Acuerdo UE-EEUU: "cero aranceles" en bienes industriales; más soja y gas licuado
La jornada es histórica, un gran día, en palabras del presidente de EEUU. No es para menos: por primera vez durante la era Trump, EEUU y la Unión Europea han llegado a un entendimiento
La jornada es histórica, un "gran día", en palabras del presidente de EEUU. No es para menos: por primera vez durante la era Trump, Estados Unidos y la Unión Europea han encontrado este miércoles un entendimiento. Uno modesto, comparado con el mayor acuerdo de libre comercio del mundo —el TTIP— que ambas potencias casi concluyen antes de que Trump llegara a la Casa Blanca. Pero un entendimiento, al fin y al cabo, que supone un golpe de timón tras meses de desencuentros y tensiones. "Una nueva fase de amistad", en palabras del republicano.
Trump ha comprado la oferta que le ha traído el presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, de parte de la UE: negociar un acuerdo para liberalizar el comercio de los productos industriales. "Vamos hacia los aranceles cero", ha dicho Trump. Esto, sin embargo, no incluye a los automóviles ni a ningún producto del sector. Ni Trump ni Juncker han hecho referencia a la amenaza que mantenía la Casa Blanca sobre la UE de elevar sus tarifas sobre las exportaciones de coches europeos hasta el 25%. Pero sí han asegurado que no habrá nuevas tarifas mientras ambos bloques negocian para hacer realidad lo consensuado.
Dos tantos para Trump: soja y gas
Trump, a cambio, logra que los europeos se sienten a discutir la reducción de los aranceles a los granos de soja, punto que interesa especialmente a los agricultores estadounidenses y a su presidente, que los mima como parte del electorado al que dirige su política del 'América primero'. "La UE, de manera casi inmediata, va a comprar más granos de soja de nuestros granjeros, y son un gran mercado", ha afirmado. También buscarán reducir las tarifas al comercio de servicios —el bloque europeo es el mayor mercado de estos—, en los productos químicos, los farmacéuticos y los médicos.
Ambas potencias discutirán también cómo lograr una mayor cooperación reglamentaria. Buscarán el modo de estrechar lazos en materia energética, con especial atención a las exportaciones de EEUU de gas licuado. Esto supone otro tanto para el magnate, que acusó a Alemania de estar controlada por Rusia por su dependencia del gas ruso y ya dejó ver su deseo de que los europeos compraran más de su producción.
Además del "mensaje", en palabras de Juncker, que envía esta colaboración a Moscú, ambos bloques también han puesto la mira en China. Se han comprometido a colaborar para reformar la Organización Mundial del Comercio, en especial en lo relativo a la protección de la propiedad intelectual. Trump, por su parte, ha asegurado que también se revisarán los aranceles al hierro y al acero impuestos por Washington a la UE de manera unilateral, así como las medidas que el bloque impuso a EEUU como represalia.
I came for a deal, we made a deal. The EU continues to stand up for free and fair trade. My joint statement with @realDonaldTrump: https://t.co/JISJJ1CWR2 pic.twitter.com/GMpS0ZL5Ul
— Jean-Claude Juncker (@JunckerEU) July 25, 2018
Respiro para la UE: encienden la pipa de la paz
"Somos socios y aliados cercanos, no enemigos". Con estas palabras ha tratado Juncker de allanar el camino, momentos antes de dar comienzo al encuentro con Trump. "Debemos concentrarnos en bajar los aranceles, no en subirlos", ha dicho el luxemburgués en el despacho oval de la Casa Blanca junto a su anfitrión, quien dijo que esperaba alcanzar un acuerdo "muy positivo" con la Unión Europea. Lo han logrado, pero ahora será necesario que de las palabras pasen a los hechos. Y en materia comercial, ninguna negociación es sencilla.
Pero el anuncio es ya una primera victoria para Bruselas. Para la Unión Europea, era prioritario evitar una guerra comercial con EEUU. Francia ya la daba por descontada, como daba todo el mundo por descontado que Trump impondría aranceles del 25% a las exportaciones de vehículos europeos a territorio estadounidense, un duro golpe para la UE y, especialmente, Alemania. El presidente estadounidense siempre ha considerado que sus productores competían en desventaja y que los europeos les trataban de manera "injusta".
"Queremos competencia en igualdad de condiciones para nuestros productores (...) Con la UE o con otros, tiene que haber un acuerdo recíproco al mínimo, y estamos trabajando en eso y creo que estamos logrando tremendos avances", ha dicho antes del encuentro. El presidente de la CE, por su parte, ha hecho hincapié una vez más en la importancia de que las conversaciones entre la UE y EEUU lleguen a buen término, ya que "representan la mitad del comercio mundial".
La visita de Juncker a Washington estaba rodeada de gran expectación tras el cruce de acusaciones y la imposición de aranceles por parte de Trump a las importaciones de acero y aluminio europeos, a las que Bruselas replicó con medidas idénticas a diversos productos estadounidenses, como motocicletas o pantalones vaqueros.
La jornada es histórica, un "gran día", en palabras del presidente de EEUU. No es para menos: por primera vez durante la era Trump, Estados Unidos y la Unión Europea han encontrado este miércoles un entendimiento. Uno modesto, comparado con el mayor acuerdo de libre comercio del mundo —el TTIP— que ambas potencias casi concluyen antes de que Trump llegara a la Casa Blanca. Pero un entendimiento, al fin y al cabo, que supone un golpe de timón tras meses de desencuentros y tensiones. "Una nueva fase de amistad", en palabras del republicano.