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La Administración Trump da alas a los halcones del régimen iraní de los ayatolás
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TRAS LA RETIRADA DE EEUU DEL ACUERDO NUCLEAR

La Administración Trump da alas a los halcones del régimen iraní de los ayatolás

Las sanciones de Estados Unidos contra los sectores clave de la economía iraní están teniendo una consecuencia política inmediata: los halcones de Teherán ganan terrero sobre los reformistas

Foto: El presidente de Irán, Hassan Rohaní, durante una rueda de prensa en la Asamblea General de la ONU, en Nueva York. (Reuters)
El presidente de Irán, Hassan Rohaní, durante una rueda de prensa en la Asamblea General de la ONU, en Nueva York. (Reuters)

Las escuelas internacionales de Teherán se estaban llenando con nuevos estudiantes. La francesa o la alemana matriculaban en masa a alumnos occidentales. Eran hijos de ingenieros e industriales extranjeros que se habían mudado a Irán tras la firma en julio de 2015 del acuerdo nuclear denominado Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA, por sus siglas en inglés). Nuevos vientos de apertura socioeconómica y política recorrían el país persa y empresas como las francesas Peugeot, Renault o Total estaban embarcadas en grandes inversiones en Irán.

Sin embargo, en mayo pasado tocaba a su fin el pacto alcanzado por Estados Unidos, Francia, Alemania, Reino Unido, Rusia y China con Teherán para desactivar el programa nuclear iraní con fines armamentísticos, el único éxito del Gobierno de Barack Obama en Oriente Medio tras haberse puesto de perfil en conflictos como el de Siria e Irak. Donald Trump decidió entonces abandonar ese acuerdo e imponer sanciones económicas a Irán. Así, los proyectos industriales comenzaron a cancelarse, las fábricas cierran y las aulas de los colegios internacionales se quedarán semivacías en el próximo año académico. Los niños iraníes de clases acomodadas volverán a ser mayoría en las clases de esas escuelas de élite.

Esta anécdota representa solo un síntoma de una problema mayor. Fuentes diplomáticas de alto nivel acreditadas en Teherán cuentan a este diario que las nuevas sanciones que sufre Irán por parte de Estados Unidos han abortado el auge económico que estaba en marcha y han catapultado de nuevo a los sectores conservadores del régimen de los ayatolás, acantilando y expulsando a los responsables reformistas que estaban encontrando un hueco al calor de la firma del acuerdo nuclear.

El verdadero poder ejecutivo sigue recayendo en el líder supremo de la Revolución Islámica, Ali Jamenei, un halcón que había dado cierta libertad al presidente Hasan Rohani para designar en los últimos tiempos a responsables partidarios de la apertura.

placeholder Trump advierte a Irán de consecuencias si lleva a cabo su programa nuclear armamentístico. (Reuters)
Trump advierte a Irán de consecuencias si lleva a cabo su programa nuclear armamentístico. (Reuters)

La Administración Trump está imponiendo fuertes sanciones a sectores clave de la economía iraní como el petrolífero, el automovilístico o el financiero. Esta política va acompañada de una presión sobre sus aliados para que sigan sus pasos, a pesar de que el resto de signatarios del acuerdo nuclear se ha mostrado siempre en contra de de su cancelación.

Como consecuencia política inmediata, los duros del régimen del ayatolá Jamenei están desplazando a los reformistas. Es decir, la posición de EEUU está ayudando a que los más radicales mantengan su posición al frente de los centros de poder. “Se ha retrocedido cinco años en Irán. Los viejos dominadores de los resortes económicos tradicionales, como los miembros de la Guardia de la Revolución Islámica [‘pasdaran’], estaban viendo cómo eran desplazados por nuevos empresarios y políticos con una formación occidental, pero ahora están felices por volver al estatus anterior”, aseguran esas mismas fuentes diplomáticas.

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Un caso paradigmático de esta situación lo representa Kaveh Madani, ex número dos del Ministerio de Medio Ambiente hasta hace unas semanas. Madani, formado en la prestigiosa Escuela Imperial de Londres y en EEUU, fue llamado a su país por el propio presidente Rohani con el fin de paliar la grave de crisis de agua que vive Irán. “Los cortes de agua son frecuentes en todo el país, incluso en los barrios residenciales más ricos del norte de la capital”, subraya un diplomático destinado en Teherán.

Sin embargo, según ha informado el propio Madani a través de varios tuits, él y otros expertos en medio ambiente iraníes habrían sufrido multitud de presiones de los halcones porque representaban una amenaza al ‘statu quo’. Por ejemplo, Madani prohibió el uso de agua embotellada en plástico a comienzos de 2018 como media política medioambiental, pero eso afectó negativamente a los intereses de empresarios del ‘establishment’.

