invectivas de Donald Trump contra Alemania y la OTAN ha dejado desconcertado al Berlín político. Tanto, que los tabús están dejando de serlo. Círculos conservadores están replanteándose de arriba abajo la política de defensa del país, yendo mucho más allá del manido 2% del producto interior bruto (PIB) en gasto militar. Algunos barajan la posibilidad de reintroducir el servicio militar obligatorio. Otros hablan ya sin tapujos de que Alemania necesita construir su propia bomba atómica. Por seguridad.

La imagen pretendía provocar. La portada del 'Welt am Sonntag', un periódico de centro derecha, traía a tres columnas, en su parte superior central, una reproducción de la icónica "Fat man", la bomba atómica que los estadounidenses lanzaron en Nagasaki el 9 de agosto de 1945. La que forzó la rendición japonesa en la II Guerra Mundial, la que mató a al menos a 60.000 personas. Esa misma bomba. Pero adornada con las franjas negra, roja y amarilla de la bandera alemana.

El artículo que acompañaba a la fotografía también pretendía provocar. Un debate de importantes repercusiones que puede suponer un antes y un después en el orden mundial. "¿Necesitamos la bomba?", se preguntaba el rotativo y cedía la argumentación en una larga tribuna a Christian Hacke, un politólogo y profesor en la Universidad de la Bundeswehr (Ejército alemán) y en la Universidad Renana Friedrich Wilhelm de Bonn.

Es "ilusorio" apostar por una UE de la defensa efectiva, argumenta Hacke

"Una Alemania como potencia nuclear refuerza la seguridad de Occidente", se titulaba la pieza, que señalaba que "se debe dar prioridad a la defensa nacional sobre la base del elemento disuasorio nuclear" debido a "las nuevas incertidumbres transatlánticas y las confrontaciones potenciales", en referencia a la imprevisibilidad de Trump y la perturbadora coherencia del presidente ruso, Vladímir Putin. Además, agregaba Hacke, la solución europea está lejos de materializarse y los intereses de los socios comunitarios son "demasiado divergentes" como para que pueda lograrse una dirección unificada. Es "ilusorio" apostar por una UE de la defensa efectiva.

"Hay muchas y buenas razones por las que Alemania ha renunciado conscientemente en el pasado a las armas de destrucción masiva. Pero todas las obligaciones contractuales, morales y políticas pueden, es más deben, revisarse a la luz de los últimos cambios y hallazgos. La crítica evolución de Estados Unidos en el último año obliga a los responsables a ello tanto en la Alianza como en el mundo. En esto se incluye la reflexión sobre si -y en qué circunstancia- Alemania podría ser una potencia nuclear para reforzar su propia seguridad y la de sus aliados", exponía Hacke.

La necesidad del debate nuclear

La propuesta nuclear no quedó sin respuesta. Diplomáticos, políticos, politólogos y militares juzgaron en general de forma crítica su postura. Pero reconocieron la necesidad de un debate sobre una cuestión que no había estado en décadas sobre la mesa (parece ser que el canciller Konrad Adenauer tanteó sin éxito al francés Charles de Gaulle a principios de los 60). Las placas tectónicas de la política internacional están desplazándose a una velocidad insólita, consideran muchos, y es preciso que Berlín reaccione. "Se debe abordar la cuestión nuclear. Si no, Alemania será la pelota en lugar del jugador en la política internacional. En último término se trata de la supervivencia de Alemania", asegura el historiador Michael Wolffshon.

Los argumentos de los detractores abarcan de los compromisos internacionales a favor de la no proliferación a las tensiones que un movimiento así generaría dentro de Alemania y en el seno de la UE. Wolfgang Ischinger, presidente de la Conferencia de Seguridad de Múnich, manifiestó que, si Berlín se lanza a la carrera nuclear, "¿Qué evitará que, por ejemplo, Turquía o Polonia nos sigan?", dijo citando dos países de la OTAN inmersos en una clara deriva autoritaria. "¿Alemania como enterrador del régimen internacional de no proliferación? ¿Quién puede querer algo así?", se preguntaba.

Foto: Miembros del 371º batallón de infantería blindada del ejército alemán durante unas maniobras en Marienberg, en abril de 2015. (Reuters)
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Pero algunos expertos apuntaban posiciones intermedias a partir del aldabonazo de Hacke. Más pragmáticas, más fáciles de digerir. Peter Ammon, antiguo embajador alemán en Washington y Londres, apostó en el diario Welt por una "solución europea radical", esto es, un "acuerdo fundamental y valiente con Francia que prevea una integración muy profunda de ambos estados" a nivel defensivo. Así el paraguas nuclear francés cubriría también a Alemania, que compartiría la factura. Según un informe de los servicios jurídicos del Bundestag, que analizaron esta cuestión el año pasado, sería conforme a derecho que Alemania contribuyese a la financiación de las armas atómicas francesas o británica para aprovecharse de su potencial disuasorio.

Reinstaurar la 'mili'

La otra cuestión que se ha vuelto a poner sobre la mesa es la del servicio militar obligatorio. La 'mili', suspendida pero no eliminada en 2011 a favor de un ejército profesional, es de nuevo una opción dentro de ciertos sectores conservadores. Pese a que fue el segundo Ejecutivo de Merkel quien congeló los nuevos reclutamientos. Annegrett Kramp-Karrenbauer, secretaria general de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de la canciller está estudiando proponer su reintroducción dentro del nuevo programa político del partido. Esta batería de propuestas se discutirá en el congreso de otoño de la formación, que debe ser el de la renovación, pues el partido se sabe erosionado tras doce años en el poder.

Según el conservador 'Frankfurter Allgemeine Zeitung' y el tabloide 'Bild', la mano derecha de Merkel en el partido está sopesando apoyos y viendo si finalmente se obliga a todos los jóvenes -hombres y mujeres- a pasar por el ejército, si se pone en marcha tan sólo una fuerza de voluntarios de apoyo al ejército profesional o se establece una prestación social obligatoria, pero no exclusivamente militar. Lo que está claro es que Kramp-Karrenbauer quiere una "obligación general de prestación". Alemania se uniría así a una tendencia que se ha consolidado en los últimos años en el norte de Europa, entre los bálticos y los escandinavos, desde que Rusia se anexionó de forma ilegal en 2014 la península ucraniana de Crimea.

placeholder La ministra alemana de Defensa, Ursula von der Leyen (c), visita el cuartel del batallón de infantería 291 del barrio Leclerc, en Illkrich, Francia. (EFE)
La ministra alemana de Defensa, Ursula von der Leyen (c), visita el cuartel del batallón de infantería 291 del barrio Leclerc, en Illkrich, Francia. (EFE)

El presidente de las juventudes de la CDU, Paul Ziemiak, es uno de los rostros más conocidos en apoyar esta medida. "Vivimos en un país maravilloso y rico. Un año de servicio social da la opción de devolver algo y a la vez reforzar la cohesión en el país", asegura. El diputado conservador y teniente coronel en la reserva, Patrick Sensburg, y su colega en el Bundestag Oswin Veith, presidente de la Asociación de reservistas de la Bundeswehr están también a favor de un servicio obligatorio para ambos sexos. Una encuesta del instituto Civey publicada el pasado fin de semana indicaba que el 55,6% de los alemanes estaría a favor de recuperar la 'mili'. Un 39,6% estaban en contra.

Otra razón más pragmática para la vuelta de la 'mili' es la actual carestía de voluntarios para ingresar en la Bundeswehr. Los números han ido cayendo desde 2011 debido a la potencia del movimiento antimilitarista en Alemania y las condiciones laborales en el ejército, que no se pueden comparar con las del sector privado, especialmente con una tasa de desempleo en torno al 5%. El Ministerio de Defensa está contemplando incluso la incorporación a filas de extranjeros.