De acuerdo con el propio Madani, docenas de activistas medioambientales han sido detenidos desde enero pasado. Uno de ellos, el afamado profesor Kavous Seyed Emami, que murió bajo arresto en la prisión de Evin en febrero en circunstancias no aclaradas.

Escalada verbal de violencia

Lejos de calmarse la tormenta política entre Washington y Teherán, la tensión se acrecienta. El pasado 23 de julio, Donald Trump advertía en un tuit a los líderes chiíes que no amenazasen más a los Estados Unidos porque de lo contrario sufrirían “unas consecuencias de tal tamaño que pocos a lo largo de la historia han sufrido anteriormente”.

En los últimos días, la guerra verbal parece un partido de tenis porque desde Irán sus responsables no se callan. El todopoderoso general Qasem Soleimani, al mando del cuerpo de élite Al Quds de los ‘pasdaran’, dijo el jueves pasado: “¡Señor Trump, el adicto al juego! Te digo que estamos muy cerca de ti en lugares que no puedes ni imaginar”. Según informó ‘Financial Times’, Soleimani añadió: “Yo mismo y la fuerzas de Al Quds podemos derrotaros. No pasa una sola noche en que durmamos sin pensar en cómo destruiros”. Soleimani no es un oficial cualquiera: ha dirigido la lucha contra el Estado Islámico en Siria desde los palacios de Damasco.

Brecha Estado vs. ciudadanía

Las consecuencias de las sanciones comienzan a hacerse notar en las calles. “Uno va a comprar pollo y nota que su precio ha variado un 20 por ciento de un día para otro”, señala una persona que reside en Teherán. La inflación es galopante por la falta de divisas que hace al rial muy débil y el desempleo está al alza. Las protestas y las detenciones se suceden a lo largo y ancho de Irán en las últimas semanas.

Otra fuente diplomática destinada en Teherán explica que la percepción entre los conservadores iraníes es que las sanciones de la Administración Trump buscan enfurecer a la ciudadanía para presionar al Gobierno de Rohani. El objetivo último consistiría en que acepte las condiciones de un nuevo acuerdo nuclear más restrictivo, una situación que los iraníes observan como humillante.

La realidad es que si Irán no puede exportar todo el petróleo que desea y los países compradores no pueden hacer llegar los dólares al banco central por las sanciones financieras, entonces la economía local está condenada a la recesión.

La soledad iraní

“Los iraníes son soberbios, sabedores de un legado cultural de más de 3.000 años. Ese orgullo persa les ayuda en situaciones de crisis porque ya han superado muchas en solitario, sin aliados firmes, como les ocurre hoy día”, analiza un diplomático europeo destinado en Teherán.

El país soporta las duras sanciones económicas y políticas de de Estados Unidos y los países que conforman el Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo, salvo Catar, una organización cuyo sentido de existir es evitar que Irán se erija en la potencia hegemónica de la región.

Los iraníes son soberbios, sabedores de un legado cultural de más de 3.000 años. Ese orgullo les ayuda en situaciones de crisis porque ya han superado muchas en solitario

“Las alianzas con China y Rusia son siempre circunstanciales, pero los mandatarios iraníes no sienten que esos dos grandes países sean aliados sólidos”, explica esa misma fuente. Además, se sienten decepcionados con Europa porque, según ese diplomático, ellos defienden lo siguiente: “Estamos poniendo dinero y soldados para vencer al ISIS y proteger a Europa, colaborando con el único mandatario legítimo de Siria que es Bashar al Asad, pero no gozamos de ningún reconocimiento internacional”.

El único aliado que hoy es realmente beneficioso para los intereses del gobierno de Rohani es Turquía. Cientos de camiones turcos cruzan diariamente la frontera noroeste con todo tipo de mercancías de contrabando que abastecen el mercado iraní y vencen parcialmente las sanciones impuestas. “Los Maserati, el coche de moda entre los ricos, se sigue encontrando, por ahora”, cuenta un diplomático europeo.

Entretanto, la diplomacia secreta sigue su curso para evitar un nuevo conflicto armado en Oriente Medio de dimensiones imprevisibles.

Las escuelas internacionales de Teherán se estaban llenando con nuevos estudiantes. La francesa o la alemana matriculaban en masa a alumnos occidentales. Eran hijos de ingenieros e industriales extranjeros que se habían mudado a Irán tras la firma en julio de 2015 del acuerdo nuclear denominado Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA, por sus siglas en inglés). Nuevos vientos de apertura socioeconómica y política recorrían el país persa y empresas como las francesas Peugeot, Renault o Total estaban embarcadas en grandes inversiones en Irán.

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