Alemania se uniría a una tendencia que se ha consolidado en los últimos años en el norte de Europa, entre los bálticos y los escandinavos

Aunque ni siquiera dentro de los círculos conservadores hay unanimidad. El portavoz del grupo conservador en el Bundestag, Henning Otte, asegura en declaraciones al semanario de centro izquierda 'Der Spiegel' que "un servicio militar obligatorio por quintas no nos ayuda ante los actuales retos en política de seguridad". La cuestión de fondo, a su juicio, es otra. "En primer plano debe estar la consecución de una Bundeswehr eficaz. Para eso necesitamos jóvenes motivados que permanezcan un largo tiempo en el ejército y puedan ejecutar técnicas complicadas. Estos necesitan perspectivas laborales, condiciones adecuadas y, sobre todo reconocimiento social", explica.

El dilema del 2%

De fondo en todo este debate subyace la cuestión del 2%. El compromiso de los países de la OTAN de gastar en Defensa para 2024 el equivalente al 2% de su PIB. En la actualidad, pese a las puyas de Trump, sólo un puñado de los 29 miembros de la Alianza lo alcanzan. Alemania es, sin embargo, uno de los países que menos dedica a esta partida. Un 1,24% este año a pesar de haber incrementado su presupuesto en un 6% con respecto al año pasado.

No es un problema de ahora. El gasto militar cayó en Alemania de forma abultada a raíz de la reunificación, porque el riesgo de una confrontación se hizo más difuso y porque el país necesitaba dedicar ese dinero a equiparar este y oeste. Pero esto, unido a los años de la austeridad merkeliana, han dejado a la Bundeswehr en los huesos. Un informe del pasado de febrero del comisionado del Bundestag para las Fuerzas Armadas lo ponía negro sobre blanco. Menos de la mitad de los tanques Leopard del ejército alemán están operativos. Como tan sólo 12 de sus 50 helicópteros de combate Tiger y 39 de sus 128 cazas tipo Typhoon. De los seis submarinos de la armada, ninguno estaba en funcionamiento a finales del año pasado.

Menos de la mitad de los tanques Leopard están operativos. Como tan sólo 12 de sus 50 helicópteros de combate Tiger y 39 de sus 128 cazas

Merkel ha prometido que se alcanzará el 1,5% para 2024. Pese a los ataques desde el otro lado del Atlántico. Dentro de su partido hay quienes quieren aumentar el gasto en defensa de forma más expedita. Pero hay también reticentes, que se convierten en abrumadora mayoría conforme se vira hacia la izquierda en el espectro político alemán. El Partido Socialdemócrata (SPD), el aliado de centro-izquierda de Merkel en el Ejecutivo en Berlín en ésta y la pasada legislaturas, no quiere alcanzar el objetivo del 2%. Han insinuado que sus socios europeos pueden no ver con buenos ojos una "Alemania militarizada" que dedica más de 65.000 millones de euros al año a su ejército. Berlín estaría así contribuyendo a "una espiral armamentística" en el viejo continente.

Gran parte de la población alemana, además, comparte su escepticismo hacia una Alemania que de nuevo ejerce como poder militar en Europa y más allá. Y sin embargo, las certezas políticas y geoestratégicas de las últimas décadas se están derrumbando a pasos acelerados. Algunos expertos, como Barbara Kunz, investigadora del Instituto Francés de Relaciones Internacionales (IFRI), creen que Berlín tiene una carencia de base que contribuye a la actual confusión. Es la falta de una estrategia general en defensa y seguridad. "El problema actual no es sólo de capacidades. Es un problema de liderazgo político, un reflejo de la falta de voluntad para aceptar realidad y de una falta de ideas", argumenta en un reciente ensayo, en el que insta al Gobierno alemán a hacer su "tarea". El Ejecutivo "necesita trabajar en su aproximación a la defensa y la estrategia y explicar a sus ciudadanos y a grandes porciones de la clase política que la defensa no es un extra para fanáticos de la seguridad, pero una necesidad en el mundo actual".

Las invectivas de Donald Trump contra Alemania y la OTAN ha dejado desconcertado al Berlín político. Tanto, que los tabús están dejando de serlo. Círculos conservadores están replanteándose de arriba abajo la política de defensa del país, yendo mucho más allá del manido 2% del producto interior bruto (PIB) en gasto militar. Algunos barajan la posibilidad de reintroducir el servicio militar obligatorio. Otros hablan ya sin tapujos de que Alemania necesita construir su propia bomba atómica. Por seguridad.

